De la misma forma que los japoneses tienen su snack por antonomasia, una bola de arroz envuelta en una hoja de alga nori llamada onigiri (u omusubi), los hawaianos, también inspirados en este alimento, los hawaianos tienen el SPAM musubi. Han cogido uno de sus alimentos más consumidos, una carne enlatada de paleta de cerdo, y en un ejercicio de sincretismo gastronómico lo han convertido en un aperitivo de las masas.
Este producto, conocido como el "filete hawaiano", copa los estantes de todas tiendas y supermercados: la locura por el SPAM es tal que incluso han creado un festival, el SPAM Jam, para rendir homenaje a este peculiar alimento. Además, todos los evangelistas del SPAM (o SPAManiacos) tienen una fecha marcada en su calendario: el día nacional del SPAM, celebrado cada 8 de agosto.
"En Hawái tenemos un leve síndrome de acaparamiento cada vez que hay una catástrofe nacional, natural o de cualquier tipo. La gente va a la tienda a comprar papel higiénico y carne enlatada. Esos son nuestros dos alimentos básicos en la vida", explicó Kiki Aranita, educadora culinaria y chef de cocina hawaiana, en una entrevista para la revista FoodandWine. Ella fue la creadora de la tarta de cumpleaños Spam Musubi, que terminó haciéndose viral a través de las redes sociales.
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Se estima que, después del territorio de Guam, las islas que Hawái son las que más SPAM consumen: unas 7 millones de latas al año. Esto, si se relaciona con el número de residentes (a 1 de julio de 2023), tocaría a casi cinco latas por persona.
87 años de historia
El origen de este producto, comercializado por la empresa Hormel Foods Corporation con sede en Austin (Texas), se remonta a la década de los años treinta. Jay Hormel se propuso diseñar un producto adecuado para uso doméstico por parte del consumidor, que pudiera ser marca registrada de la empresa Hormel (y disponible en tamaños más pequeños, aptos para toda la familia). Se puso en circulación el 5 de julio de 1937. La idea de carne en conserva enloqueció a las amas de casa. Al poco tiempo, la marca se granjeó una (mala) reputación a nivel mundial.
La popularidad de esta marca creció a raíz de la compra por parte del ejército estadounidense de lotes de carnes enlatadas —entre las que se incluía SPAM— para alimentar a sus tropas y las de los aliados en el extranjero. Si bien SPAM se convirtió en un producto de renombre, el éxito no duró demasiado tiempo. Los soldados, hartos de encontrar la carne enlatada en el desayuno, la comida y la cena, arremetieron contra el director de la compañía con un aluvión de correspondencias criticando el producto.
En una entrevista al New Yorker, Hormel reveló que mantenía un "archivo escabroso" en el que recogía el correo de odio de los soldados estadounidenses y en el que "volcaba las cartas de insultos que le enviaban soldados de todo el mundo. Si piensan que el Spam es terrible", expresó Hormel, "deberían haber comido el bully beef que tuvimos en la última guerra [la Primera Guerra Mundial]".
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Así fue como el producto cayó en desgracia en el corazón de los Estados Unidos: los exsoldados se negaron a volver a comerlo. No obstante, mientras en los estados del interior apartaban el SPAM de sus platos, en las regiones de ultramar y en algunos países asiáticos, la carne enlatada se convirtió en una sensación culinaria.
Esto fue acrecentado por algunas políticas restrictivas que puso en marcha el gobierno estadounidense. En Hawái, por ejemplo, para castigar a los japoneses-estadounidenses que dominaban la industria pesquera, prohibieron a los residentes pescar, restringiendo su dieta (y el aporte proteico) a productos cárnicos de segunda categoría como el SPAM.
Mientras tanto, al otro extremo del Pacífico —en Corea y Japón—, la hambruna inundó las calles, y tal como afirma la historiadora Rachel Laudan a Eater, "las latas de Spam que llegaban fueron un absoluto regalo del cielo en esas terribles situaciones al final de la Segunda Guerra Mundial".
Esto fue lo que ha permitido a la marca sobrevivir al paso del tiempo. Otro de los factores de su éxito es que ha sido fiel a la receta original. Carne de cerdo, agua, sal, azúcar y nitrato de sodio (colorante) son los ingredientes clásicos del SPAM. Lo único que ha cambiado en esta receta casi nonagenaria es la inclusión de la fécula de patata como aditivo en 2009.
"Algo que pertenece a Hawái"
"Recuerdo que crecí con el SPAM y puede que fuera de adulto cuando por fin me di cuenta de que el SPAM no era originario de Hawái. Simplemente asumí que era algo hawaiano. Me resultaba extraño que fuera de un lugar extraño, un lugar misterioso en el que nunca había estado en el continente", relató Aranita en su alegato. Y confesó que al profundizar en la historia del producto, descubrió que "hay un museo del Spam en el que nunca he estado".
"Mi generación no piensa en el SPAM como algo que venga de otro lugar. Lo vemos como algo que pertenece a Hawái. Mi padre piensa lo mismo de las salchichas de Viena. El SPAM le llegó un poco más tarde. En su infancia, siempre fueron alimentos enlatados, como las salchichas de Viena", señaló Aranita para FoodandWine.
Se trata de una de las comidas que todo niño del siglo pasado conoce, como podría ser el bocata de chocolate o el paté en España. Este producto es tan hawaiano que hasta el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, nacido y criado en Honolulu, pidió un SPAM musubi para almorzar durante un partido de golf en su isla natal.
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En Hawái, el SPAM se sirve en los establecimientos de comida rápida, y está hasta en la sopa ('como quien dice'). Pero cada región del mundo tiene su propia forma de consumir este alimento. En el Reino Unido, los buñuelos de Spam se sirven rebozados y fritos. En Hong Kong se come a menudo con fideos instantáneos. Y en Corea del Sur, disfrutan del SPAM kimbap, un rollo de algas relleno de arroz y verduras.