El momento en el que el desorden empieza a ser notable en casa, nuestros sentidos se alteran. Puede afectar a nuestro entorno, y vida cotidiana. Pero esto va más allá, ya que la desorganización dice mucho de nuestro estado de ánimo.
Es posible que pienses que puedes vivir sin problema rodeado de bolsas, ropa, papeles y bultos. Sin embargo, este pensamiento solo provoca que no solo convivas con la suciedad, también con los malos hábitos, la incomodidad y el agobio.
Vivir en un entorno caótico nos perjudica en muchos aspectos: no tenemos control sobre nuestro propio espacio, perdemos objetos importantes, genera en nosotros culpa o vergüenza, pero también, nuestra productividad y rendimiento se ve afectado.
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Lo fundamental antes de pasar a la limpieza es identificar de donde proviene. Por lo general, aparece cuando no existe un espacio designado para cada objeto, pero también puede presentarse por cómo nos sintamos en esa etapa de nuestra vida.
El desorden del hogar en muchas ocasiones está relacionado con sensaciones negativas como el estrés, la confusión o la inestabilidad. Por ese motivo, son muchas personas las que manifiestan que si su casa está en orden, significa que ellos están en paz.
Por otra parte, en la desorganización o limpieza de los espacios también entran síntomas como Diógenes o lo que es parecido, el apego a las posesiones materiales. Estos individuos acumulan piezas rotas, ropa que no van a usar nunca más u objetos inservibles.
Una vez hayamos identificado el origen del desorden, podemos pasar a organizarnos —física y mentalmente— para poder conseguir una armonía en el hogar.
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Ponernos en la situación de limpiar a veces resulta complicado, "¿Por dónde empiezo?", "Mejor lo hago mañana", "Lo escondo, y así no lo veo", pensamientos y más pensamientos que solo retrasan el momento.
Por eso, muchas personas buscan los mejores métodos para ordenar rápido y fácilmente su hogar. Apilar, a partir de ahora, podría ser la mejor solución.
Apilar el desorden
En la búsqueda de la manera de organizar de forma efectiva tu hogar, una de las mejores es colocar todo lo que no está organizado en un mismo lugar. Se puede entender incuso como, desorganizar más aún el espacio.
Debes recoger todo lo suelto y desubicado para colocarlo en una gran pila lo suficientemente alejada del desorden, puede ser en otra habitación o en el propio suelo, pero es importante que esté a una distancia considerable.
Aunque la separación pueda parecer absurda, lo cierto es que eso te hará ver el área despejada y calmará la sensación inicial de abrumación y agobio.
El siguiente paso es irnos hasta la pila de desorden y clasificarlo en montones más pequeños según el lugar que les corresponde. La ropa sucia, la ropa que vuelve al armario, lo que es del baño se va al baño y lo que corresponde a otra persona, regresa a esa persona.
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En el momento en el que tenemos todo clasificado y apilado, simplemente debemos colocarlo en su lugar correspondiente. Ese proceso también nos ayudará a identificar cosas que queremos tirar.
Un método en la vida real
A pesar de que el método de apilar no tenga ningún resguardo científico de que sea más efectivo que cualquier otro, lo cierto es que puedes añadirlo a tu vida real, a tus sentimientos y personas que te rodean.
Para ello, simplemente tienes que organizar a las personas que te acompañan y clasificarlas en los mismos montones, aquellos que queremos conservar, pero también, aquellos que es mejor alejar. O no volver a ver jamás.
También se podría traducir como organizar tus emociones e identificar cuáles quieres conservar. Las personas que te hacen feliz se quedan, mientras que aquellas que provocan dificultades y dramas, se van.