Uno de los propósitos más repetidos cuando comienza un nuevo año es el de viajar, recorrer todos los rincones del mundo posibles. No importa si uno de ellos es a tan solo una hora de nuestra ciudad, la paz que supone conocer un sitio nuevo, o volver a ese que te hace feliz es algo que queremos sentir habitualmente.
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Sin embargo, aunque la playa cerca de casa nos haga felices, siempre hay un destino que tenemos en mente desde hace meses, o, incluso, años. Ese que supone un mayor esfuerzo económico y que siempre tendemos a posponer.
Desde las paradisíacas Maldivas, el agua cristalina de Bali, las calles de Nueva York o los puestos callejeros de comida de Tailandia, siempre hay un lugar que está en el primer puesto en nuestra lista de destinos. Pero que acaba por convertirse en el último a medida que pasan los meses.
Con un nuevo año por delante, enero nos inspira a empezar a visualizar viajes, pero sin planificarlos con antelación. El viaje de nuestros sueños puede darse este año —o el siguiente, si es un coste mucho mayor y has empezado tarde— pero solo si lo organizamos desde el principio.
Analizar los gastos
El primer paso para ahorrar y poder pagar cómodamente el viaje consiste en ser honestos con nosotros mismos y calcular cuanto dinero gastamos al mes. Bien es cierto que hay gastos de los cuales no se puede recortar, porque son indispensables, pero hay otros de los que podemos prescindir.
Cuando llega el momento, primero debemos ver cuanto estamos gastando en el día a día para ver qué podemos eliminar o hacer con menos frecuencia. Esas copas todos los viernes, las comidas los domingos o los caprichos entre semana.
Al final, ahorrar muchas veces supone renunciar a algunas pequeñas cosas que nos hacen felices, pero pensando en que va a ir destinado a algo del mismo nivel.
Bien es cierto que ahorrar no es sinónimo de comer arroz todos los días, ni evitar comprarnos ese pantalón que queremos, simplemente saber de donde podemos recortar sin que vaya a influirnos.
Si analizamos cada céntimo que gastamos a fin de mes, podemos llegar a darnos cuenta de todo lo que podríamos haber ahorrado. Sobre todo en esos pequeños caprichos que simplemente son ocasionales.
Lo fundamental en este paso es construir un viaje con base en cuánto queremos ahorrar, o nuestro presupuesto en ese momento. Si queremos viajar a las Maldivas y este año no podemos, podemos encontrar un destino parecido, que se ajuste a nuestra situación económica, pero que satisfaga nuestras necesidades. Y el año siguiente, apostar por el país tropical.
Los trucos de Google Vuelos
En este punto, existen algunos trucos para conseguir los mejores precios. Ingresando las fechas de viaje y la ciudad de salida en Google Vuelos, aparecen decenas de resultados, de diferentes presupuestos y gustos.
Naturalmente, hay fechas en las que las ofertas no son siempre buenas, por lo que es recomendable configurar alertas de precios para los vuelos que deseemos para estar al tanto cuando bajen.
Google Vuelos dispone de una serie de herramientas para poder comparar cualquier viaje. Muestra qué precios suelen ser los más bajos, además de un gráfico de todos ellos ordenados por meses. Quizás el destino de tus sueños está mucho más barato dos meses después de lo que tenías en mente.
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Una vez decidido el destino debemos calcular cuánto nos costará para ahorrar en consecuencia. Puede resultar útil ver cuánto hemos gastado en otros viajes, para valorar si sería algo parecido.
En viajes del calibre de Tailandia o Indonesia, lo que más esfuerzo económico supone son los vuelos. En otros, quizás el alojamiento. Y ya, como última opción, puede darse que todo sea costoso.
Al calcular las estimaciones de cuánto nos vamos a gastar, podemos pensar de dónde podemos reducir costos de manera preventiva en ese lugar. Si el destino al que viajamos comer fuera resulta un esfuerzo mayor, podemos pensar en otras alternativas, o simplemente en qué días queremos enfrentarnos a ello.
El viaje 'al revés'
Una vez hemos descubierto cuánto vamos a gastar, lo recomendable es elaborar un presupuesto con un enfoque 'hacia atrás' en el proceso. Comenzando con los precios y los días, debemos trabajar hacia atrás para ver cuánto necesitamos reservar cada mes para ahorrar antes de nuestra partida.
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Si tenemos siete meses antes de nuestra partida, o tenemos todo un año para ahorrar el coste del vuelo, lo que debemos hacer es calcular cuánto dinero tenemos que guardar al mes.
En este paso, existen diferentes formas de ahorrar, desde aplicaciones que prometen ayudarnos, gestorías o trucos que en los últimos meses se han hecho virales por la red para conseguir llegar a ese presupuesto.