Tu casa es tu templo y, no siempre hay alguien que nos adore y nos tenga el altar bonito. Por eso, tienes que ser tú la que mantenga la estabilidad en el hogar.
Es cierto que es difícil y, a veces - la mayoría del tiempo-, limpias y ordenas, y conforme te das la vuelta, está todo hecho un desastre de nuevo. Pero, ¡no te puedes rendir!
Hoy vamos a intentar ser más ordenados con estas claves que te harán verlo todo más fácil.
1. Identifica el problema
Si vives en un caos constante - aunque sepas donde tienes todo- tienes un problema.
Lo primero es saber dónde está tu fallo a la hora de ordenar. Por supuesto, hay distintos grados de orden y desorden, pero hay unos mínimos. Si la casa está ordenada, es más fácil limpiar y, por ende, una casa sana. ¡Qué es el objetivo principal!
2. No dejes que el desorden se extienda
Si ves que es inevitable controlar al monstruo del desorden, ¡páralo tú mismo! En estos casos, hay que tener muy en cuenta la Ley de Atracción. El desorden llama a más desorden.
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Nuestra mente está programada de dos maneras: una en la que se acomoda, por lo que si ve el desorden, le da igual seguir provocándolo; y por otro lado, si ve todo recogido y la casa monísima, quiere seguir con ese mood de vida.
3. No todos los trucos son para todo el mundo
No te preocupes si lo que te enseñó Marie Kondo no te funciona, no todo se adapta siempre a nuestra forma de vivir.
Prueba trucos simples que se ajusten a tu hogar y a ti. Empieza por pensar si quieres cambiar algo que te gusta - o no- de tu casa. Reflexiona sobre tus necesidades y no te agobies. Al final, es tu casa y tú eres el único que sabe cómo gestionarla y cómo debe estar. Cuando saques estas conclusiones, seguro que viene de manera automática tener un hogar ordenado y sano.
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4. No acumules
En estos casos, el síndrome de Diógenes no es tu mejor aliado. Dedica un domingo a sacar todo lo que no necesitas y ocupa espacio -ambos sabemos que tienes cosas guardadas hasta con la etiqueta-. Lo que no sirve, ¡qué no estorbe!
Mientras menos cosas tengas, más fácil será tener todo ordenado. Además, puedes aprovechar la ocasión para dedicarte el día a ti mismo, qué nunca viene mal y qué falta nos hace.
5. Ten rutinas cotidianas
Establece pequeños hábitos en el día para que no se te acumule todo el fin de semana. Es por esto que los profesionales del orden proponen claves como estas:
- Guardar todo cuando llegues a casa - el abrigo, el bolso, las gafas de sol que luego no sabes en qué abrigo las tienes-.
- Recoge la vajilla al usarla. No te cuesta nada meterlo en el lavavajillas, si total, el trabajo duro lo hace él.
- Antes de irte a dormir revisa que todo esté recogido, así al día siguiente te podrás tomar el café en paz, qué ya sabemos que es sagrado.
6. Disfruta del momento
Aunque sea aburrido y no sea el mejor plan de domingo, ponte música y haz que la escoba sea tu compañera de baile.
Saca tu ‘playlist’ favorita y simula que estás en tu gira mundial. Márcate un numerazo mientras haces de tu casa el mejor escenario.