Seguro que te encanta la maravillosa sensación de estar listo para salir y comerte el mundo y echarte unos pufs de tu colonia favorita. Qué pena cuando notas que ya no es tan intensa o que no ha durado tanto. Pero, es casi imposible que la frescura y la naturalidad del perfume se mantengan durante tantas horas.
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Sin embargo, las circunstancias no consiguen que nos dejemos de perfumar. Al final, saber que hueles bien aumenta la autoestima - que nunca viene mal- y, por supuesto, el piropo más grande que hay es “¡Qué bien hueles!’’, y lo sabes. Ese momento del día te hace sentir que triunfas.
Además, el sentido del olfato tiene recuerdo, por lo que los olores nos identifican. Así que, sí, necesitamos consejos para que nuestra fragancia personal se mantenga el mayor periodo de tiempo posible. ¿Te animas a probar estos trucos?
1. Encuentra tu perfume perfecto
Lo primero que conviene hacer es hacer una cata de perfumes y encontrar aquel - si no lo tienes ya- que se adapte a ti al 100%. Si lo encuentras, será más fácil que todo el mundo se fije en él y lo asocien a ti. Empieza desde el suave al más fuerte hasta que encuentres el equilibrio perfecto entre el perfume, tu estilo y, muy importante, tu personalidad.
2. Colonia en el pelo
Al parecer, el pelo es una de las zonas más porosas del cuerpo. Esto hace que la colonia penetre mejor y se fusione con la piel. Eso sí, ¡cuidado con la cantidad! Recuerda que estos productos llevan alcohol y pueden dañar el cabello.
Un truco muy bueno es rociar un cepillo con tu perfume - no directamente sino desde una distancia prudente- y peinarte como si nada. Así, ¡das de comer a dos pájaros con un panecillo!
3. No frotes las partes donde te eches
En la rutina diaria, se suele cometer el error de aplicar la colonia en lugares específicos, especialmente en la muñeca, con la costumbre de frotarla. Sin embargo, este hábito resulta perjudicial tanto para la calidad del aroma como para la duración de la fragancia.
Expertos en perfumería advierten sobre la importancia de evitar este 'no truco' tan fatal, ya que puede alterar la composición química de la colonia, consiguiendo todo lo contrario a lo que queremos. Se pierde el aroma original y su naturalidad, además de que se acelera la evaporación. Por lo tanto, ¡no lo hagas más!
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4. El momento perfecto
Aquí pasa algo parecido al truco del pelo. Hay que buscar los momentos clave en los que la colonia penetre, de tal forma que, tú y ella seáis uno. Y, ¿cuál es el instante idóneo? Justo después de la ducha, ¿cómo te quedas?
El agua hirviendo que utilizas cada vez que te duchas ayuda a que se te abran los poros de la piel. De esa manera, la colonia entra en ti, formando una simbiosis entre los dos. ¿Qué poético no? Pues así es como tiene que ser: poético, elegante y singular.
5. Partes del cuerpo que son clave
Importante para que no te acabes rociando por todos lados. Como en todo, hay puntos clave. Aquellas partes del cuerpo que sean más cálidas y que bombeen sangre, son las indicadas para echar el perfume y que dure más - y también que huela con más intensidad-.
¿Cuáles son los puntos del cuerpo clave? Las muñecas, detrás de las orejas, los antebrazos o la clavícula. Además, como dato adicional, si te fijas bien son puntos del cuerpo que aparecen en los momentos perfectos para que la gente te huela bien, como por ejemplo, dando un abrazo o dos besos. ¡Qué curioso y práctico!
6. No guardes los perfumes en el baño
¿Sabías que guardar tus perfumes en el baño es como enviarlos directos al matadero? Sí, así como lo oyes. Resulta que el calor y la humedad de ese lugar pueden hacer estragos en tus queridas fragancias. Imagina a tus perfumes gritando''¡socorro!'' cada vez que abres la ducha.
No es broma. El vapor y la variación de temperatura pueden cambiar el olor original. Así que, toma nota, y mejor ubica esas joyitas en un lugar fresco y oscuro. Los expertos recomiendan guardarlos en cajas - a poder ser la suya- y en armarios - si es fuera del baño, mejor-.
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