La comunicación es la base de todo. Hablar, escribir o gesticular sobre lo cansados que estamos, el hambre que tenemos, lo bien que nos sentimos o lo mal que nos cae el nuevo novio de un familiar consigue que al final del día descansemos un poco mejor.
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Muchas personas tienen el don de no necesitar la comunicación. Duermen igual de tranquilos cuando no confiesan sus sentimientos o expresan lo enfadados que están. Sin embargo, otros muchos, necesitan ese momento para que no les salgan arrugas.
El lenguaje hace que podamos definir todas esas circunstancias que necesitamos expresar, pero también a esas personas que nos hacen los días un poco más difíciles: los todólogos.
'Sabelotodos', 'listillos', 'sabiondos', 'repipis'… miles de nombres coloquiales para describir a esas personas que opinan de temas que no dominan, pero que hablan de ellos con tal confianza, que parece que son expertos.
Parecía que teníamos las palabras perfectas para definirles, incluso una variedad bastante amplia donde poder elegir. Lo cierto es que fue la RAE quien abrió una nueva veda para designar a ese grupo de personas: ultracrepidarios.
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Cuando buscas el término 'ultracrepidario' en el diccionario, la palabra todavía no está recogida por la institución, pero sí confesaron su existencia en 2019. Y no fue de manera institucional, sino en el lugar al que muchos recurren cuando no encuentran la respuesta a todas sus dudas: Twitter.
Desde que la RAE llegó a Twitter, la institución ha estado en boca de todos por sus aportaciones en la plataforma. Los usuarios buscan en el perfil esa fuente de veracidad e, incluso, rapidez para sus interrogantes.
El origen de 'ultracrepidario' y su refrán
La RAE explicó en su perfil de Twitter que 'ultracrepidario' procedía del inglés 'ultracrepidarian' pero que, sin embargo, se formó en 1819 a partir de formas latinas.
En latín 'ultra' significa 'más allá' y 'crepidarius', 'zapatero de la antigua Grecia' o también 'crepida', 'sandalia o zapato'. Para entender mucho mejor esta palabra, que además tiene la similitud en su etimología, en España existe el refrán: 'zapatero, a tus zapatos'.
Su uso por primera vez en la forma aparece en un texto del escritor inglés William Hazlitt en 1819 dirigido al crítico y poeta controvertido William Gifford, que anteriormente definieron como 'crítico metomentodo'.
El ultracrepidarianismo ha estado presente en la sociedad desde que se inventó la comunicación, desde el siglo XIX pero también, desde los zapateros de la antigua Grecia.
En los últimos años, los ultracrepidarios se han visto con más conocimientos que nunca gracias a las redes sociales, y a la facilidad de opinar sin un conocimiento profundo sobre el tema.