Cuando queremos limpiar nuestra casa, existen muchos aspectos que nos hacen querer dejarlo para otro momento. Además de la pereza, hay un momento crucial que nos hace estancarnos: ¿queremos tirar todo lo que debemos tirar?

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En el momento que surge esta pregunta, miles de respuestas pasan por nuestra cabeza: nos recuerda a un día especial, seguro que volvemos a usarlo, nos lo regaló una persona importante o seguro que en un futuro lo utilizarán otros familiares.

Todas estas cuestiones dan lugar la acción de guardar todo aquello que seguramente nunca más volvamos a usar. Nos gustaría ver la casa limpia, vacía y organizada, pero los primeros que guardamos más cosas de las que debemos somos nosotros mismos.

Lo cierto es que aunque todos pasemos por este suceso, cuando se da en mayor medida es momento de preocuparse. De ello nace el síndrome de Diógenes, un fascinante objeto de estudio para los clínicos.

Las personas que padecen el síndrome padecen una dificultad en la eliminación de todos los objetos que tienen, lo que resulta en el almacenamiento masivo y desorden que origina estrés y alteración en el comportamiento social.

Cuando llegamos a ese límite es necesario acudir a especialistas, pero, sin embargo, si lo que pasa por nuestra cabeza es preocupación y culpa sin llegar a excesos alarmantes, Nagisa Tatsumi, autora japonesa, tiene la solución.

El arte de tirar o 'cómo liberarse de las cosas sin sentimiento de culpa' es la obra que analiza el motivo de la acumulación de objetos, el porqué de la culpa cuando nos deshacemos de ellos y, sobre todo, las técnicas más efectivas para ordenar y tirar sin preocuparnos por ello.

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Los consejos de Nagisa Tatsumi

Vivimos en una sociedad consumista, que vive rodeada de objetos. Muchos de ellos, realmente nunca los usamos, pero continuamos manteniéndolos. Para la autora, aprender a tirar también nos ayudará a averiguar el valor de las cosas.

Debemos plantearnos por qué mantenemos los objetos que tenemos en casa. Qué nos aportan o por qué los necesitamos. Asimismo, si nos planteamos qué objetos queremos tirar, nos daremos cuenta de cuáles debemos conservar.

Para aprender a desprendernos de los objetos, Nagisa Tatsumi ofrece diez consejos para incorporar a nuestra rutina. Enseña a cambiar la mentalidad que nos impide no tirar todos los objetos que no utilizamos.

La autora de El arte de mirar fue quien inspiró a Marie Kondo, la autora más famosa en cuanto a organización y limpieza del hogar. Ella, a partir de sus técnicas, pudo volverse la influencer del orden.

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Tirar sin mirar

El primer capítulo de las diez técnicas que adoptar consiste en tirar sin mirar. Tenemos la manía de guardar objetos de los cuales, realmente, no recordamos su existencia. Simplemente, los mantenemos en un lugar escondido, para no verlos y continuar con nuestra vida rutinaria.

El problema se da cuando, en la limpieza, nos encontramos con ellos. Con todos esos objetos con los que tenemos que hacer memoria para recordar cuándo fue la última vez que lo utilizamos. Camisetas, papeles, cajas, zapatos o todo tipo de utensilios.

Llegados a este punto, la pregunta que debemos hacernos es ¿realmente necesitamos esto? ¿Hasta cuándo vamos a guardar lo que no usamos? 

La autora también desarrolla en su obra diez estados de ánimo para adoptar llegado el momento de la limpieza. El primero consiste en la prohibición de decir "de momento lo guardo". Si no ha llegado el día en que lo necesitemos años atrás, no va a llegar después de tirarlo.

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Tirar al momento

Relacionado con el segundo estado de ánimo que evitar, se relaciona el tirar al momento. La escritora recomienda no buscar sitios provisionales para cada cosa, sino en el momento, tomar la decisión de tirarlo o guardarlo.

Existen objetos que sí utilizamos diariamente o pretendemos usar, esos son los que debemos conservar. Sin embargo, en el momento en el que dudamos sobre un objeto y le queremos buscar un lugar provisional (donde posiblemente se vea menos) es momento de tirarlo.

Foto de archivo habitación con objetos acumulados. Istock.

Tirar una vez supere una cantidad determinada

Tenemos la costumbre de acumular objetos repetidos, por si uno de ellos se rompe, lo perdemos o por si algún día nos levantamos queriendo cambiarlo. Lo cierto es que no necesitamos diez zapatillas iguales, pijamas antiguos, toallas de baño rotas o tazas que jamás utilizamos.

En este paso, es fundamental poner límites. Uno de ellos puede ser, por ejemplo, la capacidad de un contenedor en particular: una estantería o un armario. Una vez que nuestras posesiones excedan esa capacidad, es momento de tirar.

Otro de los consejos consiste en decidir qué cantidad de algo es posible que vayamos a utilizar. Por ejemplo, el papel de regalo. Es muy difícil emplear 20 rollos de papel en épocas alejadas de navidad o cumpleaños, por lo que la autora aconseja no permitir que nuestras existencias excedan la cantidad que hemos impuesto.

Tirar una vez pase un periodo de tiempo determinado

'Algún día' no llega nunca. Resulta imposible no tener recuerdos de cada uno de los objetos que tenemos en nuestro hogar, incluso del bolígrafo perdido de debajo del sofá. Es cierto que hay algunos de ellos que jamás tiraríamos, pero son excepciones.

Cuando encontramos estos objetos, es fundamental priorizar para quedarnos con aquello que realmente tenga un significado importante para nosotros. No es necesario crear un 'santuario' de esos tickets que nos recuerdan a cuando viajamos a Turquía.

Tirar periódicamente

Mantener el orden en casa es crucial, no solo para vivir en un lugar limpio y organizado, sino también para sentirnos bien. Una habitación desordenada, en muchas ocasiones, supone estrés, ansiedad y sentimientos de culpa.

Hacer una limpieza periódica nos ayuda a mantener esa armonía. Con el tiempo, los objetos se van estropeando, poniendo viejos o simplemente ya no los usamos tanto como antes. Un repaso habitual hará que seamos conscientes de todo aquello que podemos tirar.

Tirar las cosas que no se usan a fondo

Los 'por si acaso' acaban por convertirse en objetos que no utilizamos nunca más. Ni esas camisetas viejas, ni esas cremas que no nos van bien o esas zapatillas que nos quedan pequeñas.

Debemos determinar qué objetos no utilizamos, para tomar la decisión de tirarlos. No tenemos que pensar que en tres meses quizás lo necesitemos, porque entonces nunca seríamos capaces de deshacernos de nada.

Foto de archivo. Istock.

Establecer criterios y destinos

Lo que es muy práctico para algunos puede ser un estorbo para vosotros, lo que se traduce en que todos esos objetos o prendas que ya no usamos, quizás otros, puedan darles una segunda vida estupenda. Libros, juguetes o ropa, todo es bienvenido a la hora de donar. 

Establecer criterios se convirtió en el método más efectivo para los lectores de 'el arte de tirar', ya que ofrece tres filtros por los que deben pasar los objetos de nuestro hogar: guardar, donar y tirar.

Guardamos aquello que queremos conservar, donamos objetos que están en buen estado y que quizás tenemos más apego y tiramos aquellos que no tengan uso y, además, no les tengamos un cariño especial.

Si creamos destinos para todo aquello que tiramos, es más fácil que podamos desvincularnos de ellos. A muchas personas les funciona, por ejemplo, dárselo a seres queridos o amigos cercanos.

En este punto se incluye el reciclaje. Tirar objetos a sus contenedores específicos en los que sabemos que otras personas aprovecharán y reutilizarán sus materiales.

Empezar por los rincones

Los rincones son aquellos espacios de casa que más objetos inservibles acumulan. Tendemos a guardarlos todos en lugares cerrados para no verlos con habitualidad y no reconocer que debemos tirarlos.

La autora recomienda empezar por esos pequeños espacios, para hacerlo con más ganas (ya que no estamos cansados de haber estado limpiando otras partes grandes) y así, quitarnos espacio.