En los últimos años España ha sido testigo de un fenómeno sociodemográfico que está transformando la estructura familiar y cuestionando la institución matrimonial tradicional.
[¿Qué parte de la herencia se reparte a cada heredero si no hay testamento? Esto dice la Ley]
Según el último informe del Observatorio Demográfico CEU, titulado 'Transformación y crisis de la institución matrimonial en España', los datos revelan un panorama preocupante: aproximadamente la mitad de los españoles jóvenes y de mediana edad optan por no casarse, mientras que un porcentaje similar de matrimonios termina en divorcio.
Este fenómeno, marcado por una disminución en la tasa de matrimonios y un aumento en la de divorcios, plantea importantes interrogantes sobre el estado y el futuro de las relaciones familiares en la sociedad española contemporánea.
Las parejas en cifras
El informe señala que alrededor del 50% de los españoles jóvenes y de mediana edad expresan su falta de interés en el matrimonio como una opción de vida. Factores como la búsqueda de autonomía personal, la priorización de la carrera profesional, la dificultad para conciliar la vida laboral y familiar, y el cambio en los valores sociales han contribuido a esta tendencia.
Además, la alta tasa de rupturas, con un porcentaje similar de matrimonios que terminan en separación o divorcio, refleja la fragilidad de las uniones matrimoniales en la sociedad contemporánea. Este fenómeno no solo afecta a las parejas directamente involucradas, sino que también tiene consecuencias significativas para los hijos y la estructura familiar en su conjunto.
[El arte de equilibrar el amor y el trabajo: aprende a compaginar ambas vidas]
Uno de los efectos más perjudiciales de la baja nupcialidad y el alto número de divorcios es el impacto en los menores. Más del 10% de los bebés que nacen en España se crían en hogares monoparentales, lo que puede tener implicaciones a largo plazo en su desarrollo emocional, social y académico.
La ruptura familiar no solo genera un cambio en la dinámica del hogar, sino que también puede exponer a los niños a situaciones de estrés, conflicto y dificultades económicas.
Además, se ha observado un marcado descenso en el porcentaje de niños nacidos de madres casadas. En 2022, el 53% de los bebés no estaban ligados por el matrimonio, en comparación con el 2% de 1976. Este cambio refleja una evolución en las normas sociales y en las percepciones sobre la maternidad fuera del contexto matrimonial.
Cuáles son los motivos
Entre las posibles causas de este declive en la tasa de matrimonios y el aumento de divorcios se encuentran los cambios en las estructuras familiares, la mayor aceptación social del divorcio, la flexibilización de las normas culturales y religiosas, y el cambio en las expectativas individuales sobre el matrimonio y la vida en pareja.
[Esto es lo que no nunca debes decir a una mujer a punto de dar a luz]
Además, factores económicos como la precariedad laboral, la dificultad para acceder a una vivienda propia y la incertidumbre financiera pueden influir en la decisión de postergar o evitar el matrimonio. La falta de estabilidad económica puede aumentar la probabilidad de conflictos en la pareja y, en última instancia, contribuir a la disolución del matrimonio.