Mujer rascándose la piel con cara de molestia.

Mujer rascándose la piel con cara de molestia. nensuria iStock

Vivir

¿Sabes cómo se llama el síndrome que hace que no pares de pellizcarte y dañarte la piel?

Una mirada profunda al trastorno de excoriación revela sus complejas raíces y el camino hacia una sociedad más comprensiva y solidaria.

27 febrero, 2024 00:10

La dermatilomanía, o trastorno de excoriación, provoca un impulso irrefrenable de rascar, pellizcar o dañar la propia piel, llevando a lesiones graves y cicatrices. Afectando a personas de cualquier edad o género, con una ligera mayor incidencia en mujeres, este trastorno obsesivo-compulsivo es poco conocido, así que su difusión es necesaria para que las personas puedan poner nombre a su situación.

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Las raíces de la dermatilomanía son complejas y multifactoriales, abarcando desde predisposiciones genéticas hasta influencias ambientales.

La ansiedad, el estrés y otros trastornos mentales como el TOC y la depresión, a menudo coexisten y exacerban este comportamiento compulsivo.

Este trastorno no solo deja cicatrices en la piel; el impacto emocional y psicológico de vivir con este trastorno puede ser devastador, llevando a un ciclo vicioso de vergüenza, aislamiento y, en algunos casos, deterioro de la autoestima.

Rompiendo el silencio: diagnóstico y tratamiento

La detección temprana y el tratamiento son cruciales para quienes viven con dermatilomanía. Sin embargo, el estigma asociado a las heridas visibles y la falta de conciencia sobre el trastorno pueden dificultar la búsqueda de ayuda.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) se ha demostrado como un enfoque efectivo, ayudando a los individuos a manejar sus impulsos y a encontrar estrategias alternativas para lidiar con el estrés y la ansiedad. En algunos casos, también se pueden considerar medicamentos para tratar trastornos subyacentes.

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Además, el avance en las comunidades y los grupos de apoyo representa una valiosa fuente de consuelo y comprensión para quienes enfrentan esta condición.

Estos espacios permiten compartir experiencias y consejos, creando un sentido de comunidad que puede ser fundamental en el proceso de recuperación.

La inclusión de tecnologías digitales y aplicaciones de salud mental que ofreciendo recursos adicionales para quienes buscan manejar su comportamiento de forma independiente, mientras se mantienen conectados con profesionales y comunidades de apoyo.

Hacia un futuro de comprensión y un llamado de atención

El camino hacia una mayor conciencia y comprensión de la dermatilomanía es esencial para construir una sociedad que ofrezca apoyo y aceptación a quienes la padecen.

La educación sobre este trastorno, tanto para el público en general como para los profesionales de la salud, es fundamental para romper el estigma y promover un entorno en el que las personas se sientan cómodas buscando ayuda.

Al compartir historias y experiencias, podemos fomentar una comunidad más empática y solidaria, donde la lucha contra la dermatilomanía sea una batalla compartida, no un camino solitario.

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Este esfuerzo llama a una colaboración entre educadores, médicos, investigadores y medios, para esclarecer la dermatilomanía y su impacto. Es necesario crear recursos accesibles, como programas de concienciación y plataformas de apoyo, para informar y ofrecer herramientas a los afectados. Incrementando su visibilidad, promovemos un diálogo abierto, buscando transformar la percepción de la dermatilomanía hacia la empatía y el apoyo en el proceso de recuperación.