Las redes sociales influyen notablemente en nuestra percepción de la felicidad y en el bienestar. A través de publicaciones filtradas e imágenes cuidadosamente seleccionadas, estas plataformas suelen crear una presión implícita para que parezcamos felices y prósperos en todo momento. Bajo esta influencia, muchos sienten la necesidad de proyectar una imagen idealizada de sí mismos, lo que puede provocar una disonancia entre la realidad y lo proyectado en línea.
Aunque la psicología positiva fomenta el cultivo de emociones positivas y la búsqueda de la felicidad, a veces puede percibirse como un requisito para ser siempre optimista y alegre. Esta expectativa puede verse exacerbada por la exposición constante a contenidos positivos en las redes sociales, donde la felicidad parece ser la norma y cualquier forma de negatividad suele estigmatizarse.
Junto a esto, muchos psicólogos, terapeutas motivacionales y coaches utilizan las plataformas para tratar sobre síntomas de depresión, de autoestima y otros problemas de salud mental. Si te sientes afectado por todos estos síntomas, probablemente seas un hipocondríaco emocional.
¿Qué significa ser un hipocondríaco emocional?
El término "hipocondríaco emocional" no está reconocido médicamente. Sin embargo, se puede suponer que se refiere a una persona que tiene excesivas preocupaciones o temores sobre su salud, pero que son principalmente de origen emocional o psicológico más que físico.
En otras palabras, esta persona puede estar preocupada por su salud, incluso en ausencia de síntomas médicos evidentes, a menudo basando sus preocupaciones en sensaciones corporales normales o en interpretaciones exageradas de signos fisiológicos menores.
Esto podría estar relacionado con trastornos de ansiedad generados por la preocupación de padecer una enfermedad grave o un síndrome mental grave, aunque los resultados medícales afirmen lo contrario. Esto puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de la persona afectada y requerir intervención psicológica o psiquiátrica para tratar los pensamientos y comportamientos ansiosos asociados.
¿Cómo puedes relativizar este miedo a la enfermedad y gestionar tus emociones?
Ante una crisis, es natural sentir un remolino de emociones. El miedo, la ansiedad y la tristeza pueden dominarnos. Sin embargo, encontrar una forma de relativizar las cosas puede aportar algo de consuelo en esos momentos difíciles. Intentar tener en cuenta que la salud es sólo una parte de nuestra experiencia humana puede ayudarnos a relativizar los retos a los que nos enfrentamos.
Si nos centramos en los aspectos de la vida que siguen siendo positivos y significativos, incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar algo de fuerza para hacer frente a nuestros pensamientos. Esto puede ser tan sencillo como encontrar felicidad en los pequeños momentos del cotidiano o recurrir al apoyo de nuestros seres queridos. Afrontar las emociones asociadas a la enfermedad requiere paciencia, autocompasión y un esfuerzo consciente por encontrar la luz incluso en la oscuridad.