Zaragoza no solo es conocida por su extensa historia, su impresionante arquitectura y su herencia cultural. También lo es por su exquisita gastronomía. Los turistas pueden encontrar en la ciudad numerosos restaurantes donde disfrutar de recetas tradicionales y sabrosas basadas en ingredientes frescos y locales.
La capital aragonesa cuenta con multitud de establecimientos para todos los gustos, pero una de las mejores opciones para quienes deseen comer bien, en un restaurante elegante y sin dejarse un dineral es LaScala, un local situado en pleno centro.
Este restaurante ofrece una cocina tradicional pero con toques originales y creativos. De reciente creación, apenas tiene 20 años, destaca por tener un ambiente elegante y cercano, con una decoración moderna y cómoda.
El restaurante La Scala, ubicado en la calle San Clemente, 4 muy cerquita de la Iglesia de Santa Engracia, cuenta con más de 14 años de vida. Su filosofía es ofrecer una carta de calidad, basada en productos de la tierra que se actualiza cada temporada para ofrecer nuevas apuestas culinarias.
En su web explican qué les diferencia: “Nuestra cocina se basa en aprovechar el buen saber de la cocina tradicional introduciendo unos toques creativos. Contamos con la dilatada experiencia en el mundo de la gastronomía y nuestras propuestas son un placer para los exquisitos paladares gourmet que se animen a probarlo.”
El ambiente es agradable y elegante, desde los platos hasta el servicio esta cuidado en cada detalle. De lunes a viernes cuentan con menú de trabajo por 25 euros, ofrece para elegir 5 primeros, 3 segundos y 4 postres; el vino, el agua y el pan está incluido.
Premiado en el concurso de GastroTapas
Gastrotapas Zaragoza es un evento culinario que invita a recorrer la provincia de bocado en bocado. Cada tapa o menú de tapas presentado en el concurso es un homenaje a la cultura y los símbolos locales, fusionando la creatividad con la riqueza cultural de Zaragoza.
El Restaurante La Scala participó este año con su menú 'EL PLATA CABARET & LA SCALA', con el que se llevó el primer premio. Contaba con un cóctel de bienvenida: gazpacho de bloody mary y un capricho de la vedette: zamburiña rellena gratinada al horno. Contaba con varios platos de nombres originales: “el tubo”un bocadillo de calamares pan bao de calamares con espuma brava, “el esperado destape”: steak tartar de ternera al aroma de calvados con velo de panceta ibérica, “dando la nota” un dulce milhojas de manzana caramelizada y crema con helado de canela; y para terminar la función: gelatina de café arabica, puro de chocolate negro y moscatel de Ainzón.