Vivir en comunidad, ya sea en un edificio de apartamentos o en una casa unifamiliar, conlleva enfrentar ciertos desafíos de convivencia que a menudo son inevitables. Entre los problemas más recurrentes que surgen entre vecinos se encuentran el exceso de ruido, las obras en las casas vecinas y, en general, la convivencia en espacios compartidos.

Si bien se podría pensar que vivir en una casa independiente reduce los conflictos vecinales, lo cierto es que los problemas entre vecinos también afectan a quienes residen en este tipo de viviendas.

En un edificio de apartamentos, los problemas suelen girar en torno a cuestiones como el ruido excesivo, las obras de reforma en los pisos vecinos o el uso de zonas comunes.

El ruido es una de las principales causas de conflictos entre los residentes. Desde fiestas hasta actividades cotidianas, cualquier sonido puede ser una molestia si no se respetan las normativas y los horarios establecidos.

Según la normativa española, las comunidades de vecinos pueden regular los horarios permitidos para generar ruido, pero es común que se permita entre las 08:00 y las 22:00 horas, respetando el descanso nocturno.

En cuanto a las obras, las reformas en los edificios pueden extenderse durante semanas o incluso meses, lo que a menudo genera malestar entre los residentes. Estas obras suelen realizarse durante la semana, pero también es posible hacerlas en fin de semana, aunque con limitaciones horarias.

El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, establece que las obras los sábados y domingos pueden comenzar a partir de las 09:30 horas y deben finalizar antes de las 21:00 horas.

Problemas en viviendas unifamiliares

Por otro lado, los residentes de casas unifamiliares, ya sean adosadas o no, también enfrentan problemas específicos de convivencia. Uno de los más comunes es el cuidado y mantenimiento de los jardines, un espacio al aire libre que, aunque disfrutable, puede ser fuente de conflicto.

El mantenimiento inadecuado de árboles y plantas puede generar roces con los vecinos, especialmente cuando las ramas de los árboles invaden la propiedad colindante.

En España, el Código Civil regula este tipo de situaciones, especificando en sus artículos 591 y 592 qué se puede y no se puede hacer en relación con los árboles y otras plantaciones.

Cortar las ramas

La normativa establece que no se pueden plantar árboles cerca de una propiedad vecina a menos que se respete una distancia mínima de dos metros para árboles altos y 50 centímetros para arbustos o árboles bajos. Si un árbol ha sido plantado a una distancia inferior, el vecino afectado tiene derecho a solicitar que se retire.

Cuando las ramas de un árbol invaden la propiedad vecina, el artículo 592 del Código Civil es claro: el vecino afectado tiene derecho a pedir que se corten las ramas que sobrepasan la línea divisoria. No obstante, no puede podar dichas ramas por su cuenta sin el consentimiento del propietario del árbol.

En caso de que el propietario del árbol se niegue a podarlas, el afectado puede recurrir a la vía judicial para que un juez ordene la poda. Si alguien decide tomar la justicia por su mano y cortar las ramas sin permiso, podría enfrentarse a una demanda por daños a la propiedad.

El ruido por obras: una fuente constante de conflicto

El ruido generado por obras es otro tema recurrente de conflicto vecinal, tanto en edificios de apartamentos como en casas unifamiliares. Muchos propietarios aprovechan el fin de semana para llevar a cabo reformas, lo que puede generar molestias a los vecinos.

Aunque pueda parecer lógico suponer que las obras están prohibidas los fines de semana, la realidad es que, en la mayoría de las ciudades españolas, está permitido hacer reformas tanto los sábados como los domingos, siempre y cuando se respeten los horarios estipulados por las normativas municipales.

Por ejemplo, la normativa de muchas ciudades permite que las obras comiencen a partir de las 09:30 horas los fines de semana y se extiendan hasta las 21:00 horas. Es importante tener en cuenta que los horarios pueden variar según la comunidad autónoma o incluso la ordenanza local, por lo que conviene consultar las regulaciones específicas de cada lugar.