Lavar los platos es una de esas tareas que hay que hacer cada día y que para muchas personas es aburrida, monótona e incluso tediosa. Tras disfrutar de una buena comida, lo que menos agrada es tener que comenzar a lavar los platos sucios, en especial si hay una gran pila acumulada.
Pese a todo, si se afronta esta tarea de la forma adecuada, todo puede ser más llevadero, y esto pasa por conseguir un lavado más eficiente. Para conseguirlo es mejor no echar el lavavajillas directamente en el estropajo, en una acción que muchas personas hacen y que provoca que casi nadie haga bien esta tarea.
Aunque pueda parecer que cuanta más cantidad de lavavajillas se utilice, mejor resultado tendrán los platos y estarán más limpios, esto dista mucho de la realidad, y es que, además de ser totalmente innecesario abusar de este producto, incluso puede llegar a ser perjudicial por diferentes motivos.
Razones para no echar el lavavajillas en el estropajo
El error más común, como comentamos, es el de echar directamente el producto detergente sobre el estropajo, un hábito que puede parecer una manera rápida de comenzar con la limpieza de la vajilla, pero que provoca una acumulación excesiva de jabón en la esponja, lo que provoca que se gaste una mayor cantidad de producto del realmente necesario.
Además, al aplicar el detergente de esta forma, no solo se está desperdiciando producto, sino que también dificulta el enjuague posterior. Es por este motivo por lo que los expertos recomiendan diluir una pequeña cantidad de producto lavavajillas en agua, lo que facilitará su distribución por todas las superficies, además de que facilitará el enjuague.
Otra razón para no continuar con esta práctica y evitar excederse en el uso de detergente es que, en lugar de ayudar a lavar los platos con una gran rapidez, complica el proceso. Al usar demasiada cantidad de producto, la esponja se empapa con el mismo y lo que hace es generar un exceso de espuma, lo que a su vez provoca que sea necesario que los platos pasen más tiempo bajo el grifo para deshacerse de los residuos de jabón. Esto supone un mayor tiempo invertido en fregar los platos, pero también despilfarrar agua.
Teniendo en cuenta lo anterior, hay que tener claro que usar menos cantidad de producto lavavajillas, junto a una técnica apropiada de limpieza, permite realizar esta tarea de una forma más rápida y eficiente.
Cómo lavar los platos rápido y correctamente
Existen formas de deshacerse de las pilas de platos, vasos y cubiertos sucios de la cocina sin tener que invertir una gran cantidad de tiempo, y para ello hay que seguir una serie de recomendaciones básicas:
- No acumules vajilla sucia: un error muy frecuente es el de dejar que se acumulen los platos y vasos sucios, incluso hasta el día siguiente. Aunque no te apetezca demasiado lavarlos, es recomendable que no los dejes muchas horas, ya que, en ese caso, vas a tener que perder más tiempo en fregar la grasa adherida a la vajilla y los utensilios. De hecho, también sería aconsejable lavar las cosas cuando termines de usarlas.
- Pon las fuentes en remojo: para ahorrar tiempo, lo primero que tienes que hacer a la hora de lavar los platos es poner todas las fuentes sucias a remojo, sobre todo las que tienen comida pegada. Para ello tendrás que llenarlas hasta la mitad con agua tibia y, preferiblemente, con unas gotitas de detergente desengrasante, y déjalas reposar mientras lavas el resto de la vajilla.
- Usa agua caliente: si vas a lavar muchos platos, es aconsejable usar guantes en las manos para mantenerlas bien protegidas, además de ser aconsejable el uso de agua caliente, que ayuda a remover la grasa con mayor facilidad.
- Limpia los restos de los platos: para conseguir fregar la vajilla con mayor rapidez, sería conveniente que lo primero que hagas sea tirar los restos de comida de forma directa a la basura, usando una espátula o servilleta sucia para empujar migas y sobras pegadas y así evitar que acaben pudiendo acumularse en el desagüe del fregadero.
- Empieza por la cristalería: a la hora de lavar la vajilla, conviene comenzar por las piezas más delicadas y que tienen menos grasa, dando prioridad a la cristalería, como copas y vasos, para dejar que se sequen boca abajo.
- Fregar por categoría y en orden: cuando se unen categorías de vajilla a la hora de fregar se podrá optimizar el proceso y hacer que sea menos tedioso y lento. Por este motivo, es conveniente fregar platos con platos, vasos con vasos, cubiertos con cubiertos, etcétera. Además, el orden a seguir para fregar debería ser: vasos, tazas, platos, cuencos, cubiertos, ollas y sartenes, y dentro de cada una de las categorías, ir de lo más limpio a lo más sucio.
- Haz espuma y ahorra agua: para no malgastar el agua, puedes fregar unificando tareas, enjabonando todo en primer lugar siguiendo el orden mencionado, para luego aclararlo todo colocándolos debajo del chorro. Si lo haces en dos pasos, de enjabonar y aclarar, conseguirás ahorrar mucho tiempo a la hora de lavar los platos.
Siguiendo estas recomendaciones podrás conseguir lavar los platos y el resto de la vajilla con una mayor eficiencia y rapidez, haciendo que deje de ser una tarea tan pesada.