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Una práctica habitual en muchos hogares es la de tirar el aceite por el desagüe del fregadero, la cual debería dejarse de hacerse por los graves daños que puede ocasionar en el medioambiente y las propias infraestructuras urbanas. Es una acción que puede derivar en problemas de gran importancia en el sistema de alcantarillado y los ecosistemas acuáticos.

El hecho de que el aceite sea denso y graso y no se disuelve en agua provoca que tienda a acumularse en las tuberías, lo que puede acabar provocando importantes obstrucciones en los conductos, con el problema que ello puede suponer.

Por otro lado, hay que recalcar que con el aceite se contaminará el agua y esto acabará teniendo consecuencias en los organismos presentes en ríos y océanos, lo que además puede repercutir en la propia cadena alimentaria. A todo ello hay que sumar que el aceite acumulado se puede llegar a solidificar y provocar obstrucciones que requieren de reparaciones muy costosas en el sistema de drenaje, con el incremento en los costes de mantenimiento de las infraestructuras que ello supone.

¿Por qué no hay que tirar el aceite por el desagüe?

El vertido de un solo litro de aceite por el desagüe del fregadero puede contaminar un millón de litros de agua, lo que deja claro que es una práctica que puede suponer un elevado peligro para los ecosistemas acuáticos. En el caso de España, se estima que en torno a dos tercios del aceite que se usa en las cocinas termina en las alcantarillas, provocando problemas en las infraestructuras urbanas.

El aceite no solo provoca que se obstruyan las tuberías, sino que también supone un aumento de la carga de trabajo en las plantas de tratamiento de aguas residuales, donde las grasas en cantidades elevadas pueden acabar por solidificarse y crear los "fatbergs", que son atascos contra los que hay que actuar para poder resolverlos. Por si esto fuera poco, el aceite que se tira por el fregadero alcanza ríos y mares, creando una película en la superficie que imposibilita el intercambio de oxígeno, afectando a la flora y la fauna acuática.

El tirar aceite por el desagüe y que este llegue al sistema de alcantarillado puede contribuir a la proliferación de plagas urbanas como insectos y ratas, que encuentran en este tipo de entornos un lugar ideal para su reproducción. Es por ello por lo que no convendría desechar ningún tipo de aceite a través del desagüe, pues es perjudicial para el medioambiente y puede incluso derivar en problemas de salud pública.

Además, hay que recordar que, antes de tirar el aceite, conviene explorar las formas de reutilizarlo. Por ejemplo, el aceite de las conservas se puede usar para enriquecer distintos platos como mayonesas, pizzas, sofritos, ensaladas y guisos, aportando un mejor sabor y textura, y si no se quiere utilizar en ese mismo momento, se puede congelar para poder utilizarlo a posteriori. Además, hay que destacar que el aceite de oliva de las conservas puede contener vitamina D y ácidos grasos Omega-3, con diferentes beneficios para la salud.

Cómo hacer un buen mantenimiento del fregadero

Realizar un buen mantenimiento y una limpieza diaria adecuada del fregadero es clave para poder evitar que se acumulen las grasas, las manchas y los restos de alimentos. Para ello hay que usar un detergente suave junto a una esponja no abrasiva para la limpieza de la superficie, siendo una mezcla de agua caliente con vinagre un desinfectant

e natural eficaz que ayuda a la hora de eliminar olores. Asimismo, conviene limpiar el grifo a diario para evitar la proliferación de gérmenes.

Es necesario tener claro que los aceites y las grasas son grandes enemigos de los fregaderos, pues verter los mismos por el desagüe puede derivar en obstrucciones al tener una tendencia a solidificarse cuando se enfrían. En lugar de tirarlos por el fregadero, si quieres deshacerte de ellos, lo mejor que se puede hacer es introducirlos en un recipiente cerrado y llevarlos a un punto limpio.

Para evitar obstrucciones será necesario desatascar el fregadero de manera regular, siendo una manera sencilla de hacerlo vertiendo agua caliente por el desagüe cada semana. Si se aprecia que el agua no drena de la forma que debería, se puede preparar una mezcla de vinagre y bicarbonato de sodio, la cual favorecerá la descomposición de los residuos y poder conseguir una mejor limpieza de las tuberías.

Por otro lado, conviene atender al tipo de material del fregadero para determinar el cuidado que necesita, pues en el caso de los fregaderos de cerámica o granito será fundamental prevenir golpes que puedan dañar la superficie, y en el caso de los de acero inoxidable, aunque son duraderos se pueden rayar. También será necesario desinfectar profundamente el fregadero al menos una vez al mes, pudiendo usar para ello una solución de agua y lejía, enjuagando bien tras su aplicación.

Otra recomendación pasa por combatir malos olores presentes en el fregadero, un problema que es muy habitual y que se puede resolver vertiendo bicarbonato de sodio con vinagre por el desagüe, para después de dejar que actúe durante unos minutos, enjuagar con agua caliente.

Por último, para limpiar el grifo, se recomienda usar el mismo detergente suave que se usa para el fregadero, y dado el caso de que exista acumulación de cal, se puede recurrir al vinagre blanco, que se dejará actuar durante unos minutos antes de enjuagar.