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Una de las manchas más difíciles de eliminar en la ropa es, sin lugar a dudas, la de aceite. Este se adhiere a las prendas de ropa y resulta muy complicado de eliminar, incluso utilizando algunos de los mejores productos del mercado. Por ello, en muchas ocasiones la única solución es llevar la ropa manchada a la tintorería.

Sin embargo, lo que muchos desconocen es que existe forma de hacerles frente en casa, pues existe un sencillo truco de tintorería para eliminar las manchas de aceite en cualquier tipo de tejido, gracias al cual se pueden eliminar este tipo de manchas de cualquier tipo de prenda sin tener que recurrir a un profesional.

Antes de pararse a pensar en la forma de retirar las manchas de aceite, conviene tratar de evitar el riesgo de llegar a esta situación, tratando de eludir el contacto de las prendas más delicadas con aceites, utilizando delantales o ropa cómoda para cocinar para prevenir que se puedan llegar a manchar de forma que sea complicado eliminarlas.

Asimismo, independientemente de la prenda de ropa que se manche con aceite, conviene actuar rápidamente tras detectar la mancha. Dado que los aceites se adhieren a los tejidos de forma muy sencilla, conviene tratar la misma lo antes posible, de forma que se conseguirá evitar que se pueda incrustar y, por tanto, hacer que su limpieza sea más difícil.

El truco para quitar manchas de aceite de la ropa

En el momento en el que se detecte una mancha de aceite sobre un tejido, es posible que una parte de ella se haya adherido a la prenda de ropa. Sin embargo, si se aprecia a tiempo, conviene retirar el exceso de aceite para intentar que se acumule la menor cantidad que sea posible.

Para ello, habrá que usar papel absorbente de cocina o un trapo para presionar la mancha y retirar los restos de suciedad, asegurándose de limpiar todo el sobrante, presionando de manera ligera sobre la mancha, evitando frotar. En el caso de hacerlo, se estaría extendiendo la suciedad a otras zonas que no están manchadas de la propia prenda de ropa.

Una vez que se haya retirado el sobrante, habrá que aplicar el truco de tintorería, que consiste en aplicar talco o maicena, dos compuestos que destacan especialmente por su capacidad absorbente. De esta forma, ayudan a la hora de extraer los aceites que están incrustados en los tejidos.

Para aplicarlo, habrá que espolvorear generosamente cualquiera de los dos ingredientes sobre la mancha y dejar que actúe durante al menos 30 minutos. Si la mancha es muy grande, lleva mucho tiempo incrustada en el tejido o ya se ha tratado de eliminar con anterioridad sin éxito, se puede dejar el compuesto actuar durante aproximadamente una hora.

Si la mancha de grasa ya está seca, se puede mezclar la maicena o el talco con un poco de agua para crear una pasta. De esta forma, se conseguirá hidratar la mancha ligeramente, consiguiendo que el compuesto la absorba por completo.

Una vez que ha sido aplicado, usa un cepillo de cerdas suaves, como un cepillo de dientes viejo, para frotar sobre la mancha con delicadeza, evitando dañar el tejido. A pesar de que la mancha sea grande, conviene evitar frotar en exceso, ya que en ese caso se podrían producir daños sobre la prenda de ropa.

Una vez aplicado el ingrediente elegido, ya sea la maicena o el talco, y frotado sobre la mancha, habrá que sacudir la prenda y retirar el sobrante para aplicar un desengrasante. Para ello se puede usar un detergente líquido lavaplatos u otros productos específicos para esta tarea, que son más efectivos por tener potentes agentes desengrasantes.

A continuación, habrá que cubrir la mancha con detergente y frotar con suavidad una parte del tejido contra la otra, de forma que se genere fricción y un poco de espuma. Conviene usar solo la cantidad justa de detergente y dejar que actúe durante al menos 15 minutos para que la grasa se pueda descomponer y eliminar.

Cuando ya se hayan hecho todos estos pasos, habrá que lavar la prenda, para lo que conviene seguir las instrucciones de lavado de la etiqueta, además de usar la temperatura más caliente posible en función de las mismas. Una vez que haya concluido el programa de lavado, habrá que retirar la prenda de la lavadora y convendría no usar la secadora.

El motivo para evitarla es que el propio calor que produce este electrodoméstico podría ayudar a que la mancha se fije, haciendo que sea aún más complicado de eliminar del tejido. Por lo tanto, tras el lavado, conviene fijarse en la mancha para poder comprobar si ha desaparecido o conviene volver a tratar de aplicar este remedio casero, y en el caso de que sí lo haya hecho, se debe colgar para que se seque de forma natural.

Por norma general, lo ideal es tender la ropa en un lugar que se ventile a menudo y dejar que las propias prendas de ropa sigan con su proceso natural de secado. Para ello se puede usar un tendedero plegable o un tendedor colgado, según las posibilidades de cada uno. Además, conviene evitar secar la ropa en los radiadores, una práctica tan habitual como poco recomendable, pues puede afectar a los tejidos negativamente e incluso producir condensación y pérdida de calor en la estancia en la que se coloque.