Al igual que sucede con las sábanas, saber cada cuánto tiempo hay que sustituir las toallas de baño es un asunto que genera muchas dudas, sin que haya acuerdo acerca de cuántos usos se permiten antes de que haya que llevarlas a la lavadora. De hecho, mientras que hay quienes quieren usar una limpia todos los días, en otros casos se dejan días e incluso semanas colgadas en el baño y se usan de forma repetida.
Si tienes la duda del número de duchas en las que tienes que usar una toalla antes de lavarla, la respuesta de la ciencia es probable que no te contente. Las temperaturas y la humedad son un escenario perfecto para que proliferen microorganismos, y esto es lo que proporciona una toalla después de su uso.
A ello hay que sumar que muchas de estas toallas son gruesas y tienen orificios en su tejido, se convierten en el nido de cultivo ideal para hongos y bacterias, y también que, al usarlas, depositamos en ellas pelo, escamas de la piel y restos de jabón.
Con todos estos ingredientes se consigue que una toalla de ducha sea el lugar perfecto para la proliferación de bacterias, por lo que, dadas las condiciones tan favorables para ellas, podrán aparecer y multiplicarse de una manera impresionante. Es por ello por lo que los expertos recalcan que es imprescindible secar bien la toalla tras cada uso, ya que en caso contrario proliferarán estos microorganismos en cada pliegue y arruga con humedad.
Por este motivo, si eres una de esas personas que la usa de forma repetida hasta que la toalla comienza a desprender malos olores, debes saber que te estás equivocando, puesto que, si llega a apestar, significa que es demasiado tarde, y que ya habría que haberla lavado con anterioridad.
¿Cuándo cambiar la toalla de ducha?
La elevada proliferación de bacterias en las toallas hace que sea imprescindible lavarlas con frecuencia, si bien, tampoco quiere decir que haya que utilizar una nueva en cada ocasión como si se tratase de un hotel. Los profesionales de la microbiología tienen claro cada cuánto tiempo se debería cambiar la toalla de ducha, y esta es cada tres duchas.
De esta manera, una vez secado por tercera vez con la misma toalla, habría que tirarla, si bien, hay que dejar claro que es importante dejar que se seque tras ese tercer uso, antes de introducirla en la lavadora. Lo ideal es dejar que se seque cuanto antes, preferiblemente dejándola al aire libre si existe la posibilidad.
Por otro lado, en el caso de que no la vayas a lavar inmediatamente, es preferible no introducir la toalla en la lavadora, pues tanto el moho como los malos olores se propagan. De igual modo, al llegar a su fin el ciclo de lavado, saca la ropa lo antes posible por este mismo motivo. En lo que respecta a su lavado, muchos expertos recomiendan hacerlo a 60 grados centígrados y agregar un poco de vinagre en el tambor, una combinación con la que es posible deshacerse de las bacterias y el moho.
Cómo lavar las toallas para suavidad y limpieza
Además de cambiar las toallas cada tres lavados, una preocupación habitual es la de saber la mejor manera de lavarlas para que queden suaves y limpias, y que además mantengan sus propiedades de secado. Lo primero de todo es saber que, cuando se lavan unas toallas nuevas, conviene lavarlas por separado, pues pueden soltar pelusas e hilos y desteñir.
Dicho esto, para el resto de lavados posteriores, existen una serie de recomendaciones básicas para conseguir que las toallas queden suaves y puedan mantener su capacidad de secado, como son:
- No uses suavizantes: aunque es común utilizar suavizantes a la hora de lavar las prendas de ropa, en el caso de las toallas de baño no deberías hacer uso de los mismos, puesto que se trata de productos que reducen la capacidad de absorción de las toallas.
- Bicarbonato de sodio o vinagre: como ya hemos indicado, una de las mejores formas de poder conseguir un buen resultado a la hora de lavar las toallas es agregar un poco de vinagre en el tambor o en la bandeja en la que va el detergente, lo que hará que no se formen depósitos de cal en el agua y en las fibras de las toallas. Asimismo, si lo prefieres, puedes hacer lo mismo utilizando bicarbonato de sodio, otro producto con muchas aplicaciones de limpieza en el hogar.
- No llenes la lavadora en exceso: no debes cometer el error de llenar la lavadora por completo, pues las toallas deben contar con espacio suficiente dentro del tambor para que se puedan limpiar adecuadamente.
- Temperatura de lavado: aunque hay quienes recalcan que es preferible lavar las toallas a 60 grados centígrados, esta es una temperatura ideal para las toallas blancas, no así para las toallas más oscuras, que es más conveniente lavarlas a un máximo de 40 grados centígrados, para evitar que así se puedan llegar a decolorar.
- Extiende la toalla para su secado: para secar las toallas es preferible extenderla en su totalidad para que recuperen su forma, siendo recomendable que se haga en un lugar aireado en el que no reciba de forma directa la incidencia de los rayos del sol. Tampoco debe excederse el tiempo de secado, ya que en ese caso podrían quedarse acartonadas.