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A la hora de mantener la limpieza en el hogar, es importante prestar atención a los diferentes elementos que lo componen, debiendo poner los ojos en los electrodomésticos, que requieren de un adecuado mantenimiento para que funcionen a la perfección y se alargue su vida útil.

En este caso nos centraremos en hablarte de cómo limpiar la goma del congelador, una pieza que se encuentra ubicada en la puerta y que habitualmente acumula suciedad y humedad, lo que puede derivar en la formación de moho. Si no se cuida de la forma correcta, esta parte del aparato puede emitir olores desagradables y afectar a los alimentos.

Es por ello por lo que conviene saber el truco con un ingrediente de cocina que te ayuda a limpiar esta goma, y que no tiene nada que ver con el uso del vinagre ni del agua oxigenada. Con este ingrediente que es muy probable que tengas en tu hogar, y con solo seguir una serie de simples pasos, podrás conseguir que quede como nueva, en óptimas condiciones de higiene.

El ingrediente en cuestión es el bicarbonato de sodio, de sobra conocido en el terreno de la limpieza doméstica por la gran cantidad de usos que tiene, con excelentes resultados. Para poner en práctica este truco debes comenzar por retirar los alimentos del congelador, vaciando todos los compartimentos para poder tener un mejor acceso a las gomas.

A continuación, será el momento de preparar la solución, para lo que hay que mezclar a partes iguales bicarbonato de sodio y agua tibia, hasta crear así una pasta. Ahora, con ayuda de un cepillo de dientes o una esponja, se debe aplicar la mezcla sobre las gomas del congelador, poniendo especial atención en las esquinas y los pliegues.

Se debe frotar suavemente para poder eliminar la suciedad acumulada y/o el moho, para seguidamente retirar la mezcla con un paño húmedo y limpiar. Finalmente, será necesario pasar un paño limpio para secar la goma y evitar que quede húmeda, lo que podría provocar, de nuevo, la aparición de moho.

Cómo conservar los alimentos en el congelador

Los expertos recalcan la importancia de conservar la comida en tuppers dentro del congelador para evitar que se pueda producir una contaminación cruzada de los alimentos, pues en el caso de que no se encuentren almacenados en un recipiente hermético, podrían llegar a contraer bacterias altamente perjudiciales para la salud.

Además, un estudio de Environmental Sciences Europe explica que el cerrado hermético de los tuppers ayuda a mantener el sabor y las propiedades de los alimentos, que si se conservan de otra manera podrían llegar a perder algunos macronutrientes y ver modificado su sabor al absorber la humedad del congelador.

Por otro lado, científicos de la Clínica Universidad de Navarra han dado una serie de claves a tener en cuenta para poder conservar los alimentos de la mejor manera posible en el congelador:

  • Los alimentos perecederos, se deben conservar en frío a una temperatura de entre 0 y -8 grados centígrados.
  • La mayor parte de los alimentos perecederos se pueden conservar refrigerados hasta un máximo de 5 días, si bien el pescado fresco y la carne picada se pueden conservar unos 2 días.

    En el caso de los huevos frescos, se pueden conservar en el frigorífico durante 2-3 semanas.
  • Es importante que los alimentos se coloquen y guarden siempre debidamente tapados, y si están cocidos, tendrán que estar siempre guardados en recipientes con cierre hermético.
  • En lo que respecta a las latas de conservas, encurtidos, salsas y mermeladas, se pueden conservar en sitios frescos y secos a temperatura ambiente, no siendo necesario introducirlos en el frigorífico o congelador. Sin embargo, hay que tener en cuenta su fecha de consumo preferente y caducidad.
  • Una vez que un producto enlatado está abierto, se debe tratar como un alimento perecedero y conservarlo en el frigorífico, después de haberlos transferido a otro recipiente que, como decimos, debe ser hermético.
  • Aquellos alimentos que gotean, se deben colocar en un recipiente limpio y en la parte inferior del frigorífico, para así evitar que su goteo pueda llegar a caer sobre otros alimentos, con lo que ello supone.
  • Las verduras, frutas y hortalizas se deben colocar en la zona del frigorífico que menos enfríe y guardándolas fuera de las bolsas de plástico. Habitualmente, las neveras incorporan un compartimento específico para este tipo de alimentos, de forma que se encuentren protegidos.
  • La puerta es la zona menos fría de la nevera, por lo que en ella no se deben almacenar los alimentos perecederos. Por ello, es una zona indicada para aquellos alimentos que no requieren de temperaturas tan bajas y estables, como bebidas o salsas de mesa no caseras (mostaza, kétchup…)
  • Es necesario separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar posibles problemas de salud, y situar delante los alimentos que se deben consumir antes. Para ello, se debe prestar atención al etiquetado y comprobar las condiciones de conservación y fechas de caducidad y consumo preferente de cada alimento.
  • Por otro lado, conviene refrigerar o congelar lo antes posible, dividiendo las piezas grandes de carne o el guiso en porciones más pequeñas para conseguir que se enfríen antes. Asimismo, conviene poner etiquetas con la fecha de elaboración.
  • Se debe mantener limpia la nevera, para lo cual se recomienda limpiarla a fondo al menos una vez al mes.