Tener las ventajas impecables y sin marcas puede convertirse en un gran desafío dentro de las tareas de limpieza del hogar, sobre todo cuando se producen algunas manchas que incluso se mantienen tras una exhaustiva limpieza. Sin embargo, existen algunos trucos que se pueden poner en práctica para conseguir unas ventanas siempre limpias y sin marcas.
Para conseguir los mejores resultados es importante elegir un producto de limpieza adecuado, pero también usar los utensilios y las técnicas de limpieza apropiadas. Para una limpieza de cristales perfecta es necesario disponer de varios elementos que facilitarán enormemente la tarea.
Se necesita un recipiente con agua fría en el que se puede realizar la mezcla de limpieza, un paño de cocina húmedo y una esponja para aplicarla, una escobilla de goma de calidad y una toalla o paño seco. Además, hará falta detergente y el ingrediente clave que se debe añadir al agua y que ha hecho que este truco se haya hecho viral: el vinagre.
De esta forma, lo primero que habrá que hacer para limpiar las ventanas a la perfección será juntar el vinagre y el agua para crear una efectiva mezcla de limpieza. Entre los minerales que contiene el agua se encuentra el calcio, que puede ocasionar marcas indeseadas en el vidrio. Por ello, es necesario agregar el vinagre, ya que este se encarga de combatir de manera eficaz los minerales y contribuir a eliminar las impurezas de grasa.
A la hora de hacer la mezcla es aconsejable usar medio vaso de vinagre por cada 5 litros de agua, aunque si las ventanas presentan mucha suciedad, se puede utilizar una mayor concentración de vinagre.
De hecho, ante cristales que llevan mucho tiempo sin limpiarse o que están muy sucios, puede agregarse a la mezcla un poco de amoniaco y una cucharada de detergente. El amoniaco es muy eficaz para eliminar la suciedad, pero es imprescindible que se adopten medidas de seguridad, como una ventilación adecuada, principalmente si se realiza la tarea en interiores.
Cómo dejar las ventanas limpias
Para conseguir un buen resultado de limpieza en las ventanas y evitar las marcas, habrá que empezar por limpiar el marco de la ventana. Será imprescindible limpiar el polvo y la suciedad alrededor del marco para evitar que estos no se acumulen una vez que se limpien los vidrios.
Ahora habrá que usar una esponja o paño para aplicar la mezcla de vinagre y agua sobre los cristales, siendo necesario hacer uso de una escobilla de goma para poder limpiar el agua, realizando el mismo movimiento continuo, ya sea de izquierda a derecha, de arriba abajo, haciendo "eses" …, lo que será clave para poder evitar la aparición de marcas.
Es importante que se limpie la escobilla de goma después de cada pasada para evitar que haya un exceso de agua en el cristal, lo que podría ocasionar que finalmente queden una serie de marcas antiestéticas.
Tras limpiar la ventana usando dicha escobilla de goma, habrá que usar un paño seco para limpiar todos los bordes de las ventanas, siendo un paso clave para poder conseguir una superficie que ofrezca un resultado perfectamente limpio y que el vidrio quede brillante.
Si tras seguir todos estos pasos aún aparecen manchas en el cristal que afectan a la estética de las ventanas, es posible que tengas que volver a repetir el proceso, algo que es más habitual en el caso de que las ventanas tengan una suciedad extrema.
Frecuencia de limpieza de ventanas
La tarea de limpiar las ventanas puede llegar a ser tediosa e incluso complicada en algunos casos, lo que hace que en muchas ocasiones se posponga demasiado en el tiempo, lo que hará que se acumule una gran cantidad de suciedad. Esto es un error, ya que cuánto más tiempo pase, más complicado será dejarlas impecables.
La frecuencia de lavado de las ventanas dependerá, en todo caso, del entorno en el que se encuentre la vivienda, pues en zonas con mucho polvo o en las cercanías de carreteras, será posible que sea necesario limpiarlas con una mayor frecuencia. Aunque se recomienda limpiarlas al menos una vez cada tres meses, cuanto más a menudo lo hagas, más rápido y fácil resultará.
También habrá que prestar especial atención al clima, pues la limpieza de ventanas resulta más sencilla en aquellos días en los que hace buen tiempo, ya que permite poder visualizar con mayor facilidad las manchas y otras marcas que puedan aparecer en los vidrios.
Un tercer factor a considerar es el tipo de ventana, puesto que no se pueden limpiar de la misma manera las ventanas de madera o PVC que las de aluminio, pues cada material tiene sus propias características y requiere de un método y frecuencia de limpieza.
Mantener las ventanas totalmente limpias es de gran ayuda para mejorar la estética del hogar, pero al mismo tiempo deja entrar una mayor cantidad de luz natural, creando un ambiente más acogedor. Usando una buena técnica y los productos adecuados, se pueden llegar a conseguir resultados profesionales sin apenas esfuerzo.
Con el truco viral, que consiste en echar vinagre al agua e incluso recurrir al amoniaco y el detergente para deshacerse de las manchas más difíciles, se podrán tener unas ventanas relucientes al alcance, lo que además facilitará las siguientes limpiezas, que serán más efectivas y sencillas.