Uno de los souvenirs que nunca faltan cuando viajamos a cualquier ciudad o país son los imanes, tanto para un uso propio como para obsequiar con ellos a amigos o familiares. Lo más habitual es que estos se coloquen en la nevera, con casos en los que están totalmente inundadas de este tipo de objetos, con los cuales recordar viajes hechos en el pasado.

Sin embargo, aunque es una costumbre colocarlos en este electrodoméstico, existe un motivo por el que no se deberían pegar en la nevera. Esto tiene que ver principalmente con los frigoríficos de última generación, que es muy probable que cuente con sensores en su parte frontal que podrían entrar en conflicto con los imanes.

El campo magnético que crean estos souvenirs puede hacer que tanto paneles como elementos que requieren de automatización digital, no funcionen correctamente. En ocasiones puede que solo produzcan un error imperceptible, pero a medida que se sucede en el tiempo, es posible que acabe por provocar un daño en el dispositivo, provocando que deje de funcionar alguno de sus elementos electrónicos.

El culpable de que se produzcan estos problemas tiene que ver con los materiales con los que se fabrican los agarres de los imanes, donde suele haber una gran presencia de neodimio, considerado el material más potente de su tipo, y es por ello por lo que se usa para los imanes permanentes.

Colocar un imán al lado de un frigorífico que incorpore una pantalla no destrozará por completo el funcionamiento del electrodoméstico, pues apenas un par de ellos apenas tendrán un efecto negativo, pero sí que puede llegar a ser un verdadero problema cuando se llena la nevera de imanes, sin control. En los modelos más antiguos o simples no habrá problema si quieres adornar la nevera ocupando todo o gran parte de su espacio, pero en los más modernos deberías desistir de esta práctica.

Trucos y consejos para alargar la vida del frigorífico

Para alargar la durabilidad de un frigorífico conviene, por tanto, no añadir demasiados imanes, sobre todo si es un modelo nuevo, pero hay otros muchos consejos que se pueden aplicar para lograrlo. Por norma general, un frigorífico tiene una vida útil de entre 10 y 16 años, un tiempo nada despreciable teniendo en cuenta que se utilizan las 24 horas del día a lo largo de los 365 días del año. Sin embargo, si se usa mal y no se realiza un buen mantenimiento, esta durabilidad se puede reducir de forma considerable.

Algunas recomendaciones para alargar su vida útil son las siguientes:

  • Control de la temperatura: tener la temperatura apropiada para conservar bien los alimentos es muy necesario, y también influirá en el propio funcionamiento del electrodoméstico y el esfuerzo que este tenga que realizar para poder alcanzar la temperatura deseada. Por este motivo, es importante encontrar el equilibrio entre que los alimentos se mantengan en buen estado y lograr una mayor eficiencia, y por ello los expertos recomiendan establecer una temperatura de entre 4 y 5 grados centígrados.
  • No abrir demasiado la puerta: un error muy frecuente en los hogares es el de dejar la puerta de la nevera abierta mientras se decide qué cocinar, o incluso mientras se están cogiendo los diferentes ingredientes para la preparación de una receta. Por este motivo, conviene tener claro lo que se quiere sacar del frigorífico para, nada más abrirlo, coger rápidamente los productos y evitar que salga demasiado aire frío, lo que provocará que el motor del aparato tenga que trabajar más para mantener la temperatura óptima.
  • Revisión de las puertas: las juntas de la puerta se encargan de mantener el aire frío en el interior de la nevera, motivo por el cual es muy importante que se mantengan en buen estado y siempre estén limpias y libres de cualquier daño. En caso contrario, será necesario repararlas y sustituirlas si es necesario. Es clave que no haya fugas y poder garantizar que sellen bien, logrando así un funcionamiento eficiente.
  • Ubicación: antes de adquirir un nuevo frigorífico es importante saber dónde se quiere ubicar, debiendo evitar colocarlo cerca de fuentes de calor como el horno o la vitrocerámica, además de buscar que haya una temperatura moderada. De igual modo, habrá que dejar al menos 10 cm de distancia entre el aparato y la pared.
  • No llenar en exceso la nevera: tener la nevera llena es algo que gusta a muchas personas para poder tener muchas opciones a la hora de cocinar platos para el almuerzo o la cena. Sin embargo, no hay que excederse en ello, puesto que los productos pueden llegar a obstaculizar los conductos que se encargan de expulsar el aire dentro del frigorífico, lo que afectará a su capacidad para enfriar todas las partes de la nevera y al propio funcionamiento y durabilidad de la misma.
  • No introducir comida caliente: cuando se introduce en el frigorífico comida caliente, el aparato sufre en su interior una rápida subida de la temperatura, y dado que está programada para mantener siempre la misma temperatura, tendrá que trabajar más el motor para poder conseguir alcanzar la deseada, lo que además supondrá un mayor consumo.

Siguiendo estos consejos y recomendaciones, será posible maximizar la durabilidad del aparato, además de conseguir un uso mucho más eficiente de un electrodoméstico que está presente en todos los hogares y que funciona, por lo general, de manera ininterrumpida.