Con el final del verano en España, regresa el tiempo otoñal y con la correspondiente bajada de temperaturas, los primeros catarros y gripes de la temporada. Algo que en el caso de los más pequeños se complica sobre todo con la vuelta al cole y a las clases. Y es que, que nuestros hijos se pongan malos como para no ir a la escuela puede resultar algo difícil de gestionar y a menudo también por la mezcla de emociones que nos invaden: amor, miedo, confusión, preocupación...
Lo primero de todo sin duda, es que no dudes en ponerte en contacto con su médico o pediatra; pero también tendrás que asegurarte de llevar a cabo en el hogar algunos cuidados extras para que tu pequeño o pequeña se recupere lo más rápido y bien posible.
Por qué nunca deberías hacer estas 5 cosas si tu hijo está enfermo
Precisamente para que esto no sea un desafío, hemos tomado nota de los cuidados y concretamente de los errores que no deberías cometer si tu hijo está malo y que una pediatra formada en Harvard y madre de dos hijos, conocida como Kelly Fradín, ha recomendado a través del portal de noticias CNBC. Toma nota.
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1. Si tu hijo presenta fiebre mientras duerme, no interrumpas su sueño para darle medicamentos
Según la especialista en CNBC News, descansar es fundamental para la recuperación y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Aunque pueda ser preocupante que el niño tenga fiebre, si se encuentra cómodo y descansando, no es necesario medicarlo de inmediato.
"Puede dar miedo que nuestro hijo tenga fiebre, pero si está cómodo y descansa, no es una emergencia que requiera medicación en ese momento. Dejándole descansar, es posible que su sistema inmunológico esté mejor equipado para hacer su trabajo y ayudar a combatir el virus", asegura.
2. Si lo notas molesto, no dudes en darle medicamentos para controlar la fiebre
"Si tu hijo tiene fiebre y respira más rápido o con más dificultad, bebe menos líquidos o tiene problemas para descansar, no dudaría en darle medicamentos seguros y eficacesde uso generalizado como acetaminofén o ibuprofeno para ayudar a que se sienta más cómodo", explica la experta.
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En cambio, “si el pequeño está tomando estos medicamentos tres o cuatro veces al día, durante más de tres días, y el malestar no cede, probablemente sea hora de volver a consultar al médico”, enfatiza Fradin.
3. Nunca te centres más en la temperatura que en la apariencia del niño
Esta pediatra asegura que termómetros no son los instrumentos más precisos para evaluar el estado de salud de un niño: “He recibido muchas llamadas telefónicas de padres en pánico que ven un número alto, pero siempre recomiendo que observen a sus hijos antes de entrar en pánico”.
Siempre que nuestro hijo se sienta bien, respire de forma normal y permanezca bien hidratado, lo más normal es que no se trate de una emergencia. Por el contrario, "si parece muy enfermo y su termómetro indica que no tiene fiebre, es posible que necesite atención médica", puntualiza.
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4. Evita los medicamentos para la tos y decántate por remedios naturales como la miel
Kelly Fradín explica que los medicamentos para la tos como la codeína o el dextrometorfano pueden llegar a hacer más daño que bien, de hecho recalca que la Academia Estadounidense de Pediatría los desaconseja.
"Los jarabes para la tos que contienen muchos medicamentos en un solo producto pueden aumentar el riesgo de cometer un error de medicación. Esto se debe a que en ocasiones alguno de esos componentes del medicamento para la tos puede llegar a repetirse en su medicación diaria recetada por el médico y podría provocar una sobredosis.
"Para los niños mayores de un año, utilizo exclusivamente miel o jarabe para la tos con miel como ingrediente principal. Se ha demostrado que funcionan tan bien como otros medicamentos, pero con menos riesgos", explica.
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5. No midas los medicamentos en cucharadas
Fradín asegura que "casi 700.000 niños sufren errores de medicación cada año", y según esta experta una de las causas tiene que ver con el uso y la medición de los medicamentos líquidos: "Las dosis para niños varían según la edad y el peso, a esto hay que añadir que las cucharaditas para administrarlos son de diferentes tamaños" y pueden llegar a confundirse y mezclarse.
"Por seguridad, siempre doy la información de dosificación en mililitros para mejorar la precisión y evitar errores", finaliza la experta.