5 hábitos que podrían estar destruyendo tu salud cerebral según una experta de Harvard

Cuántas veces habremos escuchado esa frase de "somos lo que comemos". Definitivamente una dieta saludable y variada, como la dieta mediterránea española, puede hacer mucho bien a nuestra salud. Pero ¿y si te dijéramos que también puede afectar directamente a nuestro cerebro? Esto es precisamente de lo que trata una reciente investigación llevada a cabo por la miembro del cuerpo docente de la Facultad de Medicina de Harvard, la Dra. Uma Naidoo.

Esta experta, también directora de psiquiatría nutricional y de estilo de vida en el Hospital General de Massachusetts, ha estudiado cómo los cambios que hacemos en la dieta pueden llegar a producir mejoras significativas en nuestro estado de ánimo y bienestar mental. A continuación te presentamos los cinco hábitos que según esta investigadora, podrían estar destruyendo tu cerebro. Toma nota.

5 hábitos alimenticios que pueden estar destruyendo tu cerebro

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Toma nota de los cinco hábitos alimenticios que deberías evitar si quieres mantener tu memoria y concentración nítidas, mientras mejoras tu salud mental. Toma nota.

1. Aceites vegetales altamente procesados

Los aceites extraídos de cultivos industriales como la soja, el maíz, la colza (que se usa para hacer aceite de canola), semillas de algodón, girasol y cártamo contienen una gran cantidad de ácidos grasos omega-6.

Un exceso de consumo de omega-6 puede llevar a la producción de sustancias químicas que causan inflamación en el cerebro. Por esto, para cocinar, es aconsejable optar por aceites como el de oliva, coco o aguacate en lugar de estos aceites procesados.

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2. Exceso de azúcares añadidos y refinados en los alimentos

Si bien el cerebro necesita glucosa para funcionar, un exceso de azúcares en la dieta puede causar problemas de memoria y reducir la plasticidad del hipocampo, que es crucial para la memoria.

Es importante recordar que muchos alimentos salados también contienen azúcares añadidos ocultos, como salsas para pasta, ketchup, aderezos para ensaladas comprados y sopas enlatadas. Cambiar a alimentos caseros hechos con ingredientes integrales es una mejor opción.

3. Alimentos ultraprocesados

Consumir una dieta rica en alimentos ultraprocesados puede acortar los telómeros, que son como "capas" de nuestro ADN relacionadas con el envejecimiento celular saludable.

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Además, un estudio reciente de 2022 encontró una relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados, como productos horneados y refrescos, y una mayor probabilidad de experimentar depresión leve. Como regla general, es mejor evitar los alimentos cuyos ingredientes no puedas pronunciar o reconocer.

4. Edulcorantes artificiales

Los edulcorantes artificiales, que carecen de valor nutricional, pueden aumentar las bacterias intestinales perjudiciales que afectan negativamente el estado de ánimo.

De hecho, algunos de estos edulcorantes, como la sacarina, sucralosa y el aspartame, se han asociado con la ansiedad y la oxidación, que aumenta los radicales libres dañinos en el cerebro. Se sugiere considerar alternativas como la miel, el extracto de fruta de monje o el azúcar de coco.

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5. Alimentos fritos

Aunque los alimentos fritos suelen ser deliciosos, pueden ser perjudiciales para la salud cerebral. Un estudio con más de 18,000 personas reveló que una dieta rica en alimentos fritos se asociaba con un rendimiento cognitivo y de memoria inferior.

Como alternativa, se recomienda optar por versiones horneadas, fritas al aire o al vapor de tus platos favoritos.

Los hábitos alimenticios que mejorarán la salud de tu cerebro

Si lo que quieres es dejar atrás estos malos hábitos y proteger tu cerebro y salud mental con cambios beneficiosos en la alimentación, toma nota de los hábitos alimenticios positivos que vamos a señalarte a continuación.

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Y es que, además de la importancia de seguir una dieta saludable con ejercicio regular, sueño adecuado y técnicas de manejo del estrés, también es fundamental que sigas los siguientes consejos.

• Consumir grasas saludables: Incorpora grasas saludables en tu dieta, como las que se encuentran en el aceite de oliva extra virgen, los aguacates, los frutos secos y los pescados grasos como el salmón y el atún. Estas grasas proporcionan ácidos grasos omega-3 que son esenciales para la función cerebral.
• Alimentos ricos en antioxidantes: Los antioxidantes, presentes en frutas y verduras como las bayas, las espinacas, las nueces y el brócoli, ayudan a proteger el cerebro contra el daño oxidativo y a mantenerlo saludable.
• Incorporar proteínas magras: Las proteínas magras, como el pollo, el pavo, el pescado y el tofu, proporcionan aminoácidos esenciales que son importantes para la producción de neurotransmisores que influyen en el estado de ánimo y la cognición.
• Carbohidratos complejos: Opta por carbohidratos complejos, como granos enteros, legumbres y verduras, en lugar de carbohidratos refinados. Estos proporcionan un suministro constante de glucosa al cerebro sin causar picos y caídas en el azúcar.
• Alimentos ricos en vitaminas B: Las vitaminas B, como la B6, B9 (ácido fólico) y B12, son esenciales para la función cerebral. Encuéntralas en alimentos como la carne magra, los huevos, los vegetales de hojas verdes y los cereales integrales.
• Ácido fólico: El ácido fólico, presente en alimentos como las lentejas, los garbanzos y las espinacas, es crucial para la salud mental y puede ayudar a reducir el riesgo de depresión.
• Hidratación: Mantén una buena hidratación, ya que la deshidratación leve puede afectar negativamente el estado de ánimo y la cognición. Bebe suficiente agua durante todo el día.
• Moderación con la cafeína y el alcohol: Limita el consumo de cafeína y alcohol, ya que en exceso pueden afectar negativamente la calidad del sueño y la salud mental.
• Dieta mediterránea: Considera seguir una dieta mediterránea, que se caracteriza por el consumo de aceite de oliva, pescado, frutas, verduras y nueces. Se ha asociado con beneficios para la salud cerebral y mental.
• Comidas regulares: Come comidas regulares y evita saltarte comidas. El equilibrio y la consistencia en tu ingesta pueden ayudar a mantener niveles de energía y estado de ánimo estables.