7 trucos prácticos para aprovechar al máximo el bicarbonato sódico en el hogar
Para la acidez, como agente leudante o como blanqueante dental. Algunos la califican como la 'navaja suiza de la limpieza' por su gran versatilidad.
18 agosto, 2023 01:13El bicarbonato sódico es un producto que no falta en ningún hogar. Pero sus usos a menudo quedan relegados a aliviar la acidez del estómago o ayudar a que nuestros pasteles y bizcochos adquieran una consistencia más esponjosa. Lo cierto es que existen usos prácticos más allá de los mencionados. Su versatilidad lo convertiría en la navaja suiza del mundo de la limpieza.
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Una característica esencial es que ayuda a regular y neutralizar el pH, lo que significa que una sustancia nunca es demasiado ácida ni demasiado alcalina. Y además, es un producto muy económico. "Lo divertido del bicarbonato de sodio es que hace tanto y es tan barato", señaló la experta en limpieza y escritora Becky Rapinchuk, también conocida como 'Clean Mama', al medio The Huffington Post.
Con una simple búsqueda en internet se pueden encontrar la kilométrica lista de usos prácticos que ofrece el bicarbonato de sodio por sí solo o cuando se mezcla con otros productos de limpieza. Al fin y al cabo es una sustancia natural y nada agresiva. Tiene sabor alcalino y además es poco soluble en agua. Algunos de ellos son:
1. Eliminar malos olores de la nevera
"Puedes poner una caja abierta de bicarbonato de sodio en el frigorífico o en cualquier lugar que esté un poco mohoso o apestoso", explica Rapinchuk a The Huffington Post. "Absorberá los olores", sentencia.
En cuestión de días, el bicarbonato sódico cumplirá su cometido y empezarás a notar un olor más fresco. Para mantener esa ausencia de olores molestos conviene sustituir el bicarbonato sódico al menos cada tres meses.
2. Blanquear los dientes
El bicarbonato de sodio es un remedio casero muy popular para blanquear los dientes. De hecho, algunos estudios revelan que las pastas de dientes que contienen esta sustancia entre sus ingredientes son más efectivas a la hora de acabar con manchas y blanquear nuestra sonrisa.
Esta sustancia tiene propiedades abrasivas suaves que pueden romper los enlaces de las moléculas que manchan los dientes. Y además, sirve como agente antibacteriano y antimicrobiana, lo que contribuye a acabar con las bacterias más dañinas.
Para sacarle el mejor partido, se debe mezclar una cucharada de bicarbonato sódico con una cucharada de agua en un vaso o cuenco hasta conseguir una pasta espesa. Después, solo queda aplicarla directamente sobre los dientes con los dedos o un cepillo.
3. Desodorante corporal
Esta cualidad para acabar con las bacterias y absorber olores molestos lo posicionan como una opción para dejar atrás a los desodorantes convencionales, que contienen sustancias perjudiciales para la salud o el medioambiente, como el aluminio o los parabenos.
Pero "aunque se han realizado estudios sobre los beneficios del bicarbonato de sodio en general, hay muy poca investigación científica que respalde específicamente su uso como desodorante de axilas", señalan en una página informativa de Healthline. A algunas personas les ha funcionado de maravilla, mientras que a otras, por utilizar cantidades inadecuadas o por su sensibilidad cutánea, les ha causado sarpullidos y rojeces en la piel.
Para evitar posibles contratiempos, se recomienda realizar una prueba con una pequeña cantidad aplicándola sobre una zona de las axilas. Si es 48 horas tu piel no ha desarrollado ningún tipo de reacción o irritación, lo más probable es que sea seguro utilizarlo como sustituto de tu desodorante habitual.
Lo que hay que tener en cuenta en todo momento es que el bicarbonato sódico no es un producto diseñado para aplicar en la piel. "Es mucho más alcalino que tu piel, lo que podría alterar su equilibrio natural de pH", explican desde Healthline.
4. Acabar con el mal olor de los zapatos
Rapinchuk, en declaraciones a The Huffington Post, dice que le gusta usar bicarbonato de sodio para refrescar los zapatos malolientes. Y hay varias maneras de hacerlo.
Se puede espolvorear bicarbonato directamente en los zapatos, dejarlos reposar un día y sacudirlos. O bien, se pueden preparar pequeñas bolsas con esta sustancia y dejarlas en los zapatos cuando no los estés usando.
5. Utilizarlo (en seco) como champú
De la popularidad del movimiento 'No poo' que propugna evitar el uso del champú nace la moda de emplear productos que lo sustituyen. Uno de ellos es el bicarbonato sódico. "La gente dice que el bicarbonato de sodio, disuelto en agua, puede eliminar el exceso de grasa y la acumulación, suavizar el cabello y restaurar el brillo", señalan en una nota informativa de Healthline.
No obstante, no se trata ni mucho menos de un método infalible. Es más, no hay evidencia clara de que el bicarbonato de sodio pueda suavizar el cabello o devolverle el brillo, pero sí la hay de su potencial riesgo para el pelo y cuero cabelludo. Sus consecuencias para las personas con cabellos sensibles pueden ser nefastas.
En general, el bicarbonato de sodio es abrasivo, puede secar el pelo y el cuero cabelludo y alterar los niveles de pH de la zona. Si bien puede resultar efectivo en el corto plazo para las personas con cabellos grasos, en el largo plazo podría despojar al cabello de sus aceites naturales e irritar el cuero cabelludo.
6. Tratar las picaduras de insectos y las quemaduras
El bicarbonato sódico es capaz de aliviar las picaduras de insectos. Y también puede minimizar el picor provocado por las quemaduras solares. Esto es especialmente útil en los veranos más calurosos.
Para aplicarlo, The Centers for Disease Control and Prevention (CDC) recomienda preparar una mezcla de bicarbonato sódico y agua:
1. Mezcla una cucharada de bicarbonato de sodio con agua suficiente para crear una pasta.
2. Aplica la pasta sobre la picadura de mosquito.
3. Espera 10 minutos.
4. Retira la pasta con agua.
7. Limpiar las joyas
Si tienes alguna pieza de joyería muy sucia o que se ha ennegrecido con el paso de los años, una manera de devolverles su esplendor es utilizar una solución de agua, jabón y bicarbonato sódico.
En un cuenco con agua caliente, añade un chorrito de lavavajillas y 2 cucharaditas de bicarbonato sódico. Sumerge la pieza por completo y déjala reposar unos veinte minutos. Después, retírala y utiliza un cepillo para eliminar los restos de la suciedad que se ha desprendido. Y aclara la pieza y disfruta de su brillo.