Con la llegada del verano y de temperaturas típicas de finales de julio, todos pasamos calor. Pero si los humanos nos derretimos, ¿qué les pasa a nuestras mascotas? Es de conocimiento popular eso de que hay que tener cuidado con los perros, que se pueden 'quedar pegados' al asfalto si se les saca de casa. Pero, ¿qué ocurre con los gatos?
Nuestros compañeros felinos son altamente sensibles a los cambios de temperatura, especialmente cuando los termómetros suben de golpe. Te damos algunos consejos y trucos sencillos, caseros y baratos para que puedas cuidar de tus mininos este verano y que estén cómodos a pesar del calor.
Agua fresca
Parece obvio, pero nunca está de más recordarlo. Durante todo el año, pero especialmente en los días y meses de más calor, es aconsejable cambiarle el agua varias veces al día a tu gato. Que siempre tenga a su disposición agua fresca, tanto en cuencos como en fuente.
Es importante, además, cambiarle el agua de la fuente más a menudo en verano. Los gatos son animales que, por costumbre, suelen beber poco, pero si tienen agua siempre fresca a su disposición será más probable que se rehidraten cuando lo necesiten.
El truco de la toalla helada
¿Tu gato pasa mucho calor en verano? Hay una solución muy sencilla para refrescarlo: coge una toalla de lavabo y enróllala, métela en una bolsa hermética (o bien cerrada) y ponla en el congelador varias horas. Cuando la saques de la bolsa estará fría, pero no se habrá congelado, así que será perfecta para colocarla al lado de tu gato. Ya verás cómo se queda dormido pegado a ella.
La clave es tener siempre toallas en el congelador. Así, cuando una se recaliente, siempre habrá otra de repuesto. Este truco tan sencillo se puede combinar, además, con las esterillas frías que venden en las tiendas de animales. Si se las pones en el suelo, ten por seguro que se tumbará en ella para refrescarse.
'Cepillado' fresquito
Cepillar a tu gato en verano tiene que convertirse en una rutina casi diaria (ante la duda, pregúntale a tu veterinario de confianza). Así, no se le acumulará pelo muerto y pasará menos calor. Pero es que, además, puedes aprovechar las altas temperaturas para acariciarle y 'peinarle' con una toalla pequeña humedecida en agua fría.
Tu gato agradecerá los mimos refrescantes. Lo esencial es, además, pasarle la toallita húmeda por la cabeza, el lomo y las patas todos los días, incluso un par de veces si ves que el calor le están dejando KO.
Comida húmeda refrescante
Una dieta equilibrada para un gato consiste en combinar pienso y comida húmeda, ambos de buena calidad y con ingredientes lo más naturales posible. De por sí, la comida húmeda aporta hidratación a los mininos a los que más les cuesta beber, pero ¿y si en verano les damos un plus de frescor? Además, es muy sencillo: mete su latita en la nevera un rato antes de dársela.
También existen comidas húmedas en forma de sopas, que incluyen un caldito que les vuelve locos si está fresquito.
Helados gatunos
¿A quién no le gusta un helado en verano? Entonces, ¿por qué no preparar helados gatunos para refrescar a tu mascota? Hay diferentes maneras de hacerlos: puedes coger su comida húmeda, colocarla en una cubitera y luego ir dándosela a tu gato para que se alimente y refresque a la vez.
Otra opción es hacer puré con las frutas preferidas de tu gato (esas que no les van a envenenar) y hacer heladitos en la cubitera. Se lo pasarán genial jugando con los cubitos y lamiéndolos. Eso sí, ten por seguro que si no se lo toman con supervisión, harán un estropicio. Para evitarlo, prepara los helados gatunos en forma de polo y dáselos tú mismo.
[Estas son las frutas y verduras recomendadas para gatos]
Las señales de alama del golpe de calor gatuno
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Respira con la boca abierta y con dificultad
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Jadea
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Tiene las orejas y las almohadillas muy calientes
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Saliva en exceso
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Tiembla
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Se tambalea
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Tiene las encías más oscuras de lo normal, e incluso puede
Ante los primeros síntomas de golpe de calor, es primordial, según los veterinarios, mantener la calma. Además, es muy importante actuar de inmediato para que no sea mortal. La clave está en buscar una zona fresca y a la sombra para que se recupere poco a poco, y darle agua fresca. Si no se acerca al bebedero, lo mejor es mojar la punta de los dedos en agua y acercárselos a la boca.
Además, los veterinarios recomiendan que le refresques de manera activa. Es decir, que humedezcas una toalla con agua fría y le acaricies con ella; incluso que le envuelvas en ella. Si tu gato no mejora o muestra síntomas de shock, es fundamental llevarlo de inmediato al veterinario.