Las tareas domésticas no siempre se realizan de la forma que deberían, siendo habitual que se cometan errores en algunas tan básicas como el uso de la lavadora, donde muchas personas apuestan por usar el programa corto pensando que son la mejor opción para ahorrar agua y energía. Sin embargo, los expertos aseguran que el ahorro solo se aplica sobre el tiempo en el que la colada estará lista, y es que en muchos casos estos programas no son la mejor opción.
Aunque a priori se pueda pensar que cuánto menos tiempo esté en funcionamiento la lavadora esta gastará menos energía, la realidad es que el electrodoméstico debe lavar, enjuagar y centrifugar de forma exprés. Esto implica que tenga que calentar el agua de forma muy rápida, y esto supone un mayor gasto energético.
Esta es una de las principales razones para no utilizar el programa rápido de tu lavadora, pero no el único, ya que tampoco es aconsejable porque resulta poco eficaz contra las manchas. Un programa rápido no consigue eliminar por completo aquellas que están más incrustadas, porque es habitual que en estos ciclos apenas se alcancen los 30 grados centígrados, siendo insuficientes para deshacerse de las manchas.
Por este motivo, no se trata de programas adecuados para lavar sábanas, toallas, ropa de bebé o cualquier otra prenda o textil que esté muy sucia, debiendo usarse, por tanto, solo para aquellas que están poco sucias o bien para tejidos sintéticos. A ello hay que sumar que los programas cortos no son aptos para ropa delicada como lana, encaje o seda, ya que por su potencia podría acabar por dañarlas.
Asimismo, es conveniente saber que, en el caso de que se vaya a utilizar un programa rápido de 30 minutos, se debe evitar sobrecargarla, dado que el ser un tipo de ciclo que usa menos agua que otros programas, introducir demasiada ropa sucia podría afectar a la eficacia final del lavado.
Cómo hacer un uso eficiente de la lavadora
Una prioridad en muchos hogares es conseguir un uso eficiente de la lavadora, de manera que se pueda ahorrar en la factura de la electricidad y del agua. Para conseguirlo, es recomendable conocer las franjas horarias en las que es más barata la electricidad, una discriminación horaria que dependerá de la compañía y tarifa contratada.
Por otro lado, teniendo en cuenta que el agua caliente de consumo doméstico es cara, se recomienda que, siempre que sea posible, se lave la ropa con agua fría. Las nuevas fórmulas para lavar con agua fría disuelven el detergente y limpian las prendas a menor temperatura, y dado el caso de que se presente alguna mancha difícil de eliminar, puedes tratarla antes de introducir la prenda en la lavadora para conseguir un consumo eficiente. Además, lavar con agua fría ayuda a conservar el color original de la ropa durante más tiempo.
Para poder ahorrar agua y energía también es indispensable aprovechar los distintos programas de tu lavadora, debiendo adaptarse a las prendas de ropa que se van a lavar en cada caso. En el caso de los programas pensados para ropa delicada, que son más cortos, a temperatura baja y bajas revoluciones, siendo óptimos para tejidos de lana, viscosa, seda o telas vaqueras.
Por último, conviene recordar la importancia de usar la cantidad de detergente recomendada y no cargar la lavadora en exceso, ya que esto derivará en ropa mal lavada y reducirá la vida útil del electrodoméstico.
Errores habituales al poner la lavadora
Una vez que ya sabes el motivo por el que no deberías utilizar el programa rápido de la lavadora, no está de más recordar algunos de los errores habituales que se cometen al poner este electrodoméstico a funcionar, siendo uno de ellos el de no lavarla nunca. Para que funcione de forma óptima, es importante lavar el cajetín del detergente de forma periódica, además de limpiar la goma de la puerta tras cada lavado y secarla, dejando la puerta entreabierta para que no se genere moho. Además, se recomienda limpiarla con un producto específico al menos dos veces al año.
También es un grave error el no revisar los bolsillos antes de introducir las prendas en el electrodoméstico, puesto que cualquier objeto que se pueda desprender de ellas al lavar, como monedas u otros objetos, pueden llegar a provocar una obstrucción en el filtro de la lavadora o incluso dañar el tambor, con las graves consecuencias que ello puede tener para la lavadora.
Por otro lado, algo que se suele hacer mal al poner la lavadora y que puede dañar las prendas es no poner la ropa al revés para lavarla, una acción que se puede solucionar de una forma sencilla, al poder echar la ropa al cubo de la colada ya del revés. De igual modo, no debes cometer el error de no separar la ropa en función de la temperatura recomendada de lavado, del tipo de tejido o del grado de suciedad, ya que, en base a todo ello, unas y otras necesitarán distintos programas. Tampoco deberías mezclar lencería con ropa, siendo preferible usar bolsas de rejilla para lavarla.
En lo que respecta al propio lavado, no debes quedarte corto de detergente ni tampoco excederte, puesto que podrías provocar daños en la ropa, ni tampoco pasarte con el centrifugado, pues un exceso de velocidad puede perjudicar notablemente al tejido de las prendas.