Un 18,6 % de las personas adolescentes aseguran tener un estado anímico bajo, según una investigación del grupo interuniversitario Epi4Health, participado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el campus Manresa de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Una cifra que recuerda las dificultades que conlleva esta etapa vital, en la que la transición de la infancia a la edad adulta puede ser de lo más brutal.
¿Pero cómo anticipar o "enfrentarse" a estos años de cambio de forma exitosa? ¿Cómo actuar como padre o madre? Amalia Gordóvil, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Educación de la UOC, contesta a algunas de las preguntas más frecuentes sobre el tema.
¿Cómo enfrentarse a la etapa adolescente de un hijo?
Creo que son clave los conceptos de flexibilidad, paciencia, amor y límites. Primero, flexibilidad. Hay que hacer un cambio familiar: no solo es el cambio del adolescente, sino que hay pautas de la familia que también van a tener que cambiar. No es lo mismo ser padres de un hijo pequeño que de un adolescente.
Muchas veces incluso hablamos del duelo, el duelo del niño y la bienvenida al adolescente. A veces, incluso, podemos hablar del duelo de nuestro niño querido y la bienvenida la adolescencia insoportable. Por lo tanto, se tiene que llevar con mucho amor y mucha paciencia.
¿Por qué son años vitales claves?
La adolescencia es una etapa donde se empieza la construcción de la propia identidad y donde los hijos pasan de tener como principal referente a sus padres a buscar otros. Habitualmente, son referentes que buscan en sus amigos, conocidos y también, cada vez más, en personalidades de redes sociales, por ejemplo.
El hecho de que busquen estos referentes, como padres, nos puede poner nerviosos, porque aquí sí que ya hay una falta de control. Pero también es algo normal y es bueno que sea así, que dejen de mirarnos sólo a nosotros para llevar su mirada hacia el resto del mundo. Esto lo hacen porque ellos tienen que ir probando cuál es su identidad. Por lo tanto, lo hacen así, afirman que se quieren hacer un corte de pelo horroroso o que quieren probar con un tipo de ropa...
Es la búsqueda de la identidad y es bueno no luchar contra eso, sino ir acompañándoles. Es importante que elijamos muy bien qué batallas luchamos y qué batallas no luchamos. Las batallas que luchemos, que sean muy centradas en valores que queremos transmitir. Por ejemplo, la conducta de respetar a los padres. Pero probablemente la batalla de "por qué te vas a poner esos pantalones"... tengamos presente que aunque nos parezca horroroso, forma parte de la búsqueda de la identidad de la que hablaba.
¿Cómo favorecer la comunicación con nuestro hijo adolescente?
Aquí hay dos cosas clave. La primera, trabajarlo ya desde la infancia y comunicarnos con ellos, dedicarles tiempo, establecer mucho vínculo, el no hacer la típica pregunta de "¿Qué has hecho en el colegio?" sino trabajarlo un poquito más con preguntas como "¿Qué es lo más aburrido o divertido que has hecho?". Trabajar el vínculo y la comunicación.
Y la segunda idea clave es interesarnos, mostrar interés por sus propios intereses en vez de reírnos y hacer burla, aunque sean youtubers, un videojuego... se trata de mostrar un interés genuino y real. Para que se expliquen y porque, de ahí, se pueden podemos sacar cosas para conectar con ellos.
Finalmente, está muy bien el pedirles consejo, opinión o ayuda con determinadas tareas con las que ellos van a ser más fuertes, porque ahí se van a sentir útiles e importantes en casa, por ejemplo, con cosas tecnológicas, algún instrumento de música... la idea es buscar sus puntos fuertes y fomentarlos porque sí que hay un cambio de rol. Ellos ya no son el niño pequeño, se sienten tratados como mayores, por lo que les ayudará a reforzar su autoestima y la relación con los otros.
¿Hasta qué punto es necesario llevar un "control" de su día a día?
Primero, si lo llevas, que hay que llevarlo, no lo llames control porque es una de las palabras que más odian los adolescentes. Es muy importante el saber dónde están y qué hacen, por ejemplo, si salen del instituto, saber dónde están, poner límites, si se van de fiesta puedes pactar una hora de llegada... es bueno ir supervisando y a la vez ir dando ciertos márgenes de libertad.
¿Cómo encarar su posible rebeldía?
Con mucha paciencia. Como decía antes, es una etapa de formación de la propia identidad. Para formarla, de alguna manera, ellos tienen que cuestionar los valores familiares que hasta ahora han sido clave para ellos. Su manera de cuestionarlos muchas veces es rebelándose y, en el fondo, nos están pidiendo límites.
Por lo tanto, diría que hay que encararla poniendo límites muy claros. Pero también creo que es fundamental que los padres no entren en escalada, es decir, en discusiones y ponernos a su nivel de discusión y de peleas. Por supuesto, no llegar a lo físico tampoco.
Creo que es bueno no entrar en batalla. Muchas veces nos creemos que la batalla la gana el que se queda con la última palabra. Yo siempre digo que la batalla la gana quien decide que se acaba la batalla y esto se decide no "entrando al trapo".
También es muy importante analizar que de qué hablamos cuando hablamos de rebeldía. Es diferente un chico que quiere empezar a hacer cosas por sí mismo, con cierta autonomía, a uno que desarrolle una rebeldía que implique una falta de respeto grave o se salte los límites de forma sistemática. El tratar mal a padres o hermanos es diferente. Hay una rebeldía normativa y una rebeldía que forma parte de la edad. Y está la otra que ya podría formar parte ya de algo más patológico.
¿Cómo tratar de salud mental con los adolescentes? ¿Qué comportamientos o señales nos deben alertar?
Una señal de alarma muy importante es un cambio en su estado de ánimo, hacia la tristeza, la irritabilidad, el enfado, sobre todo si se produce en más de un ámbito. Por ejemplo, si preguntamos a su tutor o a un amigo que también han observado un comportamiento distinto... es una señal de alarma porque está pasando algo que no sólo ocurre en al ámbito de casa, sino también en otros ámbitos de su vida. Esta es muy importante.
Evidentemente, cualquier señal que subraye un consumo que podamos considerar excesivo, como fumar porros, beber alcohol de manera más constante, jugar a videojuegos...
Otra señal de alarma que sí tiene inicio en la adolescencia temprana, y cada vez más, es el tema de trastornos alimentarios. Hay que ver cómo come, detectar los posibles cambios en la conducta alimentaria.
Pero no son señales de alarma por sí mismas el que esté más tiempo en su habitación, o menos comunicativo con nosotros, por ejemplo. Esto forma parte de la edad, son cosas totalmente normales. Puede ser saludable en la adolescencia que pidan cerrar la puerta de su habitación porque necesitan más intimidad. Esto no sería una señal de alarma, creo que es importante también recalcarlo.