La limerencia está considerada uno de los trastornos obsesivos en pareja más comunes en nuestro país. Tiene mucho que ver con esa sensación de enamoramiento en la que no podemos llegar a ver más allá de esa persona. Pero ¿qué implica exactamente la limerencia en las relaciones de pareja y cómo puede reconocerse?
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Un síntoma de esa tendencia a romantizar el amor que puede acabar por transformarse en dependencia negativa y que incluso puede acabar haciendo sufrir física y psicológicamente a la persona que la padece.
¿Qué es la limerencia en la pareja?
Para entender a lo que nos referimos con el término 'limerencia' podríamos recurrir a esa típica estrofa del grupo de bachata Aventura: "No es amor, lo que tú sientes. Se llama obsesión"... Y es que, la limerencia no deja de ser un estado de enamoramiento basado en la dependencia emocional y en el que pueden llegar a aparecer emociones tan intensas hacia la persona amada que acaban por convertir a esta persona en una auténtica obsesión y foco de sufrimiento físico y psicológico.
Un estado en este caso involuntario e interpersonal que implica un fuerte deseo agudo de reciprocidad emocional con todo tipo de pensamientos, sentimientos y comportamientos obsesivos-compulsivos hacia esa otra persona.
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Un trastorno que puede llevar a la persona que lo sufre a pensar que no puede vivir sin esa persona o que podremos ser más felices solo gracias a ella. Una especie de obsesión del amor que acaba traduciéndose en que todo gira en torno a la persona deseada y en descubrir si ese amor es correspondido, con su correspondiente miedo al rechazo tan ligado a la ansiedad, la taquicardia y a la distorsión de la realidad.
¿Cuál es el origen del término limerencia?
Un trastorno que fue bautizado como limerencia por la psicóloga estadounidense Dorothy Tennov, quien se encargó de estudiarlo y hacer públicos los resultados en su libro: 'Amor y limerencia: la experiencia de estar enamorado' en 1979.
Un trastorno que los especialistas también reconocen como trastorno obsesivo compulsivo enfocado hacia el amor. Y es que, si algo destaca de este trastorno es esa sucesión de pensamientos obsesivos con la persona a la que se ama, aunque también puede llegar a ocurrir con una persona a la que nunca se ha visto en persona o con la que se comparte una relación.
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Sea cuál sea el caso, no deja de tratarse de una obsesión que suele acabar condicionando su día a día y causando malestar en la vida diaria. Pero ¿cómo puede reconocerse la limerencia y qué síntomas presenta?
Síntomas físicos y psicológicos de la limerencia en pareja
Con esa idealización y obsesión hasta el extremo de la persona amada, existen una serie de síntomas físicos y psicológicos que pueden ayudar a reconocer la presencia de este trastorno. Estos son algunos de los más habituales:
- Pensamientos en bucle hacia la persona: Todo lo que le sucede a la persona obsesionada le lleva a pensar o a relacionar cualquier momento o instante con la persona a la que se ama. Todo ello, con el fin de recordar a la persona amada y descubrir si nos quiere de la misma manera.
- Miedo constante a ser rechazado: Ansiedad, taquicardias, temblores, hiperventilación... Estos son algunos de los síntomas habituales al pensar en un posible rechazo.
- Conductas compulsivas: Ese miedo constante a ser rechazado o no correspondido, lleva a la persona a tener conductas compulsivas con el fin de comprobar que es amada. Esto conduce a constantes preguntas sobre sus sentimientos, desviación de temas de conversación para enfocarlo en ese plano, comparaciones con otras relaciones...
- Fantasías constantes: La persona puede llegar a pasar horas imaginando o recreando fantasías con la persona amada. Algo que se diferencia de la fase de enamoramiento por su carácter obsesivo y constante.
- Falta de estabilidad emocional: Los pensamientos distorsionados, el miedo al rechazo y las reacciones emocionales inestables, conducen a la persona que sufre limerencia a una sensación constante de inestabilidad y ansiedad.
- Idealización de la persona amada: Esa obsesión por la persona amada lleva a una constante necesidad de comprobar su amor y a la no capacidad de escuchar críticas o asumir que la otra persona tenga defectos.
- Ansiedad y depresión: Esa constante obsesión e inestabilidad, hacen que la persona con limerencia presente un bajo estado de ánimo que puede acabar conduciendo a una depresión y a debilitar nuestra autoestima.
Cómo acabar con la limerencia y disfrutar de un amor sano
Experimentar limerencia puede ser una montaña rusa emocional que afecta todos los aspectos de tu vida. Si tienes la sensación de que esta obsesión está empezando a tomar el control y causando estragos en tu día a día, no dudes en buscar ayuda. Ir al psicólogo es como dar el primer paso para recuperar el control y dejar atrás ese malestar constante
En muchos casos, se recomienda la terapia psicológica para abordar la raíz del problema. Los profesionales podrán ayudarte a entender qué desencadenó ese trastorno y que es lo que sigue manteniendo esa obsesión, así como evaluar cómo está afectando tu vida. La terapia cognitivo-conductual es especialmente efectiva para personas con trastorno obsesivo-compulsivo.