Parejas enamoradas, separadas, vueltas a juntar, basadas en relaciones abiertas o semi-abiertas, en relaciones tradicionales... Lo cierto es que el concepto de amor moderno es muy amplio y este sigue haciéndose hueco entre las relaciones tradicionales. Pero si hay un elemento común que todos estos tipos de relación comparten, sin duda es la importancia de una buena comunicación con la pareja. Esta es precisamente la pieza que falta en la triangulación amorosa. Una de las tácticas de manipulación en pareja más comunes, también en España, y una de las más dañinas.
Hablamos de un comportamiento en pareja y con una tercera persona implicada, que puede llegar a hacer un gran daño psicológico en la pareja y de autoestima también hacia quien lo sufre. Te explicamos en qué consiste y cómo enfrentarse a ella.
¿Qué es la triangulación amorosa?
La conocida como triangulación amorosa, es una forma de manipulación en la que uno de los miembros de la pareja está teniendo una relación paralela con otra persona, sin necesidad de que esta implique contacto físico y que su pareja desconoce.
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Un tipo de comportamiento que suele suceder en relaciones de pareja estables o que lo son aparentemente y en la que se involucra una tercera persona para lograr un objetivo con la propia pareja. Normalmente, la persona que triangula lo que busca es atención, afecto o validación por parte de esa tercera persona fuera de la relación principal, todo con el fin de generar cambios en la relación principal.
Un tipo de comportamiento que también puede llevarse al terreno familiar o de amistad, sin necesidad de implicar una infidelidad.
¿Qué implica emocionalmente una triangulación amorosa en la pareja?
En el caso de la triangulación en una relación de pareja, ya sea de naturaleza amorosa o sexual, implica que una de las partes de la pareja está empezando a dirigir sus emociones o deseos hacia otra persona. Se manifiesta a través de señales como distanciamiento emocional, periodos de silencio, comportamiento frío, excusas frecuentes, ausencias y una notable falta de atención hacia la pareja. Estas acciones sugieren que la persona está invirtiendo su tiempo y energía en otra persona fuera de la relación.
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En esta etapa de abandono emocional o físico, la pareja que se distancia deja de expresar afecto, realizar gestos cariñosos o pasar tiempo de calidad con su compañero o compañera. Dependiendo de la situación, este comportamiento puede llevar a la infidelidad crónica o al eventual rompimiento de la relación. En el primer caso, si la pareja continúa con la persona que triangula, lo más habitual es que esta última seguirá siendo desleal sin admitirlo. En el segundo caso, cuando la persona que triangula encuentra a una nueva víctima, terminará la relación actual.
A menudo, surge la pregunta de si se puede considerar una triangulación cuando uno de los miembros de la pareja tontea o se enamora de otra persona mientras mantiene su relación oficial. Esto plantea la cuestión de si la tercera persona involucrada, si no está al tanto de lo que está ocurriendo, puede considerarse cómplice. La respuesta a estas preguntas es que aunque pueda darse una situación de triangulación amorosa, no todas las partes implicadas tienen por qué conocer que están formando parte de esa manipulación.
Las triangulaciones amorosas pueden ser intencionales o no, y no siempre implican coqueteo. A veces, pueden manifestarse como pasar más tiempo con otra persona, darle prioridad, confiarle problemas personales o hablar de los problemas de la relación con esa tercera persona.
La triangulación amorosa también puede ser una táctica
La manipulación puede manifestarse de diversas maneras, y una de ellas es a través de la triangulación narcisista, en este fenómeno alguien utiliza a una tercera persona para ejercer control sobre su víctima. Un tipo de manipulación que puede pasar más desapercibida, pero que se presenta en diferentes áreas de la vida cotidiana.
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Es fundamental aprender a reconocer esta forma de manipulación para evitar caer en dinámicas conflictivas en pareja. Pero también es importante señalar que en muchos casos, las triangulaciones no surgen de intenciones perversas, sino de una incapacidad para manejar las emociones o los conflictos en las relaciones personales y que incluso puede llevarse al campo de la amistad con roles cambiantes. Por ejemplo, en una pareja con una amistad en común, los miembros de la pareja pueden alternar su relación con la amiga para provocarse celos mutuos.
En este caso, estaríamos hablando de una triangulación en la que una persona regula o manipula a otra a través de su relación con una tercera persona. Un tipo de triangulación narcisista, que puede ser altamente perjudicial, ya que puede desestabilizar proyectos de pareja, planes de vida y el futuro de una persona, generando vulnerabilidad, desconfianza y un profundo dolor emocional. En ella, lo esencial es comprender qué función desempeña esta relación de tres personas en la dinámica.
Consecuencias de la triangulación amorosa
En ocasiones, la persona que está detrás de una triangulación puede terminar dejando a su pareja original para estar con la tercera persona que fue parte de esa dinámica. Si esto ocurre, los efectos que esto puede provocar en la persona que sufre esa triangulación amorosa pueden ser varios y cambiantes en el tiempo. Normalmente, la persona puede llegar a sentirse aliviada porque su sospecha finalmente se confirma, sobre todo si a esa persona se le había negado desde hace tiempo que esa relación especial existía.
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Pero el momento más duro corresponde siempre a ese período en el que se sospecha pero aún no se tienen pruebas de ello. Durante este tiempo, si la persona que triangula es manipuladora, hará que la víctima se sienta insegura, desconfiada y, en algunos casos, puede llevar a episodios intensos de ansiedad y celos patológicos.
Si bien la triangulación a menudo se asocia con personas narcisistas que utilizan la manipulación como una táctica, no todas las personas que son infieles recurren a ella. Lo que es cierto, es que algunas personas pueden llegar a utilizarla de manera consciente, utilizando a la tercera persona como una especie de red de seguridad para tomar decisiones sobre su relación principal.
En el caso de personas con rasgos narcisistas, evitan quedarse solas y se benefician de tener a alguien que les preste atención y les dé la razón. Mantener dos relaciones les permite regular sus emociones cuando una de ellas enfrenta problemas, y les proporciona una herramienta poderosa para generar celos, inseguridades y hacer sentir responsable a la otra persona.