¡Patata! Esta es la frase que precede el momento en el que alguien toma una foto familiar. Ya sea como hobby o como obsesión, lo cierto es que las fotografías se han colado en nuestras vidas. Y, según los estudios, esta irrupción ha sido positiva. Se ha demostrado que hacer una foto al día tiene efecto muy positivo sobre la salud de las personas.
El estudio titulado The daily digital practice as a form of self-care: Using photography for everyday well-being, publicado en abril de 2018 en la revista Health, examinó los hábitos y sentimientos de 33 participantes que se habían comprometido a hacer y compartir una foto cada día.
La investigación, llevada a cabo por Andrew Cox, de la Universidad de Sheffield, y Liz Brewster, de la Universidad de Lancaster, demostró que hacer una foto al día contribuía a generar un hábito en los participantes que no estaban acostumbrados a tener una vida estructurada.
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"A veces me anima a salir de casa cuando podría quedarme sentada con una taza de té. A veces pienso que voy a dar un paseo por el paseo marítimo y, antes de darme cuenta, estoy a tres kilómetros de la costa. Y eso podría ser algo que no haría si no tuviera un objeto", explica una participante del estudio.
Y comparó la sensación de salir con una cámara con el objetivo de fotografía el mundo con la de tener un perro. "Cuando salgo a pasear me gusta tener un objeto en mente y siempre tengo la cámara. Es como tener un perro, ya sabes, no pareces raro si llevas una cámara o un perro".
La dictadura del 'like'
La investigación también reveló que el acto de compartir fotos ayuda a fomentar un sentimiento de comunidad y conexión. Pero uno de los participantes señaló que es importante no dejar que el anhelo de 'me gustas' (likes) se apodere de uno.
Se ha demostrado que los likes, y por extensión, las redes sociales, funcionan como una cámara de condicionamiento operante o cámara de Skinner. En el experimento original, el psicólogo conductista B. F. Skinner, creó un entorno en el que un animal podía interactuar con un mecanismo para producir una respuesta específica, y en función del comportamiento del animal se suministraban estímulos, como comida o descargas.
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Según el estudio, los likes funcionarían como el estímulo: cuanto más rápido se reciban, más publicaciones se harán, o lo que es lo mismo, más corto será el intervalo entre las publicaciones. Otra investigación, publicada el pasado año en la revista Psychology of Popular Media, examinó la importancia subjetiva de los likes en los usuarios.
Las personas con baja autoestima o bajo estatus social, según los resultados del estudio, dan más valor a las respuestas (likes y seguidores) de las redes sociales. Y el bajo estatus social también tenía que ver con una mayor actividad en la red social analizada y con la decisión de tener un perfil público.
Externalizar los recuerdos
Otra de las razones por las que nos inclinamos a realizar fotografías es para inmortalizar los recuerdos. Pasan los años, pero las fotografías permanecen. Y así, ansiamos el día en el que se desentierren para hacer un repaso a la historia de nuestras vidas. Pero, según algunas investigaciones, hacer fotos no es la herramienta perfecta para recordar los momentos más destacables de la vida.
Según Elizabeth Loftus, profesora de ciencias psicológicas de la Universidad de California en Irvine, hacer demasiadas fotos podría dañar la capacidad del cerebro para retener recuerdos. Y esto funciona de dos maneras: o bien descargamos la responsabilidad de recordar los momentos cuando los fotografiamos, o bien nos distraemos tanto con el proceso de hacer una foto que nos perdemos por completo el momento.
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Según los resultados de la investigación, la cámara funcionaría como un instrumento para reducir la cantidad de trabajo que realiza el cerebro para retener la información. Esto es lo que los científicos denominan descarga cognitiva. Se ha argumentado que el teléfono móvil o el ordenador serían otros ejemplos de herramientas de descarga cognitiva.
"Cuando la gente confía en la tecnología para que recuerde algo por ellos, básicamente están externalizando su memoria", afirma Linda Henkel, profesora de psicología de la Universidad de Fairfield, al medio estadounidense National Public Radio (NPR). "Saben que su cámara está captando ese momento para ellos, así que no le prestan toda la atención que podría ayudarles a recordar", añade.