En muchas ocasiones, la manera en la que nos comunicamos con los demás en la resolución de conflictos o situaciones de alta carga emocional determinan de manera fehaciente el resultado de esta interacción. Puede que estés buscando una solución, pero la manera en la que actúas no te lleva al fin deseado y puede que hasta empeore las cosas. Esto sucede principalmente porque no estamos empleando los métodos adecuados.

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¿Sabes qué es la comunicación no violenta? Quizá te suene de algo, quizá no, pero conviene que aprendas sus claves para lograr relaciones más sanas y asertivas. Este método fue ideado a principios de los años 60 por Marshall Rosenberg, un psicólogo estadounidense creador de un proceso de comunicación y mediación que ayuda a las personas a intercambiar la información necesaria para enfrentar problemas y diferencias de un modo pacífico.

Así a priori puede resultar obvio, pero no lo es. A veces utilizamos argumentos y actitudes que, pese a no parecer violentas, lo son en cierta medida y provocan un rechazo a una reacción negativa en la otra persona. Lo importante de esta metodología es tener en cuenta del poder de la empatía y la asertividad del discurso. Se resume en cuanto pasos que vamos a explicar.

Rosenberg, en una foto de archivo. Getty

Describir objetivamente los hechos

Se deben exponer los hechos de forma objetiva, lo que vemos, oímos o tocamos. No valen ambigüedades, la reclamación debe ser clara y constatable, sin carga emocional. "Es la tercera vez que te pido que recojas tu habitación y vuelves a tenerla sin recoger por segunda semana consecutiva": claro y directo.

Expresa tus sentimientos

Decir exactamente cómo te hace sentir ese comportamiento o actitud que está en discusión ayudará a la otra persona a empatizar, generando a su vez una emoción en ella. Tomando el ejemplo anterior, expresar que esa desatención de sus deberes te hacen sentir triste, incómodo, ninguneado, cansado, etc., ayudará. "Permitirnos ser vulnerables al expresar nuestros sentimientos, puede ayudar a resolver conflictos", dice Rosenberg.

Las necesidades

Se trata de verbalizar lo que necesitas para dejar de sentirte así y para que el problema que os ocupa se resuelva de la mejor manera para ambos con asertividad y empatía. Sin andarte por las ramas, con frases claras. 

Peticiones

Ante una petición, hay que estar abierto a escuchar una respuesta negativa sin que esto desemboque en un drama. De lo que se trata es buscar la manera razonada de conseguir ese sí. Hay que pedir algo concreto, de manera fluida y natural, en positivo y exprensado el beneficio mutuo de la misma.

La comunicación no violenta nos anima a interactuar en el sentido más amplio de la palabra. Hay que vivir "con el corazón abierto", fomentando la autocompasión, hablando desde el corazón, priorizar la conexión y moverse más allá de lo correcto o incorrecto

Asimismo hay que asumir la responsabilidad de nuestros propios sentimientos y ser capaces de vivir en paz con necesidades no resueltas. Evitar las comparaciones con otras personas o los castigos para conseguir nuestras demandas y, por supuesto, evitar juicios moralistas. De lo que se trata es de plantear las cuestiones con asertividad, sin violencia, con honestidad y empatía.

¿Qué se consigue poniendo en práctica este método? Construir relaciones más sanas y duraderas.