Una mujer cambiando la ropa de cama.

Una mujer cambiando la ropa de cama. iStock

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Ni cada dos semanas ni cada mes: los expertos aclaran cada cuánto debes cambiar las sábanas

Los expertos subrayan la importancia de mantener las sábanas limpias debido a su contacto constante con nuestro cuerpo cada noche.

24 junio, 2024 18:08

Después de un día duro y repleto de actividad, pocas cosas hay que apetezcan más que echarse en la cama a dormir y reponer energía. Para poder conseguir el mejor descanso, no es suficiente con echarse en la cama, sino que conviene que se cuiden algunos detalles, entre ellos que se dispongan de unas sábanas frescas y limpias.

Sin embargo, con respecto al cambio de la ropa de cama, hay que tener en cuenta la frecuencia exacta con la que se deben cambiar las sábanas, teniendo en cuenta para ello las recomendaciones de los expertos.

Teniendo en cuenta que la ropa de cama está constantemente en contacto con nuestro cuerpo y durante varias horas cada noche, es importante que se mantengan siempre limpias y se cambien con frecuencia. Sin embargo, no existe un determinado periodo de tiempo para hacerlo, sino que los cambios dependerán de las costumbres que tenga cada persona, de si se ducha en la mañana o por la noche, de su nivel de actividad deportiva y otras cuestiones.

En cualquier caso, si atendemos a las recomendaciones de los expertos, se aconseja cambiar las sábanas al menos una vez a la semana, sobre todo en verano, puesto que con el aumento de las temperaturas se suda más de lo habitual. Lo contrario sucede durante los meses de invierno, que por el frío es posible llegar a alargar ligeramente la frecuencia de cambio, hasta alcanzar la semana y media.

Además de estos cambios, conviene airear la cama cada día antes de hacerla. De esta manera, se conseguirá evitar la humedad acumulada, evitando que se lleguen a formar microorganismos que puedan derivar en alergias o infecciones.

Consejos para elegir la ropa de cama

La elección de una ropa de cama adecuada es clave para poder disfrutar de un sueño reparador y confortable, por lo que conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas para elegir las sábanas y resto de textiles, debiendo tener en cuenta para ello una serie de consideraciones.

Lo primero de todo es tener claras tus preferencias personales, ya que hay quienes prefieren optar por sábanas de algodón suaves y frescas y otros que optan por otros materiales. Además, de cara a los meses más fríos del año, hay quienes prefieren optar por un edredón más pesado y otros que siempre prefieren que sea ligero.

Una vez que se tengan claras las preferencias personales, hay que asegurarse de que se elige el tamaño adecuado, debiendo buscar una ropa de cama que se ajuste correctamente al colchón, lo que es fundamental para poder disfrutar de un buen descanso. Dado que los tamaños de los colchones pueden variar, es necesario medirlo antes de realizar cualquier compra de un edredón o cubrecama o de un juego de sábanas.

Otro factor clave para poder hacer una elección es elegir el material, que es clave para poder disfrutar de una mayor o menor comodidad y durabilidad. Algunos de los más comunes son los siguientes:

  • Algodón: las sábanas de algodón son transpirables, duraderas y suaves, siendo un material clásico y versátil para la ropa de cama.
  • Seda: son sábanas muy suaves y frescas, siendo indicadas para aquellas personas que tienen la piel sensible, además de que poseen propiedades antiarrugas.
  • Lino: las sábanas de lino se convierten en una opción muy a tener en cuenta para los climas cálidos, puesto que son altamente transpirables. El lino tiende a suavizarse con el paso del tiempo, lo que hace que cada vez sean más cómodas.
  • Franela: son una opción a tener en cuenta para los meses más fríos del año, ya que son cálidas y acogedoras, estando habitualmente fabricadas con algodón cepillado.
  • Satén: el satén es un material suave y lujoso que se siente al tacto, con un brillo sutil que lo hace ideal para quienes quieran vestir su cama de la mejor manera posible a nivel estético.

Además del material, conviene considerar el hilo y la densidad del tejido, pues son los indicadores en los que fijarse para conocer la calidad de la ropa de cama. Cuando hay un mayor número de hilos por pulgada cuadrada suele indicar una mayor durabilidad y suavidad, además de que la densidad también puede influir en su transpiración. Las sábanas con una densidad más baja son más transpirables y frescas, mientras que las de mayor densidad pueden resultar más cálidas.

Posteriormente, hay que elegir el diseño y el color, que en este caso será algo muy subjetivo, ya que dependerá de los gustos de cada uno y de la forma en la que pueda encajar con la decoración de la estancia. Por supuesto, también hay que tener en cuenta las estaciones del año a la hora de elegir la ropa de cama, optando por sábanas más ligeras y transpirables en verano y sábanas más cálidas y edredones más pesados en invierno.

De igual modo, es importante la facilidad de cuidado al elegir la ropa de cama, destacando algunos materiales como el algodón que son fáciles de mantener y lavar, mientras que otros, como sucede con la seda, pueden requerir cuidados especiales. En todo caso, conviene leer con detenimiento las etiquetas de cuidado, estando dispuestos a seguir con las instrucciones de limpieza recomendadas. Y por último, si tienes alergias, será imprescindible optar por materiales hipoalergénicos, que estén tratados para evitar la acumulación de ácaros del polvo y otros alérgenos.