La longevidad no ha dejado de batir récords en las últimas décadas, y, aunque todavía no se ha descubierto la fuente de la eterna juventud, lo cierto es que los españoles cada vez vivimos más, y el sueño de llegar a soplar el centenar de velas se cumple para muchos afortunados que disfrutan de la vejez con una salud excelente.
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¿Cómo podemos imitarlos? Aunque la genética tiene un peso fundamental en esto, hay algunos trucos que puedes aprovechar para mantenerte en forma durante una vida larga y dichosa.
¿Hasta qué edad podemos envejecer?
La persona que ostenta el récord a la edad más avanzada es la francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 con 122 años. Sin embargo, no es la única en celebrar un siglo de vida, y es que cada vez hay más centenarios que envejecen con una salud excelente en nuestra población.
Lo más frecuente es encontrarlos en zonas rurales, lo que nos hace pensar que quizás la clave para su longevidad tenga que ver con el estilo de vida, pero está claro que en ella también han influido enormemente los avances científicos, el acceso a una sanidad de calidad y la propia genética.
La esperanza de vida sigue en aumento y, aunque te sorprenda saberlo, todavía estamos lejos de llegar a nuestro límite. ¿Podríamos alcanzar los 150 años? Esta es la edad máxima a la que los investigadores de Nature Commmunications creen que puede llegar, como máximo, la vida útil del ser humano.
Una cifra que no se ha alcanzado todavía, pero que nos invita a pensar que, en realidad, llegar a convertirnos en centenarios no es tan difícil como imaginamos.
¿Cómo podemos lograrlo? Estos son algunos consejos muy sencillos con los que se puede envejecer de forma saludable y, con suerte, soplar las velas de los 100 años sintiéndose más activo que nunca.
Hacer ejercicio regular
Como decíamos al principio del artículo, las personas que viven más años en España suelen vivir en zonas en las que ganarse la vida requería un esfuerzo físico diario. Los centenarios no son sedentarios, sino todo lo contrario: están en constante actividad, y todo ello sin necesidad de ir al gimnasio.
Cualquier ejercicio que se realice con regularidad —desde una caminata diaria hasta bailar o nadar en la piscina— mejora nuestro sistema cardiovascular, aumenta la flexibilidad y fomenta la producción de endorfinas que potencian las defensas.
Seguir una dieta equilibrada
Comer de forma saludable es imprescindible, sobre todo en la tercera edad, para minimizar los riesgos de padecer enfermedades y afrontar los cambios fisiológicos que se producen al envejecer. Es conveniente llevar una alimentación más natural y rica en omega-3 para prevenir enfermedades inflamatorias.
Además, al menos la mitad de las proteínas deben ser animales y vegetales; y las grasas también deben estar presentes, pero en su justa medida y preferiblemente cocinadas a la plancha. Igualmente, se debe evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas, y mantenerse hidratado.
Mantener una actitud positiva
Una característica que vemos siempre en las personas longevas es que afrontan su día a día con mucho optimismo y buen humor. Los centenarios destacan por saber adaptarse a las circunstancias de la vida con mucha resiliencia y disfrutar de los buenos momentos.
Lo cierto es que el simple hecho de reír disminuye la secreción de la hormona del estrés, y aumenta la cantidad de células inmunitarias que luchan contra los agentes infecciosos.
Encontrar nuevas motivaciones
En pocas palabras, esto se resume en encontrar razones para levantarnos cada día. A la hora de cuidar nuestro estado de ánimo, realizar actividades que estimulen la creatividad —como un taller de pintura o ganchillo—, la vida en comunidad —voluntariados y encuentros al aire libre— y nos distraigan —yendo al cine o a conciertos— pueden ayudarnos a cuidar nuestra mente y prevenir la depresión y la ansiedad.
Menos estrés, más descanso
Cuidar nuestra mente, de la misma forma en que cuidamos nuestro físico, es fundamental para lograr llegar a edades mayores con una buena salud. Tratar de respetar los tiempos recomendados de sueño, durmiendo al menos siete horas y, a ser posible, en armonía con las horas de luz y oscuridad.
Si queremos llegar a ser centenario, no debemos sacrificar el descanso, minimizar el estrés en el trabajo y reservar momentos para la relajación durante el día. Debemos recordar: la salud no lo es todo, pero, sin ella, lo demás no sirve de nada.
Reconectar con la naturaleza
Sabemos que la ciudad tiene muchos atractivos, sí, pero es importante que desconectes de vez en cuando de la contaminación y el ajetreo de la urbe para mejorar tu bienestar.
Algunas actividades que puedes llevar a tu día a día, sin salir de casa, son cultivar un huerto, acompañarte de animales domésticos, regar las plantas o disfrutar de un paseo en el parque.
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