Mantener una higiene adecuada, alimentarse e hidratarse adecuadamente y cuidar y asegurar su descanso personal son algunos de los autocuidados que realizan los españoles en su día a día según el VI Barómetro sobre el Autocuidado de la población española realizado por Pic Solution.

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A éstas, les siguen de cerca prácticas como realizar ejercicio de manera regular y el cuidado y belleza personal, realizadas por 6 de cada 10 españoles. Sin embargo, al final de la lista, se sitúa el cuidado de la salud mental, pues solo un tercio de los encuestados afirma ocuparse de su bienestar mental y emocional (36%) en el día a día.

No obstante, el análisis de Pic Solution hace patente la necesidad de promover el control de la salud de una manera más constante, a través de chequeos médicos.

Solo la mitad de los encuestados controla parámetros como la tensión o el azúcar de manera habitual. De hecho, solo un 1 de cada 3 españoles se mide la tensión en casa de manera rutinaria. La mayoría lo hace de manera esporádica como en alguna visita a la farmacia, al médico o durante el reconocimiento médico. Además, menos de la mitad de los encuestados (45%) se realiza los chequeos médicos periódicos.

Para seguir ampliando sus productos de autocuidado, 9 de cada 10 acuden a la farmacia y lo hacen, de media, 2 veces al mes. La farmacia es, de hecho, el punto de compra por excelencia para productos esenciales de cuidado como termómetros (77%), apósitos (62%) y tensiómetros (55%).

La consulta en Internet

Eso sí el uso de Internet y redes sociales se ha incrementado para la consulta de temas sobre autocuidado. Ya un 85% de los españoles consulta Internet para buscar información sobre autocuidado; lo que supone un 7% más que en 2021; y hasta 6 de cada 10 lo hace antes de ir al médico para intentar averiguar un posible diagnóstico.

Sin embargo, los expertos en salud aseguran que las revisiones médicas periódicas deben ser una práctica fundamental, sobre todo a partir de los 50 años, ya sean generales y rutinarias o específicas. “Sólo de este modo se podrán detectar de forma precoz un importante número de enfermedades asociadas a la edad, con el fin de iniciar un tratamiento lo antes posible y así controlar la enfermedad y mantener la calidad de vida”, aseguran los especialistas de Sanitas.es en su página web.

Estas son las revisiones y pruebas médicas que es recomendable realizar a partir de los 50 años:   

Revisión anual. Se debe mantener un control rutinario de la tensión arterial y realizar una analítica de sangre al menos una vez al año para controlar, entre otras cosas, los niveles de colesterol y de glucosa en sangre. La elevación sobre los valores normales de cualquiera de ellos suponen sumar un factor de riesgo frente a las enfermedades cardiovasculares.

Odontólogo. El envejecimiento conlleva, por ejemplo, la pérdida de elasticidad del tejido periodontal y, por tanto, un retraimiento de las encías. Una visita cada seis meses al odontólogo y la realización de una limpieza dental profesional permitirá mantener una buena salud bucodental.

Oftalmológica. Es imprescindible la medición cada dos años de la presión intraocular. Y a partir de los 65 someterse a una revisión ocular anual que incluya además el fondo de ojo con el fin de detectar posibles alteraciones de la retina, además de estudios para detectar otras enfermedades oculares propias del envejecimiento, como son las cataratas, el glaucoma o la degeneración macular. Asimismo, conviene revisarse la vista regularmente para controlar la miopía, el astigmatismo y la presbicia.

Capacidad auditiva. La pérdida de oído puede ser normal a partir de cierta edad, por lo que a partir de los 65 años se recomienda realizar una revisión cada cierto tiempo para comprobar la capacidad auditiva. Antes si se advierte alguna anomalía auditiva.

Urológica. La hiperplasia benigna de próstata y el cáncer de próstata son dos patologías ante las que la edad es un factor de riesgo determinante. La realización de una analítica para medir el PSA y de un tacto rectal para detectar el eventual aumento del tamaño de la próstata deben hacerse de forma anual a partir de los 45-50 años.

Mamografía. Esta prueba permite detectar el cáncer de mama en su fase inicial, aumentando así las probabilidades de curación. Se debe realizar una vez cada dos años a partir de los 40 y anualmente a partir de los 50

Ginecológica. Los 50 años de edad constituyen un momento crítico en la vida de la mujer por la llegada de la menopausia. Es por ello por lo que en este periodo las revisiones ginecológicas adquieren una mayor relevancia.

Cáncer colorrectal. Es un hecho establecido que a partir de los 45-50 años todas las personas deberían someterse a un análisis de heces para detectar marcadores tumorales que pueden ser indicativos de este tipo de cáncer y permiten establecer un diagnóstico precoz.

Densitometría ósea.  Es una prueba a la que deben someterse especialmente las mujeres que han superado la menopausia para medir el grado de mineralización ósea. La pérdida de los estrógenos favorece la disminución de la densidad del hueso y, como consecuencia, el desarrollo de una osteoporosis, lo que aumenta significativamente el riesgo de fracturas.