El Componente 10, denominado Estrategia de Transición Justa, pretende no dejar a nadie atrás en el proceso de transición energética. El objetivo del componente es minimizar el impacto del cese de actividades como la minería del carbón o las centrales térmicas de carbón o las centrales nucleares conforme se vaya acordando su cierre y que afecta a regiones que se verán particularmente afectadas tras siglos (minas) y décadas (centrales energéticas) de actividad y que van a sufrir una profunda transformación económica y social.
Al cierre de explotaciones de minas de carbón, se han sumado en 2020 los procesos de cierre de centrales térmicas y nucleares y la pandemia Covid por lo que el impacto de la transición energética no solo se está desarrollando de forma intensiva sobre estas zonas sino también en un momento complicado.
Trata de integrar a trabajadores y territorios afectados por los cierres en una economía más ecológica, baja en carbono, desde un enfoque concertado entre todos los agentes para un tratamiento equitativo y solidario, minimizando los impactos negativos sobre el empleo, el medioambiente y la despoblación de estos territorios.
El componente 10 tiene como objetivo además de la recuperación de la economía tras la pandemia y de la creación de empleo de carácter inmediato, un cambio del modelo productivo e impulsar transformaciones que permitan que un nuevo modelo económico y social para las zonas para que pueden hacer frente, desde nuestras perspectivas, a los nuevos desafíos del futuro.