Deseo en primer lugar felicitar a Pedro J., al director del diario EL ESPAÑOL, a toda la comunidad del diario Español por la organización de este oportunísimo Foro Económico. Sin duda, nos encontramos ante un tiempo crucial. Como bien ha dicho el director de EL ESPAÑOL, en muy pocos días vamos a trasladar a la Comisión Europea el plan de recuperación, transformación y resiliencia del Gobierno de España, tras meses de mucho trabajo interno y de un diálogo intenso que hemos mantenido con los interlocutores sociales y económicos aquí presentes y también con las propias autoridades europeas.
Un plan que va a servir para dos objetivos: el primero de ellos, la recuperación económica en el corto plazo, pero también la gran transformación, la gran reconversión de nuestra economía, haciéndola más competitiva y por ello más próspera en el medio plazo. España puede. Así es como se llama esta gran obra, que yo diría es colectiva, de modernización y de competitividad que vamos a poner en marcha en escasos días. España puede. Y como bien decía antes el director de EL ESPAÑOL, como siempre ha podido España cuando se ha enfrentado a grandes desafíos a lo largo de nuestra historia reciente, la consolidación de la democracia, de nuestra democracia, aun joven es probablemente el ejemplo más elocuente, pero también lo es el ingreso de España en la Unión Europea, la pertenencia a la zona del euro, la construcción del Estado del bienestar, la ampliación de derechos y libertades, la modernización de nuestra economía en los años 90 gracias a los fondos estructurales que supusieron 8000 millones de euros en poco más de seis años. Estamos hablando de 140.000 millones de euros en seis años.
España, señoras y señores, es una historia de éxito. Y este capítulo a mí no me cabe duda de que será de nuevo un gran éxito colectivo, que se va a traducir en mayor crecimiento económico, en más capacidad de crear empleo y también en mayor bienestar social. Tras largos meses de pandemia, tras largos y durísimos meses de pandemia y gracias a la acción de la ciencia y, por qué no decirlo también, a la acción concertada de la Unión Europea. Porque no solamente compramos de manera centralizada esas vacunas, sino que también anticipamos a las farmacéuticas los recursos económicos para poder acelerar los procesos de investigación y también de producción de esa vacuna.
Bueno, pues tras, como decía antes, largos meses de pandemia y gracias a la ciencia y a la acción concertada de Europa, nos encontramos ante el principio del fin de esta emergencia sanitaria, económica y social. Muchos se preguntarán a qué ritmo se va a producir la recuperación económica en nuestro país. Y la respuesta es clara, la recuperación se producirá al ritmo de la vacunación. Cuanto más rápido vacunamos, más rápido nos vamos a recuperar.
Y ya lo estamos logrando, porque el ritmo de vacunación se está acelerando, marcando récord tras récord durante el mes de abril. Medio millón de vacunas administradas al día durante la semana pasada. En total, más de 10 millones de vacunas administradas gracias a una planificación concienzuda que hemos compartido con las comunidades autónomas desde el Ministerio de Sanidad, con hitos y objetivos, con un calendario que quiero también calificar de prudente y estudiado. Afrontamos con garantías y determinación la campaña de vacunación más importante de la historia de la humanidad y, en consecuencia, también de nuestro país. Cada vez, cada mes, perdón, vamos a mejorar el siguiente. Esta semana, por ejemplo, España va a contar con más personas vacunadas con banda completa, es decir, dos dosis que el número de personas que han notificado oficialmente el contagio.
- En la semana del 3 de mayo, es decir, dentro de muy pocas semanas, tendremos 5 millones de compatriotas vacunados.
- En la primera semana del mes de junio alcanzaremos los 10 millones de compatriotas vacunados.
- Y la semana del 14 de junio llegaremos a los 15 millones de personas vacunadas.- La semana del 19 de julio serán 25 millones las personas que estén vacunados.
- Y a finales del mes de agosto lograremos nuestro objetivo, que es el objetivo de la Unión Europea, el que nos hemos marcado también aquí en España. Y es que el 70% de la población española, es decir, 33 millones de compatriotas, estén inmunizados.
Por tanto, ¿en qué está centrado el Gobierno al 101%? Si me permiten la expresión, pues en la vacunación de la recuperación. En eso está el Gobierno de España. Siendo muy conscientes, sin duda alguna, de la enorme envergadura de esta emergencia, pero también de las grandes transformaciones que existe en nuestro país para retomar la senda de la recuperación económica, que sea lo más rápida posible y sostenida en el tiempo y que no deje a nadie atrás. Porque, efectivamente, esta recuperación económica también tiene que aprender una gran lección que sacamos y extraemos de la crisis financiera del año 2008 y es que no puede haber recuperación económica sostenible en el tiempo si no hay una cohesión territorial y social detrás de ella. En apenas diez años, si echamos la vista atrás Pedro J., señoras y señores, en apenas diez años los españoles hemos tenido que afrontar tres acontecimientos intergeneracionales absolutamente determinantes:
- El primero de ellos, la peor recesión económica en los últimos 80 años.
- El segundo de ellos, la peor pandemia del último siglo en la historia de la humanidad.
- Y el tercero, la mayor emergencia climática de la historia de la humanidad, para la cual no hay vacuna.
La pandemia ha acelerado cambios de un enorme potencial disruptivo.
Aquí hay grandes corporaciones que llevan diciéndolo y advirtiéndolo desde hace ya mucho tiempo. Evidentemente, la emergencia climática antes referida es sin duda alguna, el mayor reto al que nos estamos enfrentando desde el punto de vista de la pervivencia del ser humano, pero también la transformación digital. Y la pandemia, me gustaría también subrayarlo porque tenemos que elevar el foco y también mirar fuera de nuestras fronteras.
Acelerado la transición de poder global de Occidente al sudeste asiático con China como superpotencia. Cuestión que plantea grandes retos a nuestro proyecto común al proyecto europeo en la era post Brexit. Ambas cuestiones, si me permiten, están absolutamente relacionadas. El gran Plan Marshall, si pudiéramos calificarlo como tal, acordado por Europa el pasado mes de julio del año 2020, al igual que lo fue la Constitución del Mercado Único, supuso y ha supuesto la federalización de Europa, algo que, por cierto, muchos de los que estamos aquí presentes, hemos reivindicado y demandado a lo largo de estos últimos años, sobre todo después de la creación de la moneda única.
El acuerdo, el acuerdo logrado el pasado mes de julio, supone la creación de un nuevo instrumento fiscal, la mutualización de la deuda, tantas veces demandada. La mutualización de la deuda para proyectos de reconversión económica concretos, como es, por ejemplo, la transformación digital y también la transición ecológica. Lo cual, complementado como he dicho antes, con la compra centralizada de vacunas por parte de la Unión Europea, el desarrollo del debate que ahora mismo tenemos en el Consejo Europeo de la Autonomía Estratégica, sin caer en el proteccionismo y también la respuesta sin parangón dada por el Banco Central Europeo, además del fondo de reaseguro de desempleo que está permitiendo ahora mismo financiar los ERTES a escala europea, significa el mayor salto de integración europea en décadas.
Y lo hemos hecho en menos de doce meses, en menos de doce meses.
Algunos podrían decir, querido Pedro J., que esto no hubiera sido posible si el Reino Unido hubiese mantenido su estatus de miembro de la Unión Europea.
Eso es un debate que dejamos para la academia y para los politólogos.
Pero el hecho cierto, es que durante estos últimos doce meses hemos dado un salto enorme, enorme, en el proceso de integración y federalización de la Unión Europea. Y creo que eso es una gran noticia, dentro de la calamidad que estamos viviendo.
Y en poco tiempo, además, ya estamos trabajando la autonomía estratégica, pero también un reforzamiento de la coordinación de todas las políticas vinculadas con la salud y con la ciencia. En poco tiempo veremos, estoy convencido, muchos más avances, abandonando y arrinconando cualquier veleidad nacionalista y localista que se pueda producir en el Espacio Europeo.
Fíjense, aunque resulte paradójico lo que voy a decir. El hecho cierto es que Europa va a salir mucho más fuerte de esta crisis y por ello España va a salir también mucho más fuerte de esta crisis. El plan de recuperación va a ser un éxito, va a ser una historia de éxito para Europa y para España, y no solamente por los recursos económicos comprometidos, que son enormes 140.000 millones de euros en seis años. No sólo porque vamos a continuar complementando y mejor dicho, completando la unión económica y monetaria, sino porque en el plano político, que es a lo que me gustaría también referirme, supone el reconocimiento de Europa de que puede colaborar con otras potencias globales, las enormes transformaciones y transiciones que van a definir la competitividad en el siglo XXI. Es decir, la transición ecológica y la transformación digital, dándole el propio enfoque europeo, es decir, un enfoque humanista.
De hecho, el Gobierno ha adelantado algunos de estos aspectos cuando, en información pública y gracias además al asesoramiento de expertos científicos, estamos impulsando lo que es una carta de derechos digitales, precisamente para salvaguardar los derechos en el mundo online. Por tanto, quiero decirles que con toda la rigurosidad, soy absolutamente optimista sobre el futuro de Europa y de España. Nos hemos visto sometidos, como bien comentaba el director de EL ESPAÑOL a una prueba terrible, terrible, y hemos desplegado en un tiempo récord una agenda de resistencia y también de transformación inédita en Europa y en España. En nuestro país hemos desplegado medidas para resistir, para avanzar, para recuperar nuestra economía sin dejar a nadie atrás. En total, España ha respondido con medidas que superan el 20% del Producto Interior Bruto de nuestro país, en línea con los grandes países de nuestro entorno.
Esto es, 140.000 millones de euros en programas de avales públicos, 40.800 millones de euros en ayudas directas al pago de salarios, cotizaciones a los trabajadores en ERTE o los trabajadores autónomos. En este caso, aprovechando que están los sindicatos y también los empresarios, los agentes sociales, en definitiva, quiero de nuevo reconocer el esfuerzo que han hecho por la concertación social por el diálogo social, en definitiva, por el acuerdo social. Pero siguiendo con los recursos económicos desplegados a lo largo de estos largos meses de pandemia, hemos transferido también a las comunidades autónomas 26.000 millones de euros para fortalecer aquello que es competencia de las comunidades autónomas, nuestra sanidad, nuestra educación, la atención a nuestros mayores y 4.800 millones de euros en moratorias fiscales. Mantener el máximo nivel de actividad, proteger a los más vulnerables ha sido la prioridad del Gobierno de España y de todas las instituciones en España y también en Europa, en todo momento. Y gracias a esta respuesta, en coordinación con una nueva política fiscal y monetaria a nivel europeo, como antes decía, pues hemos protegido a España evitando una situación potencialmente catastrófica para hoy poder hacerla avanzar.
La pandemia ha puesto a prueba también nuestra arquitectura institucional a todos los niveles en el plano europeo. Evidentemente. Intensificando nuestras labores de coordinación. Como he dicho antes. La compra centralizada de vacunas. A dónde va un Länder o una autonomía compitiendo con países de miles de millones de personas a la hora de acceder a una vacuna. Solas. Mejor juntos, mejor unidos. También con el certificado de vacunación europeo donde España y otros países estamos liderando el debate en el Consejo Europeo y en el plano nacional con la puesta en marcha de ese término, la gobernanza con el estado de alarma, que es un instrumento constitucional que ha servido para frenar la curva de contagios y también, sin duda alguna, los acuerdos con los agentes sociales a los cuales antes me he referido.
Sin duda, en fin, lo sabemos. El endurecimiento de las restricciones sanitarias durante la tercera ola que empezó a principios de este año ha tenido un impacto en los indicadores económicos del primer trimestre y por eso el Gobierno de España la semana pasada revisó a la baja supervisión de crecimiento económico para el año 2021, dejándolo en el 6,5% del PIB. Nuestra política económica siempre ha sido prudente. Somos conscientes de que la mejor política fiscal, pues es el plan de vacunación y sin embargo, junto con las graves amenazas y dificultades que todavía persisten, es evidente que tenemos también algunos elementos positivos que creo que es importante también subrayar.
Este mes de marzo, conforme se ha ido reactivando la actividad económica y por tanto, levantándose las restricciones a la movilidad. La Seguridad Social sumó 70.790 trabajadores mientras el paro, mientras el paro descendía al mayor ritmo desde el año 2015, situándose de nuevo por debajo de la barrera de los 4 millones de trabajadores y la reactivación de trabajadores ERTES, pues se está acelerando significativamente. Por tanto, el horizonte es claro. Tras la fuerte contracción del año 2020, España va a ser uno de los países desarrollados que más crezca en el año 2021 y el año 2022.
Estas previsiones de crecimiento están en línea, en línea con las previsiones de otros organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, que esta semana precisamente revisaba al alza el crecimiento del PIB en el año 2021 hasta el 6,4%.
Esto nos colocaría junto con la economía estadounidense en el país occidental que más crecerá este año y para el año 2022 se augura un crecimiento del 4,7%, claramente por encima de la eurozona y también del conjunto de las economías desarrolladas. El Banco de España también se mueve en rangos similares, previendo un crecimiento para el año 2021 que se va a situar en torno al 6%. En el escenario central.
Lo que quiero decir con esto es que sin duda, las medidas de protección nos han servido para resistir. Pero ahora llega el momento de avanzar y por ello me gustaría anunciarles que mañana en el Consejo de Ministros analizaremos el plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en la Comisión constituida para ello, y al día siguiente presentaré el plan al Congreso de los Diputados y Diputadas y la aprobación final del Plan se llevará al Consejo de Ministros en unos pocos días, previo a su remisión a Bruselas antes de la fecha tope del 30 de abril.
Como he dicho, no queremos sólo recuperar nuestros niveles de crecimiento previos a la pandemia. Queremos crecer más fuertes, ser más competitivos, crear más empleo y tener un crecimiento que sea sostenible en un triple plano, que es el fiscal social y el medioambiental.
El enorme shock vivido supone un revulsivo, ha supuesto poner de manifiesto las fortalezas, pero también las debilidades de nuestra economía española y por tanto, acelerar la necesidad de abordar las transformaciones muchas veces aplazadas en el debate político.
Si el reto es extraordinario, también son los recursos con los que vamos a contar a lo largo de los próximos seis años. Como saben, España va a contar con la oportunidad histórica de recibir 140 mil millones de euros en transferencias y créditos en el período 2021 de 2026, además de los instrumentos previstos en el marco financiero plurianual que vamos a poner en marcha o que ya estamos poniendo en marcha.
Y para dirigir la gestión de estos fondos extraordinarios, el Gobierno de España ha diseñado un plan de recuperación, transformación y resiliencia que venimos elaborando con la Comisión Europea y que vamos a presentar, como he dicho antes, en los próximos días.
Y por su enorme alcance a mí me parece fundamental de subrayar y definir esta iniciativa como la más importante en la historia reciente de nuestra economía. Por eso voy a comparecer en el Congreso de los Diputados a petición propia, propia de este próximo miércoles, para dar a conocer en detalle las líneas principales del plan a las fuerzas políticas con representación parlamentaria, porque llegado el momento de iniciar su ejecución, es imprescindible la comunicación y el conocimiento del plan a todos los niveles de la sociedad española instituciones, grandes agentes económicos, sociales, empresarios, investigadores, emprendedores, también a los medios de comunicación. Y por eso agradecemos mucho la celebración de estos encuentros, este diálogo entre el sector privado y el sector público en el marco de este Wake up, Spain! al que antes ha hecho referencia el director de EL ESPAÑOL.
El plan como saben ustedes, se vertebra en tres niveles de profundidad. El primero de ellos son cuatro ejes de transformación horizontales que van a impregnar todas las reformas. Todos los proyectos que pongamos en marcha están alineados con el establecimiento del reglamento, del mecanismo, del mecanismo de recuperación y resiliencia a nivel europeo, que es la transición ecológica, al cual vamos a destinar más de un 30 por ciento de los recursos. La transformación digital, otro tanto de lo mismo, la cohesión social y territorial y la igualdad de género.
Junto a ello, en el segundo eje serán las diez políticas palanca establecidas por su gran capacidad de arrastre sobre la actividad económica, sobre la creación de empleo ya en la primera fase del plan, al tiempo que determina la evolución futura del país.
Y el tercero, los treinta componentes asociados a las distintas políticas palanca con los que vamos a articular los proyectos en torno a los cuales se va a desplegar el plan.
Hablamos de modernizar, por ejemplo, nuestro sistema educativo, de dar un salto de calidad en la formación profesional, que va a ser una de las principales tareas a las cuales se va a empeñar el Gobierno de España. Hablamos de impulsar la movilidad sostenible y, por tanto, de una gran transformación de una industria fundamental para nuestra economía, como es el sector de la automoción. Hablamos de revertir la despoblación. Las primeras partidas que hemos puesto en marcha del plan de recuperación lo hemos hecho hace escasas semanas aprobando en el Consejo de Ministros 600 millones de euros que van destinados precisamente al reto demográfico, incorporando elementos de partidas, mejor dicho, de inversiones vinculadas con todo, todo aquello que tiene que ver con el reto demográfico y la cohesión territorial.
También hablamos de conservar la biodiversidad, de liderar la transición energética, de modernizar y digitalizar nuestro tejido industrial y también nuestras pymes. También hablamos de transformar nuestro mercado laboral mediante una apuesta sin precedentes por la ciencia y por la innovación, por la economía de los cuidados. Tenemos que sacar una lección dura, contundente, de lo que vivieron y sobre todo nuestros mayores en un sistema de residencias, de atención a los cuidados de nuestros mayores, que claramente es costoso, ineficiente y además muy vulnerable a pandemias como la que hemos sufrido o estamos sufriendo lo mismo en nuestro país.
Hablamos también de la política de vivienda, del sector de la construcción, pero también de la rehabilitación y la renovación de entornos urbanos para hacerlo mucho más sostenible e impulsar la economía circular. Hablamos de la competitividad de nuestra industria turística. Hay que seguir apostando por la industria turística en nuestro país.
Hablamos, como he dicho antes, de la modernización de la automoción, pero también de la extensión de la red de infraestructuras. Hablamos de la potenciación de la industria, de la cultura y también del deporte, que han sido sectores muy dañados como consecuencia de las restricciones y el cierre de la actividad cultural.
La modernización también de nuestras administraciones públicas, algo que lógicamente los empresarios y empresarios nos han venido demandando durante mucho tiempo, pero también de un auto análisis que se tiene que hacer la Administración pública en cuanto a la evaluación ex ante y ex post de las políticas públicas, siendo conscientes de que en el futuro nos vamos a encontrar con una restricción financiera presupuestaria, que vamos a tener que ser mucho más eficientes y equitativos en el desempeño de nuestras políticas públicas.
Hablamos de la actualización de nuestro sistema fiscal. Miremos qué es lo que nos ha dicho Estados Unidos de la Secretaria de Estado Yellen hace muy pocos días sobre la necesidad de abordar una revisión del sistema fiscal a escala global.
Y hablamos también, lógicamente, de la sostenibilidad de nuestro sistema público de pensiones y la adecuación de nuestra normativa laboral a la realidad del mercado de trabajo del mundo post Covid. La ley, por ejemplo, de teletrabajo, pionera en nuestro entorno, yo creo que es un elocuente camino, una elocuente prueba de lo que estoy ahora mismo diciendo.
Y además de esta arquitectura en ejes, palancas y componentes, me gustaría también anunciarles que el plan recoge en total 212 medidas, de las cuales son 110 inversiones y 102 reformas.
En el capítulo de inversiones, el volumen de inversión pública movilizado para el año 2021 /2023 va a ser de 70.000 millones de euros, con un objetivo muy claro y es tener un impacto inmediato sobre la recuperación económica ya en el año 2021 y también la capacidad de arrastre, de inversión privada en ámbitos estratégicos de futuro relacionados con la innovación más disruptiva.
Queremos crear empresas. Queremos crear más empleo. Queremos que las empresas sean más grandes. Y queremos además, que ese empleo tenga una mayor calidad. Y por eso les adelanto que esta inversión se va a centrar en programas tan relevantes como, por ejemplo, la modernización y competitividad del sector turístico, la hoja de ruta del 5G, el Plan Estratégico de Formación Profesional o la hoja de ruta del hidrógeno verde, por citar solo algunos.
Permítanme también que les ponga algunos ejemplos de inversiones del Plan de Recuperación. Se van, como he dicho, a subastar 6.000 MW de energías renovables, se van a destinar 1.500 millones de euros a proyectos vinculados con el hidrógeno, la energía, no del futuro sino ya del presente, se van a digitalizar 1,3 millones de pymes y también se van a digitalizar 140.000 aulas escolares en nuestro sistema educativo.
Se van a instalar 150.000 puntos de recarga rápida para impulsar esa gran transformación a la que está siendo objeto, precisamente el sector de la automoción, se va a apoyar la adquisición de vehículos eléctricos para lograr una flota de al menos 250.000 vehículos eléctricos en el año 2023, estamos poniendo en marcha el Plan MOVES de nuevo para el año 2021, donde el vehículo eléctrico y el apoyo al vehículo eléctrico va a ser, sin duda alguno, el eje de ese plan, se van a rehabilitar más de medio millón de viviendas, esta es una de las grades tareas pendientes que tenemos en nuestro país y el Gobierno de España está, no solamente comprometido con esa rehabilitación sino también planteando medidas innovadoras, vinculadas también con el sector financiero y también en el plano fiscal, que yo espero puedan incentivar el que los propietarios de vivienda puedan plantearse esa rehabilitación, esa renovación de sus viviendas desde el plano más sostenible. Se van a crear 65.000 plazas de educación infantil de 0 a 3 años, yo creo que esta es una de las grandes, yo creo, asignaturas pendientes de nuestro sistema educativo y se va a llevar la banda ancha y el 5G a todos los rincones de España.
Y en cuanto a las reformas, me gustaría también decir que debo comenzar por señalar que no partimos de cero, no partimos de cero porque el Plan es la continuidad de una agenda estratégica que empezó hace casi tres años. Esta semana pasada, por ejemplo, salió del Congreso de los Diputados, de la Ponencia en la Comisión de Medioambiente, la nueva Ley de Cambio Climático, una ley que ahora mismo va a estar en el Senado y esperamos que a finales de este mes podamos ya tener definitivamente aprobada. Pero querría también decir que el mecanismo europeo supone una oportunidad única para realizar reformas cruciales en ámbitos clave, como he dicho antes, el de la Ley de Cambio Climático, la transformación de nuestro modelo energético, la modernización y digitalización de las administraciones públicas, la reforma de nuestro sistema de justicia, en la que ya está trabajando el Gobierno de España, la mejora del clima de negocios y la simplificación administrativa, donde hay dos importantes leyes, una vinculada con la dimensión de las empresas y también con la mejora del funcionamiento de nuestro mercado a nivel estatal o por qué no decirlo, una nueva ley de StartUps, que está trabajando el Gobierno de España desde hace meses en ello, el refuerzo de nuestro sistema de ciencia e investigación, hace muy pocos días en el Consejo de Ministros en primera lectura en Anteproyecto de Ley de Ciencia y por tanto, hay muchas cosas ya estamos avanzando, que ya estamos haciendo y que dentro de poco van a encontrar, digamos, su visibilidad en la publicación en el BOE y también la transformación de nuestra dependencia y servicios sociales.
En definitiva, lo que quiero decir con esto, es que estamos haciendo una apuesta decidida por la mejora, la transformación de las políticas públicas, y ahí también, quiero referir y subrayar algo que he comentado antes, y es la necesaria evaluación de las políticas públicas, la mejora de la educación y de la formación en todos sus ámbitos. Y también, y sin duda, me gustaría decirles, la actualización de nuestra normativa laboral para lograr un mercado de trabajo que tiene que ser más dinámico, que tiene que ser más resistente, que tiene que ser más inclusivo, y que aborde todos los dilemas de la digitalización como los problemas estructurales que arrastramos desde hace décadas. Yo creo que los ERTES, la simplificación de contratos, la renovación y modernización de las políticas activas de empleo, son elementos fundamentales para el nuevo mercado de trabajo de la era post Covid. En total, como les digo, más de 100 reformas, que van a cambiar nuestro país, que estoy convencido le van a cambiar a nuestro país a mejor y que van a suponer un salto de modernización y de transformación en la próxima década.
El efecto de estas inversiones y mejoras sobre el crecimiento económico se estima, según los servicios de economía del Gobierno de España, en dos puntos porcentuales al año a partir del año 2021. Se estima también la creación de 800.000 puestos de trabajo en su periodo de ejecución, y la mejora de la vertebración del país mediante la fijación de población en todo el territorio. Y además, su impacto sobre el crecimiento potencial se sitúa por encima del 2% del PIB a partir del año 2030. Y no podemos olvidar algo muy importante y es que las importantes consecuencias positivas que va a tener este plan en el ámbito de la igualdad, la cohesión social y la cohesión territorial.
En particular, el Plan busca compensar el impacto de la pandemia sobre los dos colectivos más golpeados, de nuevo por una crisis, como lo fue también en la crisis financiera: en primer lugar las mujeres, por tanto priorizar el cierre de la brecha de género, algo que no solamente el Gobierno de España anticipó desde el principio identificando la igualdad de género como uno de los ejes transversales que explica el horizonte de inversiones y de reformas al cual antes he hecho referencia, sino también el propio Parlamento Europeo dijo a los gobiernos, al Consejo Europeo, que la igualdad de género tenía que ser uno de los pilares fundamentales que explicara las transformaciones y las inversiones de los estado miembros. Y también, lógicamente, junto con la brecha de género, aumentar las oportunidades personales y profesionales de los más jóvenes. No es de recibo que nuestro país tenga el nivel de desempleo juvenil que tenemos, que ahora mismo sufrimos, porque esa es, lógicamente, un enorme riesgo para las potencialidades de crecimiento económico, de creación de empleo y de empresa de nuestro país, además de sus consecuencias políticas. Por tanto, yo creo que la reducción de la desigualdad de la renta hasta acortar en dos terceras partes la distancia que nos separa de la media europea también tiene que ser uno de los objetivos que explique este plan. Y en este punto, me gustaría también decirles que estamos trabajando por la Educación y la Formación Profesional, así, al menos lo interpreta el Gobierno de España. Las medidas en el ámbito educativo y formativo representan un elemento central del Plan, dirigidas, pues lógicamente a reducir el desempleo y a elevar la productividad, que es una de las principales asignaturas pendientes de nuestra economía.
En conjunto, el Plan de Recuperación va a dedicar unos 9.300 millones de euros para la modernización, la digitalización del sistema educativo y también la reforma de nuestro sistema universitario, también la renovación y actualización de las políticas activas de empleo, el impulso a la Formación Profesional o la acreditación de competencias profesionales de buena parte de nuestra mano de obra que ahora mismo no tiene título que acredite la capacidad profesional que desempeñan en el mercado de trabajo. Estas inversiones y reformas son absolutamente claves para la mejora de la productividad y, en consecuencia, de los salarios, para la trasformación de nuestro modelo productivo y la reducción, como he dicho antes, del alto paro juvenil. Pero también van a tener un impacto muy importante en la cohesión social.
Las acciones dirigidas a fomentar la inclusión digital, con un foco especial, como he dicho antes en el cierre de la brecha de género y el impulso de la formación digital en colectivos vulnerables y zonas en declive demográfico, la dotación de dispositivos portátiles y conectividad para alumnos y alumnas desfavorecidos, la modernización de la Formación Profesional, la creación de plazas de Primer Ciclo de Educación Infantil con prioridad en el acceso del alumnado en zonas con mayor riesgo de pobreza, van a ser esenciales si queremos avanzar en la igualdad de oportunidades y en el acceso a empleo de calidad por parte de altas capas de la población española.
Como he dicho antes, el empleo es la prioridad de todos y de todas. De empresarios, de las instituciones, de los poderes públicos, de los empresario y los emprendedores porque el empleo es el resultado del crecimiento y por tanto, la generación a su vez de mayor crecimiento, también de los ciudadanos y ciudadanas, porque buscan tener presente y futuro a través de un proyecto de vida sostenible. Y, por supuesto, pues lógicamente del Gobierno de España porque el empleo es la garantía de prosperidad. Estamos ya en marcha. Lo estamos porque la emergencia y la rapidez de los cambios que vivimos nos obligan a no perder ni un instante. Lo estamos porque se trata de un proceso irreversible a escala global, en el que el liderazgo se juega por la capacidad de anticipación que demostremos ante esos cambios enormemente disruptivos para nuestras sociedades. Y lo estamos porque nuestro país se merece aprovechar esta oportunidad histórica. A lo largo de estas semanas, desde el Gobierno de España, hemos procedido, como saben ustedes, a una reforma administrativa de mucho calado, una reforma que yo diría es estructural, para eliminar muchos cuellos de botella, muchas barreras, que permitan garantizar los controles debidos, que se corresponden a un Estado Social y Democrático de Derecho como es EL ESPAÑOL, pero también los controles que nos marca la UE, una gestión eficiente, rigurosa de los recursos públicos, con total respeto a las directivas europeas y a los principios de transparencia y de rendición de cuentas a los cuales he hecho antes referencia.
Pero no se trata solamente de un proyecto del Gobierno de España, como bien ha dicho antes el director de EL ESPAÑOL, se trata de un proyecto de país, por y para España, que demanda la máxima implicación de los actores económicos, los agentes sociales, las instituciones públicas y de la máxima colaboración públicoprivada, una colaboración que tiene que ser ágil y excelente. Que requiere emprendimiento, compromiso e innovación por parte de toda la sociedad, también hasta incluso en la instrumentación de herramientas para poder ponerlo en marcha. El ejemplo más claro, más evidente es el anuncio que hemos hecho hace escasas 13 semanas de un PERTE en el sector de la automoción, que es un ejemplo elocuente de cómo concebimos desde el Gobierno de España esa colaboración públicoprivada como proyectos tractores para la transformación de sectores tan importantes para el PIB y por lo tanto para el crecimiento económico de nuestro país.
Bueno, contamos con cuatro jornadas para debatir, acordar, proponer y, sobre todo, para abrir los ojos a la realidad del presente y despertar nuestra mirada de futuro.
Hagámoslo desde la unidad, porque a todos y a todas nos une el deseo común de modernizar, de transformar nuestro país para convertirlo en un líder mundial en términos de progreso y bienestar. Podemos hacerlo. Y vamos a hacerlo. A mí no me cabe ninguna duda, porque España siempre ha podido y España podrá. Y como decía antes, esta será la historia de un gran éxito colectivo para Europa y para España, porque tenemos la capacidad, tenemos la visión de las cosas que tenemos que hacer, tenemos la voluntad y los recursos necesarios para conseguirlo. Así que vamos a hacerlo realidad y no quiero terminar sin agradecerle de nuevo a la comunidad de EL ESPAÑOL, a aquellos que estáis presentes, aquellos otros que nos siguen por streaming y, sin duda alguna también, al director y a todo su equipo la enorme oportunidad que nos brinda con la celebración de este enorme e importante simposio.
Muchísimas gracias por su atención, muchísimas gracias por su presencia.