Mejora la calidad de vida, revaloriza el inmueble y reduce el consumo energético. Tres consecuencias que conlleva la rehabilitación de una vivienda. Sin embargo, este último punto todavía no está en la mente de quienes compran o alquilan una vivienda. "Hay otros intereses por delante del certificado energético", afirmó Daniel del Pozo, CEO de Idealista Data durante la II edición de 'Wake Up, Spain!', el evento organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I.
Eso sí, con el actual coste de la energía, es un valor que cada día pesa más. "A los tres puntos antes reseñados añadiría un cuarto y es que si ayudamos y subvencionamos esa rehabilitación, entrará a jugar en la toma de decisiones", añadió Daniel del Pozo.
Miguel Ángel Díaz, director en MADC Arquitectura y Sostenibilidad, indicó por su parte que "sí recogemos un mayor interés por una arquitectura con una atención a las cuestiones ambientales. Está calando y hay clientes más informados".
Investigación arquitectónica
Conviene recordar que en España hay 25 millones de viviendas. De esa cantidad, el 75% son anteriores a 1979. Es decir, que 18 millones de viviendas no tienen aislamiento y son urgentes de rehabilitar. Hasta 2050, habría que rehabilitar en torno a 300.000 o 400.000 al año. "Y lo estamos haciendo en un 10%. Los fondos Next Generation solamente te financian si consigues ahorrar o transformar la envolvente. Ahí hay un gran potencial", remarcó Miguel Ángel Díaz.
Junto a la rehabilitación, hay otro punto clave: la investigación arquitectónica. "Ahí tenemos una oportunidad de oro. Son muchas las cosas que se pueden hacer. Y no solo en materia de energía, también en materiales, gestión del agua, o movilidad", sostuvo Miguel Díaz.
El socio y director de Sostenibilidad del estudio Ruiz-Larrea & Asociados habló de "edificios que tengan balance positivo, que viertan energía a la red". Y no sólo viviendas, también oficinas y hoteles, por ejemplo. "La experiencia de convertir edificios de hace más de 100 años en un hotel y darle un confort es poner en valor el patrimonio ya construido", indicó.
De ahí que subrayara que la envolvente de los edificios sea "una piel capaz de generar energía. No puede ser un elemento pasivo, sino activo. Hay materiales en la industria, productos capaces de generar esa energía capaz de ser volcada a la red". Y habló de comunidades energéticas, de ciudades que comparten energía.
Ahí los fondos Next Generation pueden desempeñar un papel destacado. "Pero se tienen que repartir bien con criterios técnicos. Que el dinero se optimice y no se quede en un mero trámite. Se trata de divulgar y de poner en manos de la sociedad información que ya existe. Y que el mercado, de forma sana, empiece a competir", sostuvo Daniel del Pozo.
Por último, Miguel Ángel Díaz indicó como uno de los retos que tenemos por delante el "construir espacio público a través de los edificios. Las rehabilitaciones afectan a la identidad de las ciudades. Hay barrios que están perdiendo identidad".