Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha cerrado la edición 2023 de Wake Up, Spain! Y lo ha hecho explicando "el despertar geopolítico de Europa" que supuesto la guerra de invasión de Rusia en Ucrania. "Ese conflicto ha sido un wake up para la UE, y hemos demostrado que estábamos en lo cierto apoyando a Kiev".
Borrell no tiene perspectivas de una salida pronta a la guerra. "Siempre es el momento para la diplomacia", ha explicado en conversación con Fernando Garea, adjunto al director de EL ESPAÑOL. "Todas las guerras acaban con una negociación. Como China está en uno de los lados, no puede ser mediador, pero sí puede ser un facilitador ejerciendo su influencia sobre Moscú".
El político español viajará, él mismo, a Pekín el 12 de abril. Lo hará después del viaje de Ursula von der Leyen y Emmanuel Macron, el día 4 de abril, y de la visita oficial que este mismo viernes ha terminado Pedro Sánchez a Xi Jinping. "El presidente ha presentado el único plan de paz que hay, que es el de Volodímir Zelenski, y eso demuestra el papel que puede y debe jugar España en este escenario".
La paz debe ser "justa", es decir, basada en el "respeto a la Carta de Naciones Unidas". Es decir, que Pekín debe "diferenciar entre el agresor y el agredido" y, entretanto, la Unión Europea mantendrá su apoyo total a Ucrania. "España ha aportado, como todos, su participación alícuota dentro del Instrumento de Paz de la Unión, y también en lo individual, en lo económico, militar, financiero y humanitario".
La "autonomía estratégica"
¿Qué tiene que ver todo esto con la situación económica en España y en Europa? "La Unión Europea es un actor geopolítico, y hemos decidido tomar nuestro papel", ha explicado Borrell. "La seguridad no puede delegarse a EEUU, la energía a Rusia y los suministros a China... eso ha cambiado, y Europa está recuperando lo que había dejado caer en las últimas décadas, su defensa y su autonomía estratégica", que es también económica.
Esa autonomía es "responsabilidad asumida", que no es "un desenganche" ni de la OTAN ni de EEUU. "Es entender que tenemos nuestros propios intereses, que no siempre coinciden, ni con China, ni tampoco con nuestro aliado principal, Estados Unidos, que también defiende sus propios intereses". Es decir, que la UE debe fortalecerse para poner su parte. "Sólo así seremos fiables", aseguró Borrell, hacia dentro y ante nuestros aliados.
Levantar a España para salir de la crisis de la pandemia fue la idea que hizo nacer Wake Up, Spain! en el año 2021. Desde entonces, dos hitos han marcado la realidad: el primero, la llegada de los fondos de recuperación, por tramos, según el Gobierno iba cumpliendo los hitos comprometidos con la Comisión Europea: este mismo viernes, otros 6.000 millones, para una suma total de 37.000 millones hasta ahora. El segundo, que tras la pandemia vino la guerra en Ucrania.
"Putin cuenta con que las democracias son débiles, y que la opinión pública cederá" ante los costes. Pero de momento, las encuestas reflejan lo contrario: "No ayudar a Ucrania tendría un coste mayor que el que estamos asumiendo". Y explicó Borrell dos cosas más, al respecto.
La primera, que "la labor de pedagogía" de los gobernantes occidentales debe mantenerse con los ciudadanos y expandirse al resto del mundo. Porque en regiones como Latinoamérica y África -por "el clásico antiimperialismo americano" y por "el recuerdo del colonialismo"-, la narrativa de Occidente tiene un problema frente a la rusa.
Y la segunda, que no vale sólo con querer acabar la guerra, sino que "es importante cómo hacerlo". Porque la imposición de un régimen títere en Kiev y aceptar que el uso de la fuerza es un instrumento válido para imponer políticas al mundo, "no es aceptable" e implicaría un debilitamiento de las democracias liberales y un vuelco en las relaciones internacionales, en contra de los intereses de Occidente.
Mantener el apoyo a Ucrania no sólo defiende, pues, estos principios e intereses. También alarga la guerra, pero supone un coste a Moscú. "Europa dependía del gas ruso al 40%; hoy ya se ha reducido prácticamente al cero por ciento", plantea Borrell como ejemplo.
"Nadie podía creer en un colapso inmediato de la economía rusa por las sanciones", ha incidido el jefe de la diplomacia europea. "Pero ya están sufriendo en ingresos, se está desequilibrando su presupuesto... y lo están pagando en bajas humanas en el frente de batalla".