“Estamos en un momento de tsunami regulatorio”, afirmó Alberto Castilla, socio responsable de Sostenibilidad de EY. Durante la jornada final del III Wake Up, Spain!, el evento organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I en colaboración con EY, Oesia, Microsoft y EMT de Madrid, diversos responsables empresariales debatieron acerca de cuestiones que preocupan a las compañías, los agentes financieros y a los propios consumidores.
“La sostenibilidad es una agenda de crecimiento”, explicó Jaime Silos, subdirector general de Forética. Y argumentó que la inversión sostenible se está convirtiendo en la seña de identidad de los mercados financieros. Este tipo de inversión "responde a dos hemisferios de nuestro cerebro: al emocional y al racional", añadió.
El emocional, según el responsable de Forética, tiene que ver con qué mundo queremos y si podemos invertir en el mundo que queremos. Mientras que el racional tiene que ver con el desempeño financiero. "[El año pasado] no sólo se han generado rentabilidades superiores, sino que la volatilidad, el riesgo soportado por los inversores, ha sido inferior.
Esto es un aliciente para los inversores. Y, en palabras Silos, “los inversores van a seguir empujando la agenda de la sostenibilidad durante los próximos años”. Este último año, se observa "un apoyo estructural del mercado del capital hacia la sostenibilidad". Y, en palabras de Silos, se ha gestado una "alquimia financiera": "Yo obtengo una rentabilidad igual o superior con un menor riesgo”.
Por su parte, Nieves Álvarez, directora sénior del Área de Comunicación Corporativa y ESG de LLYC, en la misma línea que Silos, reconoció que este último año "los stakeholders se han visto impactados e influenciados por numerosos acontecimientos que han sucedido en muy poco tiempo". Y esto ha influido en sus acciones en aras de la sostenibilidad.
"En estos momentos lo que están pidiendo los stakeholders en general es simplicidad y transparencia", explica. Los stakeholders institucionales —donde Álvarez incluye a los agentes del mercado financiero, los medios de comunicación y los grupos activistas— están intentando "eliminar lo accesorio porque el discurso se ha complicado mucho".
Al tiempo que los stakeholders consumidor-ciudadano quieren, según Álvarez, que se explique lo relevante. Porque "es imposible como ciudadano hacer un análisis de todas las cadenas, compañías, logística y problemática".
En relación con la cadena de valor, Ramiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia ha destacado la importancia de la implementación de regulaciones que tengan en cuenta todos los procesos de la cadena de valor. "Cuando entras en eso, la cadena de valor se ve completamente afectada. Es muy importante abrir un debate y examinar los impactos en la cadena de valor cuando se hace una reglamentación".
"Si se hace un cambio en una parte de la cadena que se cree que es la mejor decisión para la sostenibilidad, el impacto total en la cadena de valor es peor”, añade. Por eso, según Ortiz, es importante entender las consecuencias. Así, Ortiz señala que "es importante que España —en la presidencia del Consejo de la UE— asuma el liderazgo y lleve la sostenibilidad al debate, pero siempre poniendo a toda la cadena de valor en el centro".
Otra cuestión que suscita preocupación y a la que Castilla hizo referencia es si se estaba generando una burbuja en el mercado financiero. Silos rechazó esta idea, sugiriendo que nos encontramos ante un cambio de ciclo. La crisis, paradójicamente, "ha supuesto una magnífica “oportunidad” de exponer el compromiso social de las empresas".
La sostenibilidad se ha posicionado como respuesta a todas las preocupaciones de los máximos responsables de las empresas: la recesión, la inflación, la escasez talento, el riesgo en la cadena de proveedores, los compromisos netzero. "Estos años vamos a ver un reenfoque hacia lo financiero y tratará de ver cómo la sostenibilidad puede ayudar a conseguir los objetivos de negocio".
En relación a si existe un riesgo de greenwashing por parte de las empresas, Nieves Álvarez, señaló si existe un riesgo es el que "está derivado de las presiones que están sufriendo las compañías”. Cuando hablamos de sostenibilidad, explica Álvarez, "la primera interesada en ser una compañía sostenible es la propia empresa". Y esto es porque "la primera sostenibilidad es la económica".
"Estoy absolutamente convencida de que nuestras empresas están haciendo todo lo posible por solucionar aquellos puntos de mejora que quizá lleven a que la cadena sea menos sostenible", añadió. Y en este sentido, recordó que las cadenas de valor son muy complejas, lo que no garantiza un éxito rotundo en todos los aspectos cuando se acomete una medida pensando en la sostenibilidad.
"Minimizar el riesgo de greenwashing está en nuestras manos porque tenemos que ser capaces de ver lo complejas que son las compañías y el trabajo que están haciendo", concluyó Álvarez.