"España tiene un punto de partida extraordinario respecto a la dependencia energética del gas de Rusia". Son palabras de Arturo Gonzalo Aizpiri, CEO de Enagás, durante la II edición de 'Wake Up, Spain!, el evento organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I.

Europa se ha puesto como meta anular la dependencia del gas ruso en 2030. Y España tiene "una infraestructura de abastecimiento de gas de una extraordinaria flexibilidad", recordó Gonzalo Aizpiri. En concreto, seis plantas de regasificación de gas natural licuado. Y se trae gas de 14 países. "Podemos ser un punto de reforzamiento de la seguridad energética de Europa muy relevante. Y eso no sólo pone en valor nuestro sistema gasista, sino que proporciona mayor garantía y seguridad al sistema gasístico europeo", remarcó.

Por tanto, ahí las interconexiones desempeñarán un papel destacado. "Hay que reforzar nuestras interconexiones pero teniendo claro que pueden ser utilizadas en el futuro para el transporte de hidrógeno. Esto último acelerará y profundizará la descarbonización en Europa", resaltó el CEO de Enagás. La conexión con Francia sería la apuesta más rápida y la que antes podría dar resultado. 

¿Suministro garantizado?

En determinados países de Europa ya se está empezando a hablar de que puede haber restricciones. "España tiene una seguridad energética que nos debe hacer sentir seguros pero siendo conscientes de que formamos parte del sistema gasístico europeo y debemos poner todos nuestros recursos para ayudarles", recordó Arturo Gonzalo Aizpiri.

Alemania importa un 66% del gas ruso; Italia, algo más del 40%; Francia, un 17%. "España [6%] está en una posición más segura pero eso no nos debe hacer sentirnos como si no tuviéramos nada que hacer", indicó. 

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Por otro lado, desde algunos sectores se ha propuesto la necesidad de penalizar el gas por ser una energía contaminante. "El gas natural es un vector muy importante de descarbonización porque tiene asociadas tecnologías eficientes para sus usos finales. Además, el gas tiene plenamente interiorizado el coste de sus emisiones de CO2", apuntó el CEO.

Y remarcó: "Como energía de respaldo y transición es una fuente de energía imbatible. El gas natural debe ir dando paso a otros vectores energéticos renovables. Puede ir dando paso al biogás, al biometano, y en el futuro, al hidrógeno. Apostar hoy por el sistema gasista, de modo que sea compatible al hidrógeno, es una forma muy eficiente de avanzar en la descarbonización".

Por último, y preguntado sobre cuándo será una realidad el hidrógeno verde, no dudó en remarcar que "ya lo es". De hecho, Enagás ha inaugurado en Mallorca una planta con hidrógeno verde. "La transición a gran escala de producción y consumo se está empezando ya a poner en práctica sobre todo con unos sistemas de ayudas públicas", sostuvo.

Conviene recordar que la meta de la UE para 2030 es pasar de cinco millones de toneladas de hidrógeno renovable a 20 millones. Por tanto, multiplica por cinco. "Esto nos despeja una serie de cuellos de botella que había en la creación de un mercado de hidrógeno que está asociado a la oferta y a la demanda. España es el único país de la UE que tiene los recursos de ser un gran suministrador de hidrógeno verde a Europa", resaltó.

Pero para que la oportunidad sea una realidad, el CEO de Enagás consideró que deben darse unos requisitos: hay que crear el mercado, un sistema regulatorio propicio, y ser competitivo frente al hidrógeno gris procedente del gas natural, por ejemplo. "Y que haya recursos públicos. Ahí es donde entran en juego los PERTE. Es necesario el compromiso de las administraciones para crear ese marco jurídico propicio. España puede encontrar la confluencia de la voluntad pública y privada, y un contexto europeo adecuado", concluyó.