Tiene 32 años, es fan de Harry Potter y jugador del videojuego 'League of Legends' y sus padres son profesores de derecho. Estudió Física en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Su primer trabajo lo obtuvo en 2014 en la firma de inversión Jane Street Capital. Donó prácticamente todo el salario -de seis cifras- que obtuvo. 

Tres años después fue cuando fundó su primera empresa, la ya mencionada Alameda Research. Coincidió en el tiempo con el fuerte rally que registró el bitcoin, cuando en solo seis meses la criptodivisa más famosa del mundo pasó de valer 2.500 dólares a casi 20.000.

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Fue entonces cuando vio la oportunidad. Comenzó a comprar bitcoin en EEUU para venderlos en Japón por un 30% más al aprovechar la diferencia de precios, la conocida como ‘prima kimchi’.

"Me involucré en las criptomonedas sin tener idea de qué eran", confesó a Forbes. El siguiente paso fue fundar su propia plataforma de intercambio. En 2019 vio la luz FTX, calificado por algunos como el mejor exchange jamás construido.

La trama

A Sam Bankman-Fried le llegaron a llamar el Warren Buffett de las criptodivisas. Hasta que se descubrió el pastel. El fundador de FTX había organizado toda una trama que durante años habría traspasado dinero desde la plataforma al brazo inversor de su entramado empresarial: Alameda Research.

La clave residiría en que a mediados de 2020, el ingeniero jefe de FTX, Nishad Singh, realizó un cambio secreto en el software de la plataforma.

Ilustración con el logo de FTX. Dado Ruvic Reuters

Modificó el código para eximir a Alameda Research de una función de la plataforma de negociación por la que sus activos se habrían vendido automáticamente si las pérdidas eran demasiado abultadas, según informó Reuters.

Esta exención permitía a Alameda seguir tomando prestados fondos de FTX con independencia del valor de las garantías que respaldaban esos prestamos. Los mencionados fondos, además, no pertenecían a la plataforma, sino que eran depósitos de los clientes.

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La modificación en el código de FTX fue solo uno de los métodos utilizados por Backman-Fried. El segundo era el uso de las cuentas bancarias de Alameda para transferir los depósitos en moneda tradicional de los usuarios.

Ante la volatilidad del mercado, los prestamistas empezaron a pedirles su dinero en 2022 y Bankman-Fried utilizó los fondos de los clientes de FTX para devolvérselos. Pero una avalancha de retiradas de clientes culminó con la declaración de quiebra de FTX en noviembre de 2022 y la dimisión de Bankman-Fried como consejero delegado.

Detenido en Bahamas

Bankman-Fried apuntaló su criptoimperio desde un ático de lujo en la exclusiva urbanización Albany, en Nassau, la capital de Bahamas. SBF lo compartía con varios miembros de la compañía, quienes mantenían relaciones poliamorosas y pasaban el rato jugando a videojuegos, según se hicieron eco varios medios de comunicación en el momento en el que estalló el escándalo.

Fue detenido el 13 de diciembre de 2022 en Bahamas después de ser imputado por el fiscal del distrito sur de Nueva York, Damian Williams. Ocurrió tan solo un mes después de la quiebra de la plataforma de criptos FTX.

No fue hasta noviembre de 2023 cuando fue declarado culpable por un jurado de Nueva York de los siete delitos de fraude y blanqueo de dinero que se le imputaban. Ahora, ha sido condenado a 25 años de cárcel.