Anne Teresa De Keersmaeker © Johan Jacobs

Anne Teresa De Keersmaeker © Johan Jacobs

Danza

Anne Teresa De Keersmaeker, decana europea de la coreografía: "La danza es curativa"

La bailarina llega con su compañía Rosas al festival Madrid en Danza con la pieza 'Exit Above'. Este domingo en los Teatros del Canal.

19 mayo, 2024 01:12

Anne Teresa De Keersmaeker (Malinas, Bélgica, 1960) afincó su compañía en Bruselas en 1983 mientras creaba la minimalista y poderosa pieza Rosas danst Rosas en la que filtraba su paso por la Escuela Mudra de Maurice Béjart en Bruselas y las postmodernistas enseñanzas de la Tisch School of the Arts (Universidad de Nueva York). Rosas fue compañía residente del Teatro de la Moneda (1992-2007) y en 1995 propició el centro de formación P.A.R.T.S.

Exit Above nació hace un año en el Teatro Nacional de Valonia-Bruselas con apoyo de Dance Reflections by Van Cleef & Arpels, Tax Shelter del gobierno belga y Casa Kafka Pictures-Belfius. “Tras el estreno viene una nueva fase. Una representación es material vivo que se transforma con el público. Los bailarines se han metido más en la obra, y la hacen más rigurosa y libre a la vez”, explica Keersmaeker a El Cultural.

La pieza tiene decorados de Michel François, figurines de Aouatif Boulaich, iluminación de Max Adams y el apoyo del dramaturgo Wannes Gysselinck y el equipo de Rosas. “Tomo decisiones al principio del proceso y al final. El reto es hacer una obra de grupo en la que se sienta el poder y la armonía de la comunidad en la que, a la vez, cada bailarín tenga individualmente su propia voz y se apoyen unos a otros”, añade.

"El reto es no estancarse y destilar principios generales para organizar el tiempo y el espacio"

La pieza combina música grabada de Jean-Marie Aerts con interpretación en vivo de Meskerem Mees y Carlos Garbin, que quisieron participar en escena. “Un lujo”, afirma la coreógrafa.

La identidad artística de Keersmaeker permanece y se renueva en cada una de las 65 obras que ha creado a lo largo de 45 años. “Es hacer que suceda y dejar que suceda; controlar y dejar ir... confiar en el proceso. El reto es no estancarse en recetas fijas y destilar principios generales para organizar tiempo y espacio. A menudo se trata de la dinámica de grupo. También intento combinar elementos muy diferentes, opuestos. En la pieza hay Shakespeare, blues, música pop, geometría, ecología... ¿Cómo unir todo eso? Funcionando como un equipo”, insiste.

Un momento  del montaje 'Exit Above', de la compañía Rosas. Foto: Anne Van Aerschot

Un momento del montaje 'Exit Above', de la compañía Rosas. Foto: Anne Van Aerschot

Afirma invertir mucho tiempo en elegir a aquellos con los que trabaja: “Están ahí para dar lo mejor de sí mismos e intento que todos puedan encontrar espacio para ello. A veces la gente cree que lo sé todo de antemano, pero no es así”.

Exit Above (en los Teatros del Canal, este domingo 19) recupera su my walking is my dancing [mi caminar es mi danza] –uno de sus principios– en el Walking blues de Robert Johnson. “El acto de caminar está ligado a la verticalidad de la columna vertebral y se desarrolla de muchas formas”, añade.

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Tuvo también presente el schubertiano Der Wanderer [El caminante] conectado con el deambular y un explícito romanticismo que mira a la naturaleza, pero no sobrevivió al periodo de montaje.

“Dolor y alegría son temas importantes en el blues; muchos se escribieron tras las inundaciones del delta del Mississippi, cuando la gente se enfrentó a circunstancias climáticas extremas de gran impacto. Nuestra relación con la naturaleza en la época romántica era observarla desde fuera, sin considerarnos parte de ella. La realidad actual muestra que nuestra relación con la naturaleza es problemática, una cuestión cada vez más urgente”, reflexiona.

Dos de los bailarines de la compañía Rosas en 'Exit Above'. Foto: Anne Van Aerschot

Dos de los bailarines de la compañía Rosas en 'Exit Above'. Foto: Anne Van Aerschot

Dice que la observación de la naturaleza y del mundo animal es “una fuente continua de inspiración en cuanto a cómo organizar el grupo, solos y dúos”, pero en su magisterio del conjunto, explica, “también hay proporciones y geometría”.

Con una agenda trepidante, Keersmaeker se resiste a imaginar su futuro. “No sé. Me encanta bailar, me gustaría seguir. Vivimos una época muy confusa, llena de retos. ¿Qué lugar ocuparán las artes y la danza? ¿Mantendrá la danza con su función curativa, un lugar donde la gente se reúne para compartir, celebrar, reflexionar, consolarse mutuamente? Me gustaría defenderla todo lo que pueda. Esta complejidad e intensidad de problemas es algo nunca visto. Mi principal preocupación es lo que le está pasando a la Tierra y nuestra relación con ella. Siento el deber de tener esperanza. Tenemos que actuar. Esa es mi prioridad”, concluye.