Hilda, la heroína asesinada por denunciar al maltratador de su sobrina
Tenía 55 años y denunció al hombre que intentó estrangular a su sobrina. Él fue al Hogar del Jubilado donde ella trabajaba y le asestó varias puñaladas.
23 mayo, 2017 03:41Noticias relacionadas
16 horas del jueves 18 de mayo. Un hombre de 29 años, Ronald Alexander, entra en la cocina del Hogar del Jubilado de Caudete (Albacete). Allí está como cada día Ana Hilda Linares Báez, de 55 años y dueña del bar del centro social, preparando la comida de los últimos comensales y limpiando. El agresor le asesta varias puñaladas, causándole la muerte, y después huye.
Según la actual ley de violencia de género, Ana Hilda no es considerada una víctima de la violencia machista porque su asesino no era ni su pareja ni su expareja. El agresor era su primo segundo y había mantenido una relación sentimental con la sobrina de Ana Hilda. El día antes del suceso, Ronald Alexander había intentado estrangular con un pañuelo a la sobrina, con la que ya no mantenía ninguna relación. La mañana del 18 de mayo, cuando Ana Hilda se enteró fue a la Guardia Civil a interponer una denuncia.
Un año antes también le había denunciado por malos tratos a su sobrina, según fuentes policiales. Ronald Alexander la había amenazado de muerte, pero Ana Hilda hizo todo lo posible para salvar a su sobrina de una situación de violencia verbal y física continuada. Familiares y amigos han compartido sus condolencias en Facebook, donde aseguraban que era una “heroína”, como la llamaba su hija Cruz.
Según ha confirmado la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, Ana Hilda ya presentó una denuncia contra el agresor hace un año aunque “por esa denuncia no se dictó ningún tipo de medida cautelar”.
Ana Hilda llegó con 30 años a España. Nació en Santo Domingo (República Dominicana), donde estudió Trabajo Social en la universidad y donde nacieron sus tres hijos. Junto a ellos emigró a Caudete con la intención de darles una vida mejor. Se hizo cargo del bar-restaurante del Hogar del Jubilado de la calle Zafra y, además, formaba parte del Servicio de Ayuda a Domicilio de la Diputación Provincial. También era integrante del sindicato de Comisiones Obreras. Allí conoció a su amiga Gloria Lozoya, secretaria de la Mujer de CCOO de Albacete. Lozoya critica el hecho de que la víctima hubiese interpuesto una denuncia contra Ronald Alexander por la mañana y que por la tarde aún no hubiese sido detenido: “No se entiende cómo estaba aún en libertad, se podría haber evitado este asesinato”, apunta. Fue detenido poco después de asestarle varias cuchilladas a su víctima, y ahora se encuentra en prisión preventiva sin fianza.
La actuación de la Guardia Civil, cuestionada
En declaraciones a EL ESPAÑOL, el concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco Medina, reconoce no saber en qué ha consistido el protocolo: "Tengo que hablar aún con Policía local y Guardia Civil. No te puedo decir ya más nada". "¿No ha podido hacerlo entre el día del suceso [jueves] y hoy lunes?", le pregunto. "No, todavía no". "¿Durante cuánto tiempo se buscó al agresor y cuáles fueron las medidas exactas que tomó la Guardia Civil después de que Ana Hilda interpusiera la denuncia?", pregunto de nuevo. "Esas cosas no te las sé explicar. Yo sé que hubo un despliegue muy grande… Yo creo que el protocolo se activó, pero algo ocurrió y no funcionó", zanja Medina. En declaraciones a TVE (a la delegación de Castilla-La Mancha), el alcalde de la localidad, José Miguel Mollá (PP), aseguraba que la Guardia Civil "había montado un dispositivo sobre las 14 horas" para localizar a Ronald Alexander y detenerle. Mollá añadía: "Pero bueno, [la Guardia Civil] ha tenido la mala suerte de que se le ha escapado por un momento".
Según sus compañeros de CCOO, Ana Hilda era muy querida en el pueblo: era una firme defensora de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, le gustaba hacer sentir mejor a las personas mayores (ella fue una de las organizadoras de la Semana de la Tercera Edad que tendrá lugar en unos días) y estaba muy involucrada en las luchas sociales.
Ana Hilda Linares Báez, de 55 años, es la vigésimo séptima mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. La ley no la considera una víctima de la violencia machista porque no mantenía ni había mantenido una relación sentimental con su agresor. Sin embargo, hemos decidido sumarla a esta lista de víctimas mortales: Ana Hilda denunció a su verdugo porque este había intentado estrangular a su sobrina, con quien sí había mantenido una relación. En España en 2017 también han sido asesinadas Matilde de Castro, de 44 años; una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana, madre e hija de 46 y 18 años; Carmen González Ropero, de 79 años; J.D.L.M., de 40 años (solo se conocen las iniciales); Laura Nieto Navajas, de 26 años; María José Mateo García, de 51 años; Leidy Yuliana Díaz Alvarado, de 34 años; Margaret Stenning, de 79; una mujer de 91 años cuyo nombre se desconoce; Mariló Correa Pérez, de 47 años; Gloria Amparo Vásquez, de 48 años; Erika Lorena Bonilla Almendárez, de 32 años; Yurena López Henríquez, de 23 años; María Victoria Zanardi Maffiotte, de 44; Ana María Rosado, de 42 años; Andra Violeta Nitu, de 24 años;Raquel López, de 45; María del Rosario Luna, de 39 años; así como Eliana González Ortiz, de 27 años.
En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 27 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.