Las Fuerzas Armadas españolas mantienen el mayor despliegue de efectivos de su historia. Visto sobre el mapa, su presencia salpica algunos de los escenarios más sensibles: Afganistán, Somalia, República Centroafricana o Irak. En total, de los cerca de 133.000 efectivos del Ejército hay unos 15.000 militares desplegados en operaciones. Más de 12.500 se encuentran en territorio nacional destinados a proteger los espacios de interés nacional y otros 2.300 están repartidos en tres continentes con el objetivo de hacer frente a las “nuevas amenazas”; principalmente, terrorismo internacional, piratería o las mafias que trafican con seres humanos. También países que, por su influencia o por proximidad, podrían suponer un riesgo a medio o largo plazo contra España o sus aliados. Pero, ¿qué misión tienen las Fuerzas Armadas en cada una de sus operaciones y cuáles son sus principales riesgos?
Oriente Medio
Muchos de los soldados españoles que han combatido en Afganistán señalan que este escenario ha marcado un “antes y un después” en su carrera militar. El riesgo, aseguran, estaba presente en cualquier parte, aunque no se pudiese ver. La facilidad con la que los talibán se infiltraban entre la población civil dinamitaba un escenario ya de por sí inestable. En total, 102 militares españoles han muerto sobre el terreno. Las primeras tropas aterrizaron en Afganistán en enero de 2002. Las Fuerzas Armadas, con una presencia de 443 militares, engrosan las filas del contingente de la OTAN, compuesto por 13.000 efectivos procedentes de 42 países. Están desplegados en las localidades de Herat y Kabul, con aviones de transporte, buques y helicópteros. Destaca la asistencia médica que ofrecen en Herat.
El 22 de enero de 2015 llegaron a Bagdad los primeros 30 efectivos españoles de los 250 que ahora mismo hay desplegados en Irak. Su presencia en el terreno, aprobada por el Congreso de los Diputados el 22 de octubre del año pasado, respalda la operación de la OTAN de lucha contra el Daesh en Siria e Irak. Según los informes que maneja Defensa, alrededor de 30.000 combatientes de la organización terrorista operan en el país. Las Fuerzas Armadas contribuyen en la instrucción del Ejército de Irak desde sendas bases, una en la localidad de Besmayah y otra en Bagdad.
La inestabilidad siria amenaza con contagiarse a los países vecinos. La frontera con Turquía -que también supone la frontera con Europa- es uno de los puntos calientes y el riesgo de un ataque con misiles desde el país de Bachar Al Asad es real. La OTAN ha desplegado cinco baterías antimisiles bajo la misión Active Fense y las Fuerzas Armadas coordinan una de ellas, en el aeropuerto de Adana. Defensa califica esta operación como “puramente defensiva”. En ella participan 153 efectivos españoles.
Más de 10.000 unidades procedentes de 29 países componen la misión Finul, operada por las Naciones Unidas en el sur del Líbano. Su objetivo: vigilar el cese de los enfrentamientos entre Israel y Hezbollah, y proteger a la población civil de estas hostilidades. La misión se divide en dos sectores: este y oeste. El primero está bajo mando de las Fuerzas Armadas, que tienen entre 600 y 700 efectivos sobre el terreno, cifra que se mantiene desde el año 2012 tras producirse una reducción del 50% de sus efectivos.
África subsahariana
República Centroafricana es uno de los países más inestables de la región. En las últimas semanas se han recrudecido los enfrentamientos entre milicias cristianas y musulmanas. La situación ha obligado a más de 40.000 civiles a desplazarse y, según la ONU, la mitad de la población del país (2,6 millones de personas) requiere asistencia humanitaria. La Unión Europea, bajo petición del Gobierno local, comenzó una misión de formación del Ejército centroafricano. España aporta cinco asesores militares y una docena de soldados, que actúan como unidad de protección.
Además, las Fuerzas Armadas cuentan con un avión de transporte y 49 efectivos en Gabón, cuyo objetivo es ofrecer apoyo logístico a la misión europea en República Centroafricana.
También bajo el paraguas de la Unión Europea se despliega la misión EUTM, en Mali, que ahora está bajo mando español. De los 539 efectivos que componen la fuerza internacional, 122 pertenecen a las Fuerzas Armadas. Su cometido es el de asesorar al Gobierno local en el adiestramiento de grupos tácticos que combaten a las fuerzas insurgentes al norte del país.
Francia lidera la lucha contra el yihadismo radical en el norte de Mali. España, con un avión de transporte y 55 efectivos instalados en Senegal, ofrece apoyo logístico.
A bordo de la corbeta Vencedora viaja una tripulación de 79 tripulantes. El pasado 2 de marzo partió desde Cartagena para unirse al operativo internacional que lucha contra la piratería en el Golfo de Guinea. Las Fuerzas Armadas consideran que esta región, en caso de no estabilizarla, podría ser un hervidero de nuevas amenazas. Por eso se efectúa sobre ella una “diplomacia de defensa”. Además, un oficial de la Armada -lo que resta de un contingente de doce efectivos- permanece en Cabo Verde, participando en misiones de asesoramiento y adiestramiento.
Cuerno de África
El Estado fallido en el que se ha convertido Somalia ha propiciado la aparición de milicias paramilitares que hoy siembran el terror en la región. Muchas de ellas han jurado fidelidad a Al Shabaab, grupo terrorista de corte yihadista leal a Al Qaeda. Además, grupos organizados de piratas han encontrado un filón en esta falta de seguridad y saquean los barcos que llegan a costas somalíes. La Unión Europea, bajo petición del Gobierno local, arrancó en 2010 una misión de adiestramiento al Ejército somalí. Desde entonces, 125 efectivos procedentes de diversos países han participado en estas labores. España es el que cuenta con mayor participación en esta misión, con 38 unidades destinadas a lo largo del proyecto. Actualmente hay 13 efectivos españoles.
Pero esta misión no es la única con la que la Unión Europea contribuye a la estabilización en la región. Desde Djibouti se organiza la misión EUCAP Néstor, que pretende dotar de estructuras a los países limítrofes -además de Djibouti y Somalia, Kenia, Tanzania e Islas Seychelles- que les permitan combatir la piratería en sus costas. En total, 61 efectivos procedentes de 18 países velan por el cumplimiento de esta misión. España participa con dos oficiales de la Armada, un suboficial de la Guardia Civil y cuatro civiles.
Además, en el océano Atlántico se despliega la operación Atalanta, también de la Unión Europea. Las Fuerzas Armadas, junto con Francia, encabezan esta misión de lucha contra la piratería. Allí tiene desplegado un avión de vigilancia marítima y un destacamento de 40 efectivos. Además, en épocas monzónicas, refuerza el destacamento europeo con el patrullero Infanta Cristina y el buque de asalto anfibio Galicia. La operación se encuentra ahora bajo mandato español, el quinto desde que arrancara en 2008.
Por último, en el Golfo de Adén se desarrolla la operación Ocean Shield bajo coordinación de la OTAN. Su objetivo, también, es el de la lucha contra la piratería. España colabora con la fragata Cristóbal Colón, con una capacidad de tripulación de 216 efectivos. Además, forma parte del Mando de la Fuerza.
Europa y Mediterráneo
La respuesta militar de la Unión Europea ante la actual crisis de refugiados es el despliegue de la misión Sophia. Según apuntan desde las Fuerzas Armadas, la inestabilidad de Libia propicia el nacimiento de mafias que trafican con seres humanos en el Mediterráneo. En la primera fase de la operación, consistente en reconocimiento y estudio del mar, España colaboró con un avión que operaba desde la base italiana de Sigonella (Sicilia). Ahora, en la segunda fase, participa la fragata Canarias, con 200 efectivos a bordo.
También con el Mediterráneo como escenario se desarrolla la operación Active Endeavour de la OTAN. El operativo, compuesto por submarinos, aviones y buques, lucha contra el terrorismo internacional en estas aguas. El contingente que aportan las Fuerzas Armadas son fundamentales en el transcurso de la operación. En concreto, dos submarinos clase Agosta -con 60 unidades a bordo en cada uno de ellos-, una fragata -con 216 efectivos-, un patrullero -con 48- y aviones de patrulla marítima.
Finalmente, la misión de Bosnia-Herzegovina es la que tiene una mayor tradición histórica de entre aquellas en las que España participa. La crisis que se desató en los Balcanes en los primeros años de la década de los noventa propició, primero, una operación humanitaria por parte de la Unión Europea y, después, una intervención militar de la OTAN. España ha participado en todas estas operaciones y, desde 1992, ha enviado más de 46.000 efectivos sobre el terreno. En la actualidad, la Unión Europea asesora al Ejército y al Ministerio de Defensa locales, una labor en la que colaboran cuatro militares españoles.