El soberanismo ha vuelto a demostrar este jueves una gran capacidad de movilización ante la declaración de Artur Mas en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Miles de personas han abarrotado el Passeig Lluís Companys, enfrente el Tribunal, desde primera hora de la mañana para apoyar al presidente de la Generalitat antes de su declaración. Mas, que ha declarado durante más de una hora y media, ha sido aclamado también a su salida y ha defendido que su imputación tiene escasa base jurídica y responde a la "rabia" del Estado.
Centenares de alcaldes y cargos políticos se han concentrado a las 9 de la mañana ante el Parlament, que queda a escasos minutos del Tribunal. La comitiva ha partido de ahí encabezada por miembros de la lista de JxS como Raül Romeva o Carme Forcadell así como cargos de CDC como Josep Rull o Jordi Turull. También estaba en primera fila de la comitiva David Ferndández (CUP) y algunos de los 400 alcaldes que han apoyado al 'president' desplazándose hasta Barcelona a primera hora de la mañana.
El grupo, formado por centenares de personas, se ha juntado con el resto de manifestantes que aguardaban a las puertas del tribunal. Entre los presentes había gente de todas las edades, si bien la mayoría eran jubilados o estudiantes. La multitud aplaudía, cantaba y silvaba cada vez que algun funcionario público entraba al Tribunal. Entre un mar de esteladas sobresalía una pancarta gigante con el busto de Mas, estilo Che Guevara, que ponía Gràcies President. La gente gritaba "No tenemos miedo", "fuera la justicia española" y "votar no es delito".
Mas ha llegado al TSJC sobre las 9.45 horas junto a todos los consellers del Govern, la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, miembros de la candidatura de JxS y Antonio Baños de la CUP. Le esperaban en las escaleras los cientos de alcaldes de municipios catalanes que se han desplazado hasta Barcelona y que han alzado sus varas de mando a su llegada. Alcaldes como Marc García (ERC) de Sant Julià de Llor, que explicaba que apoyar a Mas en un día como hoy era "un compromiso ineludible con la defensa de la democracia".
La multitud ha recibido a Mas a gritos de "Mas president, Cataluña independent" y cantando Els Segadors, el himno nacional catalán. Prácticamente nadie se ha movido durante la hora y media larga en la que ha declarado el 'president' ante el Tribunal y le han apoyado también a su salida. "No se trata de presionar a nadie, pero sí de agradecerle lo que ha hecho", explicaba Maite Boquera, una jubilada de 65 años que se ha levantado a las 6 para venir a Barcelona desde L'hospitalet de l'infant, un pueblo de la provincia de Tarragona.
La "rabia" del Estado
"No es un tema de leyes, no es un tema de Derecho, es un tema de rabia ante el éxito del 9-N". En su comparecencia posterior ante la prensa, Mas ha defendido que el hecho de que la Fiscalía tardara más de 15 días en interponer la querella demuestra que se presentó una vez demostrado el "éxito y revuelo internacional" de la convocatoria. "El Gobierno pasó de la mofa pública al abuso de poder, usando otra vez el Tribunal Constitucional para abortar una iniciativa sin efectos jurídicos, como yo había reconocido en distintas ocasiones", ha explicado Mas.
El president, que ha agradecido el apoyo recibido, se ha preguntado si "actuar como un demócrata equivale a ser un delincuente" y ha defendido que dónde debería haber comparecido era ante un Parlamento, nunca ante un Tribunal de justicia "y mucho menos en una causa penal".
Máximo responsable
Mas se ha declarado el máximo responsable de haber buscado la manera de consultar a la población sin vulnerar el marco legal. "Soy el máximo responsable de haber defendido la paz social, la libertad ideológica, de expresión y de participación", ha asegurado. "Todas ellas principios fundamentales de la Constitución".
Mas ha manifestado su confianza en la justicia y ha asegurado que su imputación tiene muy poca base jurídica. A su vez, ha cargado contra el Ejecutivo de Rajoy. "El Estado no es neutro ni neutral en este tema, no es un árbitro que nos proteja a todos".
Preguntado por una posible inhabilitación, Mas ha asegurado que el proceso no acabará con él y ha puesto como ejemplo la alta participación en los comicios del 27-S. "Mire si la gente tenía ganas de expresarse que casi votaron el 78% de los catalanes".
Respecto a las quejas del TSJC por las concentraciones a las puertas del tribunal, Mas ha defendido que no se trata de presionar al poder judicial sino de apoyar a alguien cuya imputación la gente considera injusta. Ha destacado la presencia de líderes de otros partidos en las concentraciones para defender su transversalidad y lo ha enmarcado en una "expresión normal de apoyo". "Todos los poderes están sometidos a la crítica pública y al escrutinio de sus funciones", ha afirmado, a pesar de insistir en que según él no ha habido ningún tipo de "coacción ni presión".