Sorpasso entre las fuerzas emergentes. Ciudadanos supera por primera vez a Podemos según el promedio de encuestas que elaboro para EL ESPAÑOL. La última actualización incluye el sondeo más reciente de Celeste-Tel, que publica este martes eldiario.es.
El primer gráfico muestra las encuestas más recientes y nuestro promedio.
Según el promedio de sondeos, los cuatro primeros partidos estarían escalonados: PP (28%), PSOE (24%), Ciudadanos (16,4%) y Podemos (14,2%).
Ésa es la foto fija. Pero a dos meses de las elecciones todavía pueden producirse movimientos importantes. En el siguiente gráfico represento la evolución de cada partido.
El PP y el PSOE rompen su linea ascendente y caen ligeramente, empujados por el ascenso de Ciudadanos.
El partido de Albert Rivera consolida su salto adelante. Todos los sondeos desde las elecciones catalanas reflejan su ascenso: NC Report, TNS, Metrocopia y Celeste-Tel. Lo único que inquieta en Ciudadanos es pensar que el efecto sea pasajero, una especie de luna de miel.
Mientras tanto, Podemos continúa su caída paulatina. En diciembre llegó a ser la segunda fuerza en las encuestas. Pero desde entonces ha perdido casi la mitad de sus apoyos y su tendencia es un lento declinar: se deja un 1% de votos cada mes.
¿Qué ha motivado el retroceso de Podemos? A posteriori es fácil encontrar causas. La primera es que su intento por ocupar el centro no perduró. Podemos triunfó con un diagnóstico de la crisis que atrajo a mucha gente. Pero al crecer se le exigieron soluciones y no cuajaron sus propuestas. En cierto sentido era inevitable: dos personas pueden reconocer un problema y discrepar sobre cómo solucionarlo.
Hay otro factor importante. En enero Podemos se convirtió en un candidato a gobernar: con ese estatus llegaron las campañas negativas y el mayor escrutinio de los medios de comunicación.
También tuvo que afrontar más competencia. Hace un año el partido de Pablo Iglesias era el adalid del cambio. Hoy ese eje está más disputado: ha aparecido Ciudadanos y el PSOE se ha renovado (si acaso ligeramente).
A dos meses de las elecciones, el optimismo en Podemos se alimenta con cuatro argumentos. El primero es que el partido podría estar pasando una mala racha y remontar por simple regresión a la media. Otros creen que sus resultados mejorarán en Cataluña cuando se apague el eco del 27S. Además Podemos podría salir fortalecido —en escaños— de sus acuerdos con otros partidos en Valencia, Baleares o Galicia. Ese argumento era el más poderoso hace unas semanas, pero las coaliciones no se confirman. El cuarto argumento es sencillamente que las encuestas fallen.
Metodología
La razón para promediar las encuestas se intuye viendo su gran variabilidad. Sondeos de fechas similares se desvían mucho unos de otros y esas desviaciones no reflejan cambios en la intención de voto. Así se observa en el gráfico de barras: vemos una nube ruidosa de puntos. El ruido lo provocan los errores de muestreo y los diferentes ajustes que hace cada encuestador (la llamada cocina). Es decir, los cambios de una encuesta a la siguiente se deben más al azar y al criterio de sus técnicos que a cambios de los encuestados. Por eso no podemos sacar grandes conclusiones de una encuesta.
Al promediar encuestas, sin embargo, reducimos el error de muestreo y consensuamos los criterios de los encuestadores. El resultado es más parsimonioso y menos ruidoso. Capturará mejor la corriente de profundidad: los cambios lentos de la intención de voto de los encuestados.
En concreto, nuestro promedio es una media ponderada según la muestra y la fecha de cada sondeo. Además aplico dos ajustes según la empresa encuestadora: doy menos peso a las firmas poco activas —porque históricamente tienen peores resultados— y corrijo lo que se conoce como 'house effects'.
De los cuatro factores que afectan al peso de las encuestas, la fecha es el más importante. Un ejemplo: para calcular el promedio del 1 de julio uso la información de todas las encuestas de semanas anteriores y posteriores, pero dando más peso a las encuestas más cercanas a ese día. El peso de cada encuesta decae exponencialmente con los días, con una constante de tiempo tal que una encuesta pierde la mitad de su peso a los 15 días.