Nunca la izquierda a la izquierda del PSOE había llegado a unas elecciones generales con unas expectativas de voto tan altas. A principios de año, una encuesta de Metroscopia llegó a situar a Podemos como primer partido del país y reservó a IU más de un 5% de los apoyos entre el electorado. Juntos superaban el 30% en un sondeo que puso nervioso a más de uno dentro del PP y del PSOE. El 31 de ese mismo mes, Podemos abarrotó la Puerta del Sol con una marcha multitudinaria que iniciaba lo que el partido llamaba como “el año del cambio”. "Podemos llena Sol y se mira en Syriza", tituló entonces EL ESPAÑOL.
“Parece que haya pasado un siglo”, bromeaban este miércoles miembros de Podemos en la céntrica sede situada en la madrileña plaza de España. Las elecciones municipales y autonómicas fueron el primer termómetro de la pujanza del partido en todo el país tras el inesperado resultado de las europeas, justo un año antes. Plataformas integradas por Podemos, IU y otros partidos a la izquierda del PSOE consiguieron lo que meses antes ni se atrevían a soñar: hacerse con el bastón de mando municipal en Madrid, Barcelona, Cádiz, Zaragoza o A Coruña, entre otras. Podemos e IU se presentaron por separado a las autonómicas y en esos comicios fue el PSOE quien llegó a la presidencia en la mayoría de las que perdió el PP.
Las plataformas habían funcionado.
Esa experiencia y la bajada en las encuestas de Podemos, que veía cómo se alejaba la posibilidad de un sorpasso del PSOE alimentaron unas negociaciones con IU que llevaron en primera persona Alberto Garzón, candidato a La Moncloa de IU, y Pablo Iglesias, líder indiscutible y aspirante de Podemos. Se trataba además de unos contactos entre dos buenos amigos que desde entonces han intercambiado cientos de mensajes por Whatsapp y Telegram (la red de mensajería de cabecera en Podemos) y que ondean la bandera de la nueva política y el cambio generacional.
Las negociaciones han terminado este martes entre reproches mutuos y versiones enfrentadas:
1. El nombre de la candidatura
Qué pretendía Iglesias: Podemos hizo un referéndum en verano en el que sus bases decidieron que el partido se presentaría con su nombre y logo a las elecciones generales. En esa consulta sólo participó el 11% de los inscritos, que votaron mayoritariamente a favor de explorar acuerdos siempre que en la papeleta figurase el logotipo y el nombre de Podemos, aunque fuese seguido de la marca de otro partido o plataforma. Con algún titubeo puntual, Podemos ha defendido en público siempre esta opción.
Qué quería Garzón: IU ha impulsado en sucesivas negociaciones la negociación de una candidatura de unidad popular, pero rechaza el nombre de Podemos y ha impulsado la marca Ahora en Común, “calcada” de las plataformas municipales, según ha defendido Garzón. Según IU, Podemos debía superar el debate nominalista y empezar a negociar sin que la marca fuese una línea roja.
2. Las listas
Iglesias: El líder de Podemos será el cabeza de lista en la circunscripción de Madrid. Le seguirá su 'número dos', Íñigo Errejón. Es algo esperable que confirman los máximos dirigentes de la organización. En la formación se hicieron unas primarias, de nuevo con una bajísima participación (menos del 16% de los inscritos, que votaban por internet). Las primarias se celebraron entre listas cerradas de nombres y, sin sorpresas, se impuso la que encabezaba Iglesias. Desde entonces, el partido se ha limitado a ofrecer algunos puestos en las negociaciones que ha mantenido.
Garzón: IU defendía una negociación sin líneas rojas y acuerdos previos en la que se pudiera hablar de todo, empezando por los miembros de las listas. Ahora en Común celebrará sus propias primarias, a las que Garzón concurre con todas las papeletas para convertirse en número 1 por Madrid. Según Garzón, su incorporación a una lista conjunta no puede tratarse como un mero “fichaje” o el pago de una “cláusula de rescisión” para que se desmarque de IU. Para Carolina Bescansa, responsable de Análisis y Programa de Podemos, en la última reunión, celebrada este martes, fue IU quien planteó la negociación como una lista conjunta de Podemos e IU. Las versiones no casan.
3. En todo el país o por autonomías
Iglesias: Parte del referéndum de Podemos hablaba de explorar candidaturas de unidad, pero otra restringía a la “escala territorial (nunca superior a la autonómica)” esos acuerdos. Por ese motivo, Podemos ha iniciado conversaciones en varias comunidades. En Galicia, Podemos, IU y Anova (el partido de Xosé Manuel Beiras y los escindidos del BNG) ya han alcanzado un principio de acuerdo. Las negociaciones van por buen camino en Cataluña (con Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida) y se están encontrando con dificultades en la Comunidad Valenciana, donde la formación negocia con Compromis. El partido no quiere ni oir hablar de un acuerdo “por arriba” y “en los despachos” en todo el país con IU, según Bescansa.
Garzón: A la reunión del martes, la última, acudieron tres responsables de IU federal, a diferencia de la mayoría de los contactos, en los que estuvo muy implicado Garzón. Según Garzón, los contactos siempre han ido encaminados a una candidatura de unidad popular en todo el país: un gran acuerdo marco que englobara todo el espacio político en una única lista. “Si se estuviera negociando mi fichaje, ya lo hubiera aceptado o rechazado hace tres meses”, en palabras de Garzón. Si se tratase de una negociación territorio a territorio, Garzón no sería el interlocutor válido.
4. Cataluña
Iglesias: Para Iglesias y Errejón, el pobre resultado en las elecciones catalanas reafirma la necesidad de concurrir con la marca Podemos y el candidato más reconocible. Eso fue, junto a la polarización, lo que llevó a Catalunya sí que es pot, una coalición de ICV, IU y Podemos, a cosechar 11 diputados en el Parlament de Cataluña. En 2012, ICV obtuvo 13 concurriendo sola. El fracaso de la plataforma es, para muchos en Podemos, la prueba de que es el momento de apostarlo todo a una carta: su propio cartel.
Garzón: Para IU, la derrota en Cataluña no es un factor, ya que el resultado no puede achacarse únicamente a la fórmula. Es más: Podemos concurrirá de nuevo con ICV y con IU, lo cual prueba que la unión es posible. Garzón esgrime que si Podemos es capaz de llegar a pactos en la Comunidad Valenciana o en Galicia, debiera poder alcanzarlos en el resto del país. Para Garzón, Podemos sólo quiere llegar a acuerdos allá donde su estructura es frágil y los rechaza allá donde las encuestas le dan más opciones. Es lo que el candidato ha criticado como una “maquinaria electoral” al servicio de las encuestas.
5. El programa y las formas
Iglesias: Podemos ya no cree que “el eje izquierda-derecha sea el más adecuado” para resolver los problemas del país, en palabras de Bescansa. El partido ya no se define como un partido de izquierdas ya que considera que puede ahuyentar a posibles votantes. La retórica de Podemos prefiere el arriba-abajo o pueblo-élites como articulador de su campaña. Además, Podemos ha suavizado muchas de sus propuestas. Esta semana, sin ir más lejos, se mantuvo en sus escaños mientras los parlamentarios de IU en la Eurocámara plantaban al rey.
Garzón: IU se reivindica como un partido de izquierdas y Garzón exhibe al Partido Comunista como uno de los baluartes de la formación. Según Garzón, es obvia la “constatación de que ha habido modificaciones en su programa [el de Podemos]. Se han convertido y son una maquinaria electoral” capaz de defender cualquier cosa con tal de ganar votos. Las diferencias, hasta ahora, no han sido explicitadas. Pero según Garzón existen y a partir de ahora las va a enfatizar. IU también tratará de demostrar que Podemos es el culpable de la ruptura por una actitud que dirigentes del partido califican como soberbia.