Moscú

Los moscovitas se han salvado de una serie de atentados con potentes bombas caseras. Fuerzas de seguridad rusas desarticularon un gran arsenal terrorista que valdría para organizar varios ataques, informa la Policía moscovita.

"En cooperación con los agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) hemos detenido un grupo implicado en la producción y tráfico ilegal de armas y explosivos", señaló la portavoz del Ministerio del Interior, Elena Alexeeva, a la agencia Sputnik.

Los agentes hallaron en un garaje un gran arsenal que incluía una bomba de aviación, 15 cargas explosivas armadas con metralla, ocho kilos de dinamita, cuatro kilos de pólvora, varios proyectiles de mortero y minas, alrededor de 10.000 municiones de distinto calibre, treinta granadas, cuarenta detonadores eléctricos y otros objetos.

Según los datos policiales, una de las bombas que estaba lista para usar, fue destruída en el lugar. Las autoridades han abierto un expediente penal contra los detenidos. A causa del reciente atentado terrorista que hizo estallar el avión de pasajeros ruso sobre el Sinaí, los servicios especiales extremaron las medidas de seguridad en Moscú y otras grandes ciudades rusas.

Los agentes desarticularon en octubre en el centro de Moscú otro grupo subversivo que supuestamente preparaba varios atentados. Detuvieron a una decena de personas que poseían armas y componentes para fabricar bombas caseras de gran potencia, en particular, más de cinco kilos de nitrato amónico. 

El FSB está buscando en Moscú a los cómplices de los extremistas que planeaban explosiones en el metro, en uno de los aeropuertos y lugares concurridos para vengar la operación militar rusa contra en Siria. Hasta 2.000 rusos están combatiendo del lado de la organización terrorista Estado Islámico, según las estimaciones oficiales.

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