4 consejos de la profesora que más conoce a tus hijos para 'triunfar' en los estudios pese a la Covid
Una experimentada profesora y que convive con seis menores recoge en un libro las conversaciones y consejos que fue dando a sus alumnos durante la pandemia.
9 septiembre, 2020 01:28Bea Galán quiere dejar claro que no es una experta, que son sólo sus opiniones. Las de una profesora con más de 10 años de experiencia, que ejerce de consiliaria (una especie de consejera del alumnado) y que lidia en casa con seis menores de entre 17 y 10 años (entre sus hijos y los de su pareja).
Lleva a gala ser una profesora que conecta con sus alumnos gracias una base obligatoria: el respeto. Es una norma sencilla, que todos acaban aceptando, sobre todo, porque es una adulta con la que se puede hablar y que les escucha, dos condiciones que no todos los niños y adolescentes han encontrado en este confinamiento (ni en su día a día en el colegio de forma general).
Ahora publica Tengo algo que contaros. Carta de una profesora a sus alumnos después de pasar el curso más extraño de sus vidas (Editorial Destino) donde recoge las conversaciones, consultas y dudas que compartió con sus alumnos durante los meses de encierro. Una lista de importantes consejos escondidos en simples capítulos que dan una receta fiel de cómo superar el pasado y el futuro con un buen presente y sobre todo, sin grandes pretensiones.
"Cada año, al acabar el colegio escribo una carta a mis alumnos recordando una cosa que hemos compartido juntos. La imprimo y se la entrego. La mitad de las cartas acaba arrugada en el fondo de la mochila. Pero este año, la escribí por email y la envié y la han visto más padres. Y una de las madres, editora de Planeta, me propuso escribir un libro", explica Galán sobre cómo ha surgido esta idea.
En total, 19 capítulos y tres momentos deconstruidos (de su propia situación como madre en casa y trabjando) que van enumerando los que deberían ser los pilares básicos de una educación con mayúsculas, ahora mismo puesta más en cuarentena que cualquier otro aspecto de la nueva normalidad.
1. Pensar - Reflexionar
El primer consejo para que nuestros hijos 'triunfen' en sus estudios es evidente: enseñarles a pensar, a reflexionar. Y el primero para que triunfemos nosotros con ellos: escucharles.
Pero por más evidentes que sean estos conceptos no siempre los tenemos claros ni aparecen en nuestras prioridades educativas. Bea Galán narra que una de las primeras lecciones que da en clase de lengua española, y de vida, es tratar que sus alumnos entiendan la diferencia entre causa y consecuencia, y no sólo para matizar dos complementos de la oración sino porque precisamente es lo que puede marcar su actitud y su forma de actuar.
Y si alguien prefiere no hacer el esfuerzo de juntar dos ideas y mantener un diálogo. Ella lo tiene claro: "Cinco euros al que diga 'no sé'", relata en un momento del libro al explicar su experiencia con estos adolescentes en los retiros que montan en el colegio donde están tres días sin móviles, todo una novedad en esta sociedad demasiado enganchada a las redes.
Galán sólo adelanta de esa experiencia que la primera noche acaban todos llorando quizás porque, por primera vez, conectan lo que sienten con lo que hacen, lo que piensan y lo que dicen. No estaría mal ponerlo en práctica en nuestro día a día aunque fuera sólo 15 minutos.
2. Cultura del esfuerzo
Según esta profesora, el mayor coste que puede haber tenido el confinamiento en nuestros hijos es que han perdido la capacidad de esfuerzo y su espíritu de superación. "Se han relajado, han tenido a mano todas las tentaciones y han dejado de esforzarse. Había niños que se quejaban porque una profesara les ponía la clase online a las 8 de la mañana. Y si estuvieran en el cole la tendrían a esa hora", lamenta.
Ella no quiere hablar de una generación perdida puesto que si todo es cuestión de conocimiento, la situación es reversible porque todo está a golpe de un 'click', como explica en uno de los capítulos. "Ahora siempre hay un señor que sabe más que tú, Google. Lo que tenemos que pedir es esfuerzo", reconoce.
Galán tiene claro que en un primer mundo como este, "lleno de comodidades", a pocos niños les han dicho que sigan esforzándose y "esa renuncia va a tener un coste altísimo".
3. Leer
Siendo profesora de Lengua española y Alemán era difícil que no pusiera la lectura como pilar básico. "Pocos niños han leído en este confinamiento. Y los de ciencias no han podido estar investigando... casi todos se han relajado mentalmente".
En casi todas las casas con niños y adolescentes, se ha podido escuchar alguna o varias veces en estos meses eso de "es que no me gusta leer" o "leer es un rollo". Ella advierte que a quien no le gusta leer es que aún no ha encontrado su libro pero sobre que el confinamiento, con una relajación de las normas, ha venido a establecer que "lo que no me gusta como no me lo van a exigir lo que me exigía antes, no lo hago".
"Los niños hacen muchas cosas a la vez y de forma superficial y lo que más falta es reflexionar, profundizar. Muchas veces prefieren ir al manual de Youtube que leer unas simples instrucciones", reconoce.
4. Padres no adolescentes
Una tarea que encarga cada año a sus alumnos es una carta que se titula "Si yo fuera mi madre o mi padre..." y siempre acaba en shock con lo que muchos relatan. Que tu hijo se comunique contigo, que te cuente, nace también de que sepas escuchar. "La mayoría pide tiempo, atención, que se sienten a cenar con ellos, momentos...", aclara.
En esta pandemia ella reconoce que todos, profesores y padres, lo han hecho lo mejor posible, pero deberíamos de haber aprovechado estos momentos para conocer y profundizar más en la persona con la que convivimos.
"En el colegio veo a muchos padres que son adolescentes de mentalidad. Que van con su niño pequeño y mirando el móvil, en sus redes sociales... Los padres más que poner normas o ser exigentes lo que tienen que ser es un ejemplo. No podemos decirle que deje el móvil si estamos todo el día con él", advierte.
La escuela del futuro
Todo el mundo es consciente de que la nueva normalidad ha venido para quedarse por un tiempo y Bea Galán cree que no se pueden encerrar el colegio tradicional en una pantalla o en un curso online como si fuera a funcionar igual.
"Este curso deberíamos de venir al cole y decir a los alumnos a ver qué tal están, qué podemos aprender juntos, cómo se sienten... pero tenemos ya la programación pautada", reconoce lamentando que no haya habido una creatividad para reinventarse más profundamente.
La falta de previsión en general que provocó este virus o lo que en su libro llama la ausencia de "coherencia dinámica" de las pantallas han provocado que estos cuatro meses hayan sido complicados para todos.
"Hemos intentado meter el colegio como conocíamos en una educación online en vez de crear una escuela nueva". Una educación del futuro que no puede ser con una presencia mixta (ir un día a clase y otro no) porque acaba con el ritmo y las rutinas pero tampoco en la que sólo haya una pantalla parlante, cuando ni siquiera sabes si el alumno está escuchando o viendo una película.
"Yo voy a dar todas mis clases online este año a los estudiantes que están en la sala de al lado y llevo tres días llorando", concluye.