Alicante, de 'destino' prioritario para la dispersión de los etarras a no tener ninguno en sus cárceles
Desde que Gobierna Pedro Sánchez se han trasladado a los 14 terroristas que quedaban en la provincia a otras prisiones, 6 con delitos de sangre.
21 octubre, 2021 01:17Noticias relacionadas
Los centros penitenciarios de Fontcalent y Villena (Alicante I y II), fueron durante la última década -especialmente Villena por sus condiciones de seguridad- los destinos más habituales para que los presos etarras cumpliesen sus penas. Junto con Cádiz y Madrid. En 2014 cumplían penas 19 etarras en la provincia y un año después 20.
En la actualidad, según datos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), no queda ni un sólo etarra en la provincia. El último, Irkus Badillo, fue trasladado al centro penitenciario de Bilbao a finales del pasado mes de abril. A propuesta de la Junta de Tratamiento de Alicante, Instituciones Penitenciarias resolvió también su progresión a tercer grado.
Badillo era el último de los 14 etarras que quedaban en Alicante I y II. En 2018, cuando el cambio de Gobierno del PP de Mariano Rajoy al PSOE de Pedro Sánchez, se impulsó una política de acercamientos de condenados a cárceles más cercanas al País Vasco y progresiones generales a tercer grado antes de la transferencia de la gestión de las prisiones al Gobierno vasco.
Este preso, a diferencia de otros, no tenía en su haber delitos de sangre. Fue condenado por integración en organización terrorista, conspiración de estragos terroristas y transporte de artefacto explosivo. Se había desvinculado de la banda terrorista y, según una nota del Ministerio del Interior, "lamentaba el dolor causado a las víctimas de la organización".
Sin embargo, seis de esos 14 presos trasladados si fueron condenados por delitos de sangre: José María Arregui alias 'Fiti', trasladado en 2019 a Asturias; Gotzon Aramburu alias "Alain Delon", trasladado en 2020 a Palencia, como Juan Carlos Iglesias Chouza alias "Gadafi"; Fermín Vila Michelena y Arkaitz Goikoetxea Basabe a Soria y Logroño, respectivamente, en 2021; y José Lorenzo Ayestarán Legorburu, también trasladado el pasado mes de marzo a Soria.
Arregui fue condenado como cooperador necesario en el atentado contra un autobús militar en Zaragoza en 1987, en el que hubo dos muertos. Aramburu fue condenado por el asesinato de un guardia civil en un dispositivo de control en la A-6 a la altura de Madrid, cuando viajaba junto a otro etarra con explosivos para preparar atentados.
El historial de "Gadafi" es todavía más sangriento con múltiples asesinatos y colocación de coches-bomba durante las décadas de los 80 y 90. Según la nota emitida por Instituciones Penitenciarias en su traslado, había "asumido la legalidad penitenciaria presentando un escrito reconociendo el daño causado y su decisión de no recurrir nunca más a la violencia". Por esta razón se le concedió el segundo grado y su traslado a la prisión de Dueñas, en Palencia.
Vila Michelena fue condenado de 30 años por los delitos de asesinato, estragos, atentados, terrorismo y depósito de armas. Había sido arrestado en junio de 2010 en Belfast (República de Irlanda), donde trabajaba como cocinero. En el momento del arresto se hallaba plenamente integrado en las estructuras de ETA y figuraba como uno de los terroristas más buscados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Goikoetxea Basabe cumplía condena acumulada de 40 años por los delitos de asesinatos, atentados, estragos, robo con violencia, tenencia de explosivos, detenciones ilegales, daños y falsedad documental. Fue el autor, entre otras barbaridades, del atentado con coche bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) donde resultaron heridas ocho personas. Se le concedió el segundo grado y el traslado a Logroño.
Ayestarán Legorburu cumplía una pena acumulada de 30 años por los delitos de asesinatos, atentados y utilización ilegítima de vehículo motor. En marzo de este año se le concedió el segundo grado y, a propuesta de la prisión alicantina, el traslado a la prisión de Soria.