Agentes de la Policía Nacional han concluido, en coordinación con la Guardia Civil, la tercera fase de una compleja operación que ha permitido desarticular una organización criminal que contaba con varias ramificaciones dedicadas a perpetrar varios delitos. Entre ellos, el robo con fuerza en domicilios destinados a su posterior 'okupación' o el tráfico de drogas transnacional. La banda actuaba con gran violencia mediante el uso de armas de fuego que proporcionaban los integrantes de otro de los grupos criminales desmantelados.
La operación se llevó a cabo en tres fases. La primera comenzó con la desarticulación de una red de ocupaciones de viviendas, algunas de ellas en la provincia de Alicante, que llevó a los investigadores al epicentro de la verdadera trama, investigado en la segunda fase.
Después se abordó el tráfico de drogas transnacional, donde se incautó uno de los mayores alijos de pastillas de éxtasis MDMA de los últimos años (88 kg distribuidos en más de 150.000 pastillas), además de otras drogas.
Esto permitió conocer otro de los escalones del entramado, que se dedicaba a obtener información de otros grupos criminales con los que operaban para robarles la droga. Esto comúnmente se conoce como "vuelco", y para ello se utilizaban armas de fuego y una gran violencia.
Un clan familiar se ocupaba de las armas
Los resultados de las fases anteriores llevaron a los agentes hasta el escalón que daba cobertura logística armamentística a toda la red: un clan familiar que daba soporte logístico a la trama desde Murcia. También desarrollaba otras actividades delictivas tales como el tráfico de drogas al menudeo y los robos con violencia. Entre las localidades afectadas están Cartagena, La Unión y Los Urrutias, desde donde operaba el clan.
Esta familia, además de dedicarse presuntamente al tráfico de drogas, había estado abasteciendo durante años a peligrosas organizaciones criminales dedicadas principalmente al robo de la droga a otras organizaciones, bien mediante el uso de la violencia, bien mediante el robo con fuerza, lo que se conoce como "vuelco", cuantificando los investigadores los posibles beneficios en miles de euros.
Mientras se desarrollaba la investigación, se pudo descubrir cómo algunos de los integrantes de la organización, además de dedicarse presuntamente al tráfico de drogas, perpetraban robos con violencia en la vía pública a personas de avanzada edad, utilizando un vehículo de alquiler previamente sustraído a sus usuarios en el robo con fuerza de su domicilio.
Para la ejecución de los robos no dudaban en utilizar la violencia que fuera necesaria, incluyendo un intento de atropello a una de sus víctimas mientras trataba de tomar imágenes de los autores con su teléfono móvil durante su huída, motiva por el que también se imputó una tentativa de homicidio.
Tenían una clara estructura criminal con amplia experiencia delictiva y actuaban de un modo automatizado, destacándose la violencia con la que ejecutaban los robos con violencia de joyas a viandantes, así como el empleo de medidas de seguridad (cambios de vehículos, maniobras de conducción evasiva, etc…) y de contra vigilancias para dificultar la investigación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Una escopeta, una pistola, munición y catanas
Tras las pesquisas se llevó a cabo la explotación de la última fase de la operación, en la que se efectuó un amplio dispositivo policial. Se praticaron ocho registros domiciliarios en las localidades de Cartagena, La Unión y Los Urrutias, siendo detenidas dieciséis personas e incautándose armas de fuego, droga y medicamentos destinados a su distribución al menudeo, dinero, vehículos, dispositivos electrónicos y joyas procedentes de robos.
En los registro se encontró una escopeta de cañones recortados del calibre 7,62mm, una pistola de modificada para hacer fuego del calibre 9mm, una carabina de perdigones, una escopeta de airsoft, 30 cartuchos para calibre 7,62mm, 18 cartuchos de 9mm, varios machetes de gran envergadura y espadas tipo catana.
También hallaron una plantación con 160 plantas de marihuana, 860gr de hachís, 9 gr de cocaína, 500 gr de sustancia blanca de corte, 1 pastilla de éxtasis MDMA como las halladas en la fase anterior, 360 blíster de rovotril, 48 botes de trankimacín, 11 blíster de Valium y 11 cajas de Lyrica (estas últimas sustancias opiáceas de venta en farmacias). Finalmente, se intervinieron 10.700 euros de dinero en efectivo.
La investigación la lleva un juzgado de Alicante
Las tres fases de la operación, que culminaron con la detención de un total de 31 personas, han sido llevadas a cabo en coordinación con el Juzgado de Instrucción número dos de Alicante.
Los últimos arrestados, trece varones y tres mujeres, de edades comprendidas entre los 20 y los 64 años de edad, de nacionalidades española y marroquí, doce de ellos con antecedentes policiales previos, fueron puestos a disposición de los juzgados de las localidades donde fueron detenidos, decretándose el ingreso en prisión para cinco de ellos.
En esta última fase de la operación, junto al Grupo I de la UDYCO de la Comisaría Provincial de Alicante, han participado, por parte de la Policía Nacional: el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado de Levante (GRECO), la Sección 3ª de la Brigada Central de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial, el Grupo de Estupefacientes de Murcia, el Grupo I de Estupefacientes de Cartagena, las Unidades de Prevención y Reacción de las Brigadas Locales de Seguridad Ciudadana de Murcia y de Cartagena, la Unidad de Guías Caninos de Murcia. Por parte de la Guardia Civil, se ha contado con la coordinación del Grupo de Policía Judicial de San Javier (Murcia).