"Exhausta y sin fuerzas para seguir manteniéndose a flote", así ha encontrado la Guardia Civil de Alicante a una mujer que accidentalmente cayó al interior de un aljibe de un edificio en San Juan, cuando buscaba un lugar en el que pasar la noche.
El rescate ha sido gracias a la intervención de un ciudadano, que avisó a una patrulla que pasaba en ese momento por la calle, cerca del bloque desde el que se oían los gritos de socorro.
A las 21:45 horas del pasado sábado, un ciudadano alertó a una patrulla de la Guardia Civil de San Juan de Alicante que circulaba por la zona, de que se oía la voz de alguien que pedía auxilio. Los gritos parecían proceder del interior de un edificio.
Una vez en el edificio, localizaron un pequeño habitáculo debajo de la escalera comunitaria. Tras unas puertas de madera, en el suelo había una apertura cuadrangular de algo menos de un metro cuadrado que daba acceso a un aljibe lleno de agua. Sumergida, encontraron a una mujer tan exhausta que ya no lograba mantenerse a flote.
Los agentes actuaron con rapidez para extraerla del interior del aljibe y abrigarla, mientras llegaban los servicios sanitarios, que la trasladaron al Hospital Universitario de San Juan de Alicante, dónde quedó ingresada y en observación, al parecer con una hipotermia provocada por la baja temperatura del agua. El pasado domingo fue dada de alta y se recupera del mal 'trago'.
En busca de cobijo
La víctima es una mujer de 46 años de edad, que según relató a los agentes buscaba un lugar para pasar la noche. Se tumbó en el suelo del pequeño cuarto que halló tras las puertas, bajo el hueco de la escalera, y probablemente debido a su propio peso, la tapa del aljibe cedió, cayendo la mujer al agua.
Intentó salir por sus propios medios sin éxito, hasta que, nerviosa, exhausta y angustiada, comenzó a gritar pidiendo ayuda. Una vez más, la colaboración ciudadana ha permitido que esta historia tenga un final feliz.
El pequeño habitáculo donde se encontraba el aljibe ha sido precintado de manera cautelar por la Guardia Civil, que continúa con la investigación para dirimir la posible existencia de responsabilidad derivada de los hechos.
La seguridad de los aljibes y pozos es una obligación de los propietarios o de los titulares. En caso necesario, se debe limitar el acceso y señalizar el peligro para evitar accidentes, tanto de los usuarios legitimados, como de cualquier persona ajena.